Cap 77

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No me doy cuenta cuando mis mejillas estaban inundadas de esas pequeñas porciones de sentimiento simbolizadas en agua salada. Una voz dentro de mí trata de hablar pero la callo inmediatamente. Forzajeo con mi mandíbula que lucha por caerse al igual que mis rodillas que tiemblan y con dificultad me responde. Te lo mereces, Jane... me digo a mí misma, sé que soy yo quien habla en mi cabeza, no esa espinilla que me hinca y me critica cada vez que hago algo bien o mal.
Doy media vuelta y camino cabizbaja de regreso al auto, no hay frío alguno pero los cabellos de mis brazos ser erizan. Veo que Zac se asoma por la ventana con un mal intento de discresión. Su expresión muestra sopresa. Me arrimo a él abriendo los ojos más de lo normal para permitir que el aire sece las lágrimas que están por reventar de mis largimales y abro la puerta, él salta precoupado.
Me mira de pies a cabeza, su mirada es tan preocupada; como si fuésemos amigos de toda la vida. Es una preocupación sincera, transparente, como la que sólo un marica te puede dar.
-¡Dios! Traes cara de haber visto un espectro- me toma de los hombros y los frota.
-Y no es para menos..., vámonos Zac- intento entrar al auto pero él me detiene. 
Su mirada no cesa, todo lo contrario, se intensifica. Una pequeña punzada de desaprobación de mi parte me atravieza entre el pecho y la espalda, sé que no merezco tal sentimiento dirigido hacia mí.
-Ni lo pienses. Aquí hemos venido por un tipo y no me iré de aquí hasta que lo recuperes- me advierte.
Me impresiona ver cómo alguien puede preocuparse por mí despues de todo, aunque claro, él no sabe quien soy yo, ni que yo quisiera que lo supiera. Es bastante egoísta de mi parte, pero mi médula lanza un mensaje indirecto que trato de rechazar pero mi mente está tan deacuerdo con él que lo recibe <<No lo dices, eso no significa engañar>>
La bolsa de culpabilidad en mi pecho ya no da espacio para más, ya está a tope, pero la culpa de no decirle a Zac lo que soy en verdad empuja para ahuecar un espacio en ella.
-Pues nos desintegraremos aquí, él me ha sustituído- susurro haciendo un puchero.
-¿Cómo se llama él?- pregunta curioso.
-Harry- murmuro.
Me da una espinazo directo al lado derecho de mi pecho de inmediato, su nombre me hace más daño al salir por mi boca, siendo ahí el lugar donde ha entrado tantas veces. Saboreo la saliva que se produce bajo mi lengua, mi paladar y los extremos del interior de mis mejillas buscando esperanzadamente un rastro de los restos que Harry dejó dentro de ella.
-¡¡Harry!!- grita Zac en un alarido desafinado.
Me alarmo de inmediato y ya no está a mi vista. Me he perdido en la búsqueda de saliva de propiedad de Harry mezclada con la mía que no me percato que Zac camina hacia la casa pegando gritos.
-¡¡Haaaarrryyy!!! ¡¡Te estamos buscando!!- exclama con su voz de marica.
Mi mente, ahora inútil, maquina la manera de correr a taparle la boca, lanzarle una piedra que lo deje inconsciente o tirarle uno de mis zapatos directo a su boca para atragantarlo, pero mi ultimadamente estado de cobardía no me permite llevar a cabo ninguno de esos absurdos planes. Trato de esconderme pero no hallo un sólo lugar a mi alrededor entre los llanos prados. Los árboles se encuentran a más de diez metros que seguramente no me dará tiempo de correr a esconderme tras uno, mi cobardía cada día más se incrementa como una enfermedad incurable que sólo avanza y avanza. Mis manos comienzan a temblar y el estómago se me revuelve.
Veo que Harry sale de detrás de la casa, me congelo al instante, mis nervios están a punto de traicionarme y la poca masa cerebral que me queda se electrocuta con su imagen. Veo que Harry frunce el ceño y se acerca a Zac, comparten palabras que no alcanzo a escuchar y Harry me lanza una mirada. Me siento una tonta que no halla donde meter la cabeza, Harry regresa la vista a Zac y pone las manos en su cadera. 
Zac asiente y me mira sonriendo, me hace una señal para que me aproxime y yo no sé si salir corriendo, enterrarme viva o pedirle a los astros que manden un rayo que me parta en mil pedazos. Cierro mis ojos, respiro hondo y camino hacia ellos; mis pies pesan una tonelada cada uno, siento que no avanzo pero al final llego frente a ellos. Harry me mira a los ojos con el ceño fruncido de incertidumbre, Zac no pierde su sonrisa brillante. Me siento intimidada, como si estos cinco segundos fuesen un milenio.
-Hola- susurro. Es lo único que logra salir de mi boca.
Harry me mira serio y luego suelta una sonrisa a medias, tan relajado como si yo fuera cualquier persona que acaba de conocer, yo estoy hipertensa, tengo todos mis músculos apiñados que juraría que están causándome una contusión. Él alza una ceja, estoy a punto de derretirme frente a él.
-Vamos a caminar un poco, ¿te parece?- dice cortés y me extiende su mano.
¿Estaré soñando? ¿Es una mala broma? ¿O simplemente trata de jugarme una trampa? Miro su mano dudosa, no sé si mis nervios me hacen ver lo que no es. Tomo su mano y caminamos adentrándonos entre los árboles, lejos de la casa.
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Llegamos lo suficientemente lejos como para que perdamos de vista la casa y a Zac, él no suelta mi mano. Caminamos a un paso suave y lento. Él mira hacia adelante mientras yo babeo a su lado. Por un segundo me engaño a mí misma pensando que todo está bien, que él no ha dejado de quererme. Mis músculos se relajan repentinamente y el ambiente me parece de lo más agradable porque el aire está aromatizado con el dulce aroma de la respiración que sale de sus pulmones y el paisaje de su perfil es más hermoso que cualquier puesta de sol. Luego de unos segundos gira su cabeza para lanzarme una mirada y apartarla con una sonrisa. Pagaría lo que fuese por saber lo que está pensando, o siquiera que piensa hacer, la incertimdumbre me inunda, pero sinceramente no me interesa saber nada en este momento, quisiera poder poner mi cabeza en su hombro pero no creo que él me permita llegar a tal punto. Hacer algo que pueda arruinar este momento es mi mayor temor, y le cortaría la cabeza a quien lo interrumpiera.
-Jane...- esboza una sonrisa ampliada y niega con la cabeza, pero no parece molesto, todo lo contrario, se ve tranquilo.
-¿Qué te parece tan gracioso?- pregunto indiscretamente.
-Tú..., tu amigo..., tu...forma de hacer las cosas- ríe en dirección al suelo y se detiene, mi mano se congela de los nervios pegada a la suya.
Mi subconsciente automáticamente me impulsa a apretarle más la mano, como si eso lo detuviera de soltármela algún día.
-Le dije que nos fuéramos y comenzó a gritar como loco...- mis palabras se atropellaban entre sí, la sonrisa que se ampliaba a medida iba hablando me mostró que notaba el nerviosismo que causaba en mí.
-Jane- me interrumpió, se posó frente a mí y tomó mi otra mano. Miré sus ojos cristalinos y hermosos, mantenía una sonrisa modesta-. Creo que me he portado como un idiota iracundo estos días...Claro, nadie se pondría feliz si le hubiese pasado lo que me pasó a mí estos días..., pero creo que debí mostrarme más maduro.
-¿De qué hablas?- lo miré con indagación. 
-Te perdono.
¿Escuché bien? Sentí presión en mi pecho, no me había dado cuenta que llevaba mucho tiempo sin respirar y el aire pesaba en mis pulmones. Porque sinceramente, el aire no era lo más vital para mí en este momento.
-¿Enserio?- parpadeo como loca tratando de asimilarlo en mi mente.
-Sí, bueno...no te tengo resentimiento. Así que si es que tienes conciencia...puede dormir tranquila esta noche- suelta mis manos.
Miles de agujas inyectándome decepción se insertan en mi cuerpo. Sostenerlo de la mano era el pedestal que me mantenía en pie para no perder la cabeza.
-Eso...quiere decir que no regresarás conmigo- mi voz se apaga mediante hablo. 
-Así es- susurra en un suspiro-. Me mudo.
-¿Qué? ¿Dónde?- pregunto alarmada.
-No puedo decirte- sonríe-. Me voy esta noche. Estaba despidiéndome de Sasha y Niall, tambien de Caryol que le estoy dando alguna instrucciones ya que ella regresará al puesto de subdirectora, Sasha ascenderá por supuesto y pues, ya ves- pausa esperando que diga algo pero mi boca enmudece-. Iba a llamarte antes de irme para decírtelo pero ya estás aquí.
-¿Cómo es que todos se volvieron tan maduros y comprensivos?- bufo.
-Porque todos aprendemos con el dolor...Yo comenzaré de nuevo en otro lugar, tal vez tú deberías hacer lo mismo.
-Sí, tal vez...-suspiro.
-Buena suerte- susurra en un suspiro.
Harry da dos pasos hacia mí y mi cuerpo se acelera al sentir su proximidad. Lo tengo tan cerca y se inclina levemente para acercarse a mi rostro. Respiro hondo y mantengo el aire, no quiero que mi sentido del olfato perjudique la potencia de mi tacto, sé que va a tocarme. Su cara está muy cerca de la mía, veo sus labios acercándose pero se desvían al llegar a unos milímetros de mi boca y se posan en mi oído izquierdo.
-Te quiero, Jane. Recuerda que aunque el cielo esté nublado, la luna estará brillando sobre todas ellas...-susurra. Roza un camino con sus labios de mi oreja a mi mejilla y planta un beso en ella.
Suelto el aire contenido. Siento que se va apartando de mí y mi cuerpo automáticamente rechaza su alejamiento. Me lanzo sobre el y con mis manos en su espalda presiono su cuerpo hacia el mio. Lo envuelvo en un abrazo y no espero que me lo regrese pero en veinte años podre tener el consuelo que entre toda mi cobardía tuve un punto de valentía y pude abrazarlo.
Me asombro al sentir presión alrededor de mi cintura, sus brazos me atraen contra su cuerpo. No logro evitar reventar en lágrimas y sollozos, aspiro su olor deseando que permanezca en mis pulmones por el resto de mi existencia. No sé cuanto tiempo pasa hasta que nos apartamos, él evita mirarme a los ojos, noto una gota brilante resbalando por su cara que pronto seca, yo ni lo aparento, estoy llorando a mares.
-Ya está- me toma de los hombros y planta su mirada en el suelo- tranquila, no llores- me suelta y se voltea para evitar mirarme...o que lo mire.
-Harry- susurro, mi voz suena débil-, ¿esta es la última vez que nos veremos?
Solo imaginarme que sus lágrimas serían la última imagen que guardaría en mi memoria me destrozaba por completo. Cuanto deseaba escuchar un <<no>>, pero esa definitivamente no iba a ser la respuesta que merecida y por consiguiente la que no iba a obtener. 
-Jane, yo. ..- su teléfono suena. Lo saca desu bolsillo izquierdo y lo contesta- ¿Sasha?... Si, sé quien es. ...- frunce el ceño y mira sin verme- no puede ser, si estaba bien. ... entiendo, .... ¿dónde están ahora? voy para alla...si, estoy con ella. .. nos vemos- cuelga.
-¿Pasa algo? -pregunto con la curiosidad robosando en mí.
-A tu amigo le dio algo... algo serio. Debemos regresar a la casa ahora- toma mi mano de nuevo y caminamos rápidamente hasta la casa. 
-¿A Zac? ¿Qué le pasó? 
-Al parecer tuvo un ataque asmático o algo parecido- dice preocupado sin soltarme. 
No dije nada más y me limite a caminar en silencio guiada por su mano. Fue más rápido cuando llegamos y entramos a la casa, las cosas están diferentes dentro, los muebles no son los mismos. Ignoro los cambios hechos y me centro en Sasha, quien está sudando inundada de alarma y preocupación, aún no entiendo nada.
-¿Dónde están?- pregunta Harry directamente.
-¡Se han ido! Niall y Caryol se lo llevaron al hospital en la camioneta, se fueron hace unos minutos. Ése chico estaba realmente mal...-decía en ahogos tan preocupada como si fuese su hermano o algo parecido. O Zac estaba agonizando o Sasha es muy empática.
-Sasha, Sasha...mírame- Harry la toma de los hombros y la sacude levemente. Sasha nisiquiera dirige la mirada hacia él, todo lo contrario parpadea descontroladamanete moviendo la vista hacia todos lados, esta descontrolada, lo que me pone aún más nerviosa. 
Harry la sacude mucho más fuerte hasta que ella lo mira.
-Relájate. Respira. Y dime, exactamente qué pasó- dice sereno para tratar de tranquilizarla.
-Es que...-me mira por un par de segundos-, ¿venía con ella?- me señala.
-Sí, ¿por?- murmuro.
-¿Traías tú algo en polvo en tu bolso?
Pienso por un minuto en la pregunta. Reviso mentalmente mi bolso, traía unos cuantos gramos de la droga que compré el día que me hospitalizaron por sobredosis...pero, ¿qué tiene que ver Zac con mi bolso, con los gramos?
-Sí...
-¿Qué traías?, dime- demanda Sasha.
-A ver, Sasha. Explícate- murmura Harry sacudiendo la cabeza confuso.
-Cuando escuchamos los gritos y vimos que no regresabas Caryol fue a buscarte, encontró al chico...
-Zac- la interrumpí.
-...A Zac- prosigue- luego llegamos y el chico estaba peleando con Caryol. Sacó el polvo de tu bolso y trató de lanzárselo a ella pero Caryol lo empujó y el polvo le calló a él...-pausa y se queda fría- comenzó a toser como loco, doblaba los ojos y se quedaba pasmado en ahogos, pensé que iba a morirse...-comienzanlágrimas de sus ojos, Harry la atraea sus brazos, yo estoy en shock- Niall se lo llevó en la camionetaa un hospital, todo fue tan traumático...
-Ya, tranquila...todo va a estar bien- la mece en sus brazos- ¿Dónde la llevaron?
-Donde trabaja Tomlinson- tartamudea.
-Vamos...-me mira y la suelta, se dirige a mí pero regresa a Sasha unos segundos despues-. Todo estará bien, ¿deacuerdo?
Sasha asiente aspirando, Harry frota sus brazos, la toma de la mano y caminamos hacia la salida.
Al ver que Harry lleva de la mano a Sasha veo que el significado de tomarme a mí es el mismo que al de ella, no por amor sino por reconfortar.
Subimos a su auto, Sasha automáticamente lo suelta y entra en el asiento trasero. Harry me abre la puerta del copiloto y entro en ella. 

Estamos en la sala de espera, ha pasado una hora de que llegamos. 
Zac tuvo una asfixia con el polvo que guardaba en mi bolso, lo que le provocó una asma permanente gracias a mí. Mi bolsa de culpabilidad se expande grácilmente para dejar entrar otro pecado en mi condena. Tuvieron que insertarle un par de tubos por las fosas nasales para extraer el PCP de los pulmones, aunque el daño ya estaba hecho, ya le dejé una carga de por vida de traer un inhalador consigo a todas partes por el resto de su vida. Buscamos en sus bolsillos su móvil, pero no lo traía, tal vez por eso no lo cogía esta mañana cuando lo llamé. No he hallado la manera de comunicarme con su madre quien debe estarlo esperando en Doncaster.
Me encuentro en la sala de espera para recibir a Zac cuando despierte del sedante que le aplicaron. Niall está con Sasha, Harry y yo sentados en el sofá. Sasha está muy nerviosa, descansa en el hombro de Niall, él acaricia su cabello y yo estoy a cierta distancia de Harry quien se encuentra a mi derecha.
Harry mantiene flexionadas sus rodillas y se inclina sobre ellas, hace gestos con sus labios, está muy pensativo, quisiera poder hablarle, pero temo de su respuesta. 
Luego de varias decenas de minutos apreciando su perfil él gira su rostro hacia mí, trato de discimular la hipnosis que tengo hacia sus labios mirando para otra dirección pero lo hago tan mal que él sonríe por lo bajo y me sonrojo dramáticamente. Alza la mirada y se desliza por el sofá hasta mi lado, muy cerca. Se acerca a mi rostro y mi estómago se une con msi intestinos hasta convertirse en uno solo.
-No estés preocupada, todo saldrá bien, ¿si?- susurra contra mi oído.
Volteo la vista hacia él y nuestros rostros están a cinco centímetros de distancia. Sé que no tiene intenciones de restarlos pero me mira intensamente con sus bellos y por un segundo mi bolsa pierde peso. Asiento lentamente clavada en sus ojos.
-Ven aquí- susurra y me llama con sus brazos, dudo un segundo, mi inseguridad no me gana y me aproximo a sus brazos lentamente- Sé cuanto significa él para tí en estas circunstancias.
-Es el único que ha estado conmigo, claro, porque no sabe lo que soy- me reprimo.
-Ya. Ya- sisea. 
Se aparta de mí y siento la tensión ligera entre nosotros, nada ha cambiado, es como si estuviese ayudando a reconfortar a cualquier mujer en mala situación.
Louis se acerca y nos levantamos inmediatamente.
-¿Cómo está Zac?- pregunto automáticamente.
-Ya despertó. Ya le contamos todo lo que le pasó y está estable. Ya conseguimos sus datos; Zacharias Mota da Bridge. Nacido en Doncaster como dijo Jane, de ascendencia Francesa, veinte años, no tiene antecedentes penales, pero tendrá uno si sigue acosándome...Ay, primo, nunca me traes pacientes normales- me mira indiscretamente pero lo ignoro.
-¿Podemos pasar a verlo?- pregunto rápidamente.
-Claro. Su madre ya está enterada, está muy preocupada así que tal vez deberían darle un telefonazo....Pasa, Jane- me indica.
-Dame el número de su madre- pide Harry a mis espaldas.
Camino hacia la habitación y abro la puerta. Zac está estallando en carcajadas con una enfermera.
-Y me dijo que tenía una novia llamada Eleanor. El muy nalgón ya tiene quien se de el gusto te inyecyarle esas enormes...¡Jane, cariño!- grita al verme. 
La enfermera pega un salto del susto al escuchar sus gritos repentinamente.
-Hola, Zacky- entro sigilosamente.
-Con permiso- sale la enfermera.
-¿Cómo te sientes?- pregunto cuidadosamente. Sólo espero que me reclame por lo que le he hecho.
-¡Excelente! ¡Me he drogado por primera vez!- da una carcajada.
-¿N-No estás...m-molesto?- abro mis ojos y me junto a él en dos zancadas.
-Claro que no, hoy ha sido el día más interesante en toda mi estancia en Mánchester. ¿Qué tal tú? ¿Lo recuperaste?- mira hacia la puerta.
-No- suspiro-, pero dime, ¿cómo te tomas que tendrás que usar inhlador? Enserio, lo lamento.
-¡Tranquilízate! No es la gran cosa, eso llamará más la atención. Aunque si hubiera querido que fuese esa oxigenada mala interpretación de Madonna- ruedo sus ojos.
-Caryol. A mí tampoco me agradaba mucho- me siento a su lado y acaricio su cabello castaño oscuro arrecostada a él.
-Mi doctor está sexy- rompe el silencio, y estallamos en carcajadas.
-Es el novio de una de mis mejores amigas- lo miro.
-Maldita sea, ¡Todos los sexys o están comprometidos...o mi caso, somos gay!- ríe exageradamente.
-Sí, claro, eres muy sexy- pellizco su mejilla y me recuesto en su hombro nuevamente.
-Y tu eres muy hermosa...a pesar...-pausa- de lo que hayas hecho- se aparta de mi y me mira, alza una ceja y me doy cuenta que ya lo sabe todo.

Mala Jane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora