El Principio del Fin (libro 0 de la saga La Orden del Sol)

5 Halloween

La Mansión de las Sombras organizaba una increíble fiesta de Halloween, como no podía ser menos, y los temas de conversación giraron en torno a eso durante los últimos días de octubre.

-        ¿Os imagináis un lugar mejor para celebrar Halloween que una vieja mansión que además se llama “Mansión de las Sombras”?-preguntó excitada Mª Jesús mientras íbamos a clase de Historia.

La respuesta era definitivamente no, y menos si a eso le añadíamos siniestras voces de fondo que nadie más oye, pensé para mí. Juanpe, Mª Jesús e Irene decidieron ir esa misma tarde a comprarse un disfraz en la tienda de la Mansión, y, finalmente, terminaron convenciéndome de ir. Aunque la verdadera razón por la que lo consiguieron fue porque hacía dos semanas que no veía a Alejandro, y quería verle de nuevo. Como tenía miedo de vivir otra experiencia similar a la última, sólo me apunté a ir a la tienda. En clase de Historia convencimos también a Yamilé de que se apuntara; al fin y al cabo, ella y yo éramos las únicas que no habíamos hecho la “alucinante” visita a la tienda.

Ochoa mandó leer a Elena un texto y yo abrí el libro por la página correspondiente para tratar de seguir la lectura. La verdad era que me sentía tan confusa… había una parte de mí que deseaba ir, y otra que deseaba no acercase jamás allí. Pero nada malo va a ocurrir –traté de pensar- todo el mundo va a ese pub y a nadie le pasa nada, quizás el problema lo tenga yo, quizás a mi cabeza le falle algo…

-        Continúa, Diana -interrumpió de pronto Ochoa a Elena, y yo me puse muy nerviosa al ver que no sabía por dónde iba la lectura.

-        No sé por dónde se ha quedado -confesé avergonzada.

-        Pedirte que llegues a mis clases puntualmente es mucho esfuerzo por tu parte, pero supongo que pedir también que asista tu mente es ya querer un milagro, ¿no?-algunos de la clase rieron, lo que dio a sus ominosas palabras mayor fuerza-. Continúa, Juan Pedro.

La cara me ardía y sentí ganas de llorar, traté de concentrarme en la lectura para que no se derramara ninguna lágrima que pudiera abochornarme más. Cuando Juanpe terminó de leer, el odioso monigote con mostacho repartió unas hojas donde se explicaba cómo hacer comentarios de texto; nos ordenó que, como práctica, comentáramos el texto que se acababa de leer, siguiendo las instrucciones que ponía en la hoja que nos dio. Mientras maldecía mentalmente a mi odiado profesor, decidí que si iba aquella tarde a la tienda y no ocurría nada extraño, entonces iría a la fiesta.

***

La entrada a la tienda de la Mansión no era ni la mitad de espectacular que la entrada al pub, pero también se veía bien. Nada más entrar, quedé fascinada con la amplitud y elegancia del lugar. Del mismo estilo gótico pero mucho mejor iluminada, la tienda tenía varias y enormes estanterías llenas de libros, vitrinas con todo tipo de objetos de terror, artículos de broma, horrendos muñecos… Una muchacha joven estaba detrás del mostrador que había a la izquierda, fue ella la que nos atendió.

-        Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudaros?

-        Veníamos en busca de algún disfraz interesante para Halloween –informó Mª Jesús.

-        Habéis venido al lugar indicado, aquí tenemos de todo justo en la segunda planta. Seguidme.

Subimos unas largas escaleras hasta llegar a otra espaciosa habitación dividida en tres pasillos.

-        En el primer pasillo encontraréis todo tipo de disfraces, en el segundo, todo tipo de complementos, y en el tercero, todo tipo de pelucas –nos informó la muchacha-. Si me necesitáis, no dudéis en llamarme.