Cap 73

49.6K 1.2K 124
                                    

Luego de tomar el primer vuelo a Moscú, lo más lejos que mi aturdido y cobarde cerebro pudo concebir me encuentro nerviosa y ansiosa, como una fugitiva que huye de sus miedos más profundos y se niega a enfrentar su realidad. Él ha tocado la parte de mí que más he cambiado pero que me rehuso a reconocer. Siete horas de vuelo; al menos ya llevo tres dentro de esta caja con alas, no tengo modo de arrepentirme a menos que se me de el paracaidismo, aunque ahora ando más cobarde que nunca así que no es una opción posible para mi mente. Mi compañera de al lado ronca más que mi madre despues de una noche guarra. No entiendo como la gente puede dormir tanto en un vuelo, pensando que vas sobre la nada, nada te sostiene y nada serás si por alguna razón el piloto se desvía un poco, choca con otro avión y morimos seiscientas personas, y moriré soltera, como siempre lo deseé, aunque nunca desee morir huyendo de un par de anillos. La azafata me mira con desconcentro, creo que estoy haciendo algo mal, miro a mi alrededor y me siento en orden, por primera vez me interesa hacer las cosas bien en un vuelo, nisiquiera me había dado cuenta que es el primer vuelo sola y sin necesidad de permiso de un tutor que hago, eso me hace sentir aún más cobarde, huyendo a escondidas de todo el Reino Unido, la mujer se me acerca y me dice algo en ruso.
-Хотите чего-нибудь выпить?- sonríe con esa máscara risueña más hipócrita que la mía, como lo hacen todas las aeromozas. 
Sé que no quiere saber qué voy a tomar sino aguarme el viaje retorciéndome porque porque según ella no sé ruso y soy una turista inglesa que va a Rusia a acostarse con cualquier ruso mediocre y no porque me interese en lo más mínimo su lengua. ¿Qué crees, querida? Voy huyendo de un posible matrimonio con el hombre que amo, me esconderé en la casa de mis padres, con el dinero de mis padres y en cuanto llegue me meteré bajo la cama con cuatro six-packs de cualquier cosa que lleve alcohol y estaré ahí hasta que alguien me encuentre o tenga la maldita valentía de decirle a mi novio que tengo miedo a ser una criada gorda y cornuda.
-No quiero nada más que desaparezcas ¿Te lo digo en ruso o el español te parece bien? Si quieres te dejo que saques el diccionario- me burlo y la mujer frunce el ceño aún con la sonrisa falsa y se retira. Creo que lo ha entendido en español.
Suspiro queriendo encontrar fuerzas para levantarme de la silla e ir al baño, odio los vuelos, son tan incómodos. Jamás había ido en clase turista, pero no había un vuelo disponible en primera clase que cumpliera con el horario que estipula mi cobardía, osea lo más pronto posible. Me levanto y camino por el pasillo transcurrido, por suerte no sufro de claustrofobia pero de gamofobia seguro que sí. Entro al baño y miro mi cara exaltada, nisiquiera me bañé, salí corriendo al aeropuerto en el taxi, hay un poco de turbulencia por lo que salgo lo más rápido posible del baño y regreso a mi asiento, la mujer de mi lado sigue dormida ¡Por Dios! ¡Sólo han pasado tres horas! ¿Cómo puede darle tanto sueño? 
Pasan dos horas más, dos más y tendré mi mente vacía o más llena de pensamientos tormentosos ¿Qué es lo peor que puede pasar? <Que Harry se canse de tu actitud, Puttet encuentre la manera de consolarlo. Ya sabes, bastaría una noche con las tarjetitas para que sean Señor y Señora Puttet> ¡Imposible! Harry me ama, jamás me haría eso <Tú lo amas y lo has abandonado. Amor Harry-Jane no parce muy sólido> 
Decido que mi sicópata interna no puede ser quien decida si regreso o no. Aunque si pasa lo que ella sugiere ya no tendría que casarme pero lo perdería para siempre y viviría con el remordimiento que le dejé a Harry con moño y bandeja sobre su mesa, pero si regreso tendré que encadenarme a un sólo hombre, a sus reglas, a sus ideales y sus pensamientos, tendre que ser la señora de... y no la..., seré una sombra; la mujer del director, habla con ella y conseguirás una beca ¡Horror! Y eso sin contar a Wade y a los demás llorando y vomitado y yo con el trasero empinado hacia arriba recogiendo los Lego's microscópicos, se me quemará la comida y tendremos que vivir en una granja porque los pequeños demonios que pariré harán demasiado ruido en la ciudad y los vecinos se quejarán tanto que tendremos que mudarnos con Babe y Dorothy la campesina, ayudarle a ordeñar la vacas y recolectar el trigo. Claro, no olvidemos mi delantal sucio y las botas con las que iré a limpiar el lugar de los cerdos, recolectar los huevos osea tocar un huevo justo despues que salgan por el trasero de la gallina, por supuesto mis bubis casi rodando en el suelo y mis cincuenta kilos de más a cada lado de mi cadera. Y ¡claro! Harry trabajando en la ciudad durmiendo con una modelo ultra sexy, sólo vendrá los fines de semana a ver como está su gorda y sus pequeños demonios, cada semana se decepciona más, desaparece del mapa y tendré que demandarlo por pensión alimenticia. Iré a un tribunal con ocho o más mini demonios y Harry se sentará del otro lado con la mujer sexy descaradamente. La tipa le hará ojitos al juez y ¡Listo! seré madre soltera por el resto de mi vida. Fantástico.
Mi piel está erizada y mis manos frías. Al menos me doy cuenta que no podré trabajar como consejera familiar ni oradora motivacional, pero seguro me dan trabajo en las noticias de las siete, esas que se te regresa toda la cena a la garganta cuando ves lo fatal que está el país y la gente degollada en medio de las calles.
El copiloto anuncia el pronto descenso, nos piden que nos abrochemos los cinturones , veo al lado y la mujer ya está despierta y mirándome atentamente, doy un mini salto del susto.
-Estás huyendo, ¿Eh?- pregunta y sonríe, me da un ataque de pánico.
-¿C-Cómo?- digo desconcertada, ¿Cómo puede saberlo?
-Que si estás oyendo...lo del cinturón- señala mi cinturón y me doy cuenta que mis cerebro me ha jugado una mala pasada escuchando lo que no es. Veo mi cinturo y lo abrocho.
-¿Eres rusa?
-No. Soy inglesa- susurro. ¿Qué con esta mujer tan metiche?
-¿Tus padres son ingleses?
-Mi padre es de Londres, mi madre es estadounidense- contesto rápida y efusivamente.
-¿Californiana?
-Nevada- intento ser cortante, pero parece que no retiene.
-¿Carson City?- pregunta, ¡Qué con Nevada!
-¡Las Vegas!- me exalto y llamo la atención, la aeromoza no duda en acercarse.
-¿Les apetece algo?- pregunta.
-Nada, gracias. Todo bien- ruedo mis ojos y ella desaparece.
¿Qué edad tienes?- pregunta descaradamente. Es una mujer de tez morena, con unos kilos de más y se ve de unos cuarenta y la madre de años, ojos cafés y el pelo negro recogido en una coleta.
-Dieciocho ¿Me pasa las demás preguntas por escrito?- digo cortantemente, pero como lo esperé lo toma como broma y prosiguió.
-Yo tengo cuarenta y tres, estoy divorciada y no tengo hijos- murmura viendo por la ventana. No recuerdo haberle preguntado y eso hace que desee que el avión caiga desbocado por la pista de una buena vez y bajarme de aquí, pero sacaré partido a esta conversación.
-¿Y por qué se divorció?- mi voz es casi un susurro, no quiero sonar demasiado interesada.
-Ya sabes, muchas peleas. Hay gente que no conoces hasta que te casas. Parecen ser una cosa y casados todo cambia- hace un gesto y mueve sus manos al hablar.
-¿Osea que el matrimonio hace que la gente cambie?- frunzo el ceño y espero ansiosa una respuesta, instantáneamente mi percepción cambió cuando la conversación giró entorno a algo que me interesaba <Eso se llama EGOÍSMO> Ignoro el pensamiento y pongo atención a su respuesta.
-No, querida. La gente no cambia cuando uno se casa, cambian las percepciones- sonríe y yo me confundo cada vez más.
-¿Eso qué quiere decir?
-Que cuando estás con alguien antes de casarte lo ves con ojos de amor; un ser extraordinario, ya sabes, el cliché de que es perfecto porque sólo ves lo bueno de la persona. Pero cuando te casas ya no es sólo besos de siete a diez de la noche y risitas tontas por teléfono bajo la almohada a las dos de la mañana...
-¿Y qué es?- murmuro con la vista al piso. La mujer nota mi interés y amplía su sonrisa.
-Compromiso- resume todo y la palabra resuena en eco haciendo vibrar hasta mis uñas. La palabra del terror- El temor de los hombres. Si un hombre te pide matrimonio sólo significa dos cosas; quiere acostarse contigo aunque tenga que ver tu cara todas las mañanas o en otro caso, si ya se acostó contigo antes del matrimonio sólo queda lo otro...quiere ver tu cara todas las mañanas.
-Y que seas su máquina de hijos y criada...-bufo. La mujer da una carcajada sarcástica.
-O al contrario...-alza una ceja y me da mucho qué pensar- Los tiempos han cambiado, nena. La criada no necesariamente va del lado de la mujer, ni tampoco del lado de ninguno de los casados si los recursos son suficientes.
-¿Recursos?
-Dinero. Dinero. Dinero. Tienes dinero y un hombre que te ama, tienes la vida resuelta.
Eso significa que la criada no necesariamente debo ser yo, ni Harry, puede ser una mujer contratada, una gorda y fea para que Harry no se fije en ella. <Celosa idiota>
-Pero te vuelves gorda y floja, eso no lo vale.
-¡Dinero!- exclama y me da un susto de las mil madres, llama la atención de los alrededores- ¿Cuánto cuesta un gimnasio, correr una hora al día? Y déjame decirte, niña...el que es feo es feo, pariendo o no. Tú eres hermosa y lo serás hasta que tú decidas dejar de serlo. Puedes pagarte un gimnasio, una criada, una niñera, una limpia baños, un peluquero, un maquillista, y en casos extremos un cirujano plástico. ¡Hay montones! Puedes acceder a todo esto con el simple y maldito dinero...pero una cosa- se acerca a mi rostro invadiendo mi espacio personal demasiado- Ni todo el maldito dinero podrá comprarte el amor de un hombre que está dispuesto a darte su apellido, considerte parte de él y ver tu cara arrugada por última vez cuando dé su último respiro a los noventa años- susurra, se quita el cinturón de seguridad y se levanta. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que ya hemos aterrizado y que ya no hay nadie en el avión más que las aeromozas y yo. Suelto un suspiro y me pegunto que ha pasado en los últimos quince minutos.
Me levanto y salgo del avión. Camino perdida en el aeropuerto de Moscú, hace algún tiempo no venía aquí, claro desde que Styles se hizo el muertito, un truco de perrito bastante obsoleto pero con el que tuve que lidiar. Me paro frente al agente de migración en la ventanilla, me pone un par de sellos y me deja ir, tomo mis maletas y me largo, me regreso desde la puerta para ordenar un taxi, mi mente no anda nada coordinada hoy, ni que antes hubiera andado. 
Llego a la casa de mis padres y está tal y como la dejamos, aún está el hula hula que dejé hace tres años en la entrada. Hay un tablero de ajedrez en la mesa principal de la sala de estar donde mi madre se ponía a jugar con Zayn; se me suelta una risita tonta recordando como mi abuelo obligó a mi madre a casarse con Zayn y mandarla a vivir aquí sin su consentimiento, lo bueno es que mis padres jamás trataron de imponerme algo así de grave. <Moscú Shore> Wow, algo que antes estuvo tan poblado y fue testigo de tantas noches de amor ahora está en manos de un tonta gamofóbica ahuyentada por el compromiso. Al hundirme en la cama de la segunda planta mis lágrimas se derraman y sé muy bien porqué. Por primera vez estar sola no me va, y la única razón por la que odio la soledad es porque Harry no está incluído en ella. Mi estómago ruge de hambre pero sé que no habrá nada en la nevera, no tengo ni la más mínima intención de levantarme y salir a comer algo, sólo quiero desaparecer, hundirme en mi misma, quiero...quiero drogarme. Quiero sentir miedo, adrenalina, locura, quiero olvidarme de la fecha, la hora y los personajes que protagonizan esta película. Extraño mi vida, extraño a mi hermano, a mi mejor amiga, a mi familia, a Harry...extraño a Styles...mi padre. ¡¿Qué pasó en los últimos cuatro meses?! ¿Cómo todo se desbordó tan catastróficamente? Y todo en mi contra, ¿Acaso yo hice algo? <Hiciste mucho, tú la destrozaste> Cierro mis ojos y espero que el universo escuche mis súplicas de desintegrarme en el aire, no sé cual es mi último pensamiento.
Escucho el timbre a lo lejos...Me quedé dormida, la cama está cómoda ¿Quién podrá ser? Nadie sabía que venía aquí más que Edward que lo llamé en el aeropuerto, pero él seguro que no vendría detrás de mí a buscarme pero...sé de alguien que si lo haría...¡Harry!
¡Arriba todos! Me suspendo en el aire y me levanto de un tirón, bajo las escaleras casi patinando sobre los escalones y abro la puerta, esto no puede ser posible, no puede ser que mis ojos me engañen de esta manera...es...Paulette.
-¡¿Qué carajos haces aquí, puta?!- tiro la puerta lo más fuerte que puedo pero ella la detiene.
-Jane, tengo que hablar contigo, debes regresar- empuja la puerta y entra, yo retrocedo varios pasos y me volteo, mi mente está revuelta.
-¡¿Qué quieres?!- entierro mis dedos en mi cabello.
-Jane, debes regresar...Harry...¡Harry te necesita!- dice exaltada ¿Harry la mandó a hablar conmigo? ¡Harry la fue a buscar!
-¿Cómo sabías que estaba aquí? ¿Harry te buscó? ¡No regresaré!- me volteo y la miro con desprecio de brazos cruzados.
-Tu hermano me lo dijo...¿Podemos hablar tranquilamente?
-No tengo nada que hablar contigo ¡Lárgate!- me dirijo a la puerta y la abro invitándola a salir.
-¡Es enserio, Jane! ¡Vaya que eres testaruda! ¡Es Harry! ¿Lo amas, no? ¡Escúchame!- grita desesperada.
-¡¡Que no, entiende!! No tengo nada ni quiero hablar contigo ¡Vete! ¡No seas tan poca dignidad de quedarte cuando te estoy corriendo de la manera más grosera posible! ¿O prefieres que te lance una cubeta de agua fría y te empuje?
-¡No! ¡Sólo escúchame!
-¡¡No!!- la tomo del brazo y la saco a la fuerza de la casa.
-¡Maldita sea, Jane!- grita y se tapa su cara con las manos- Mierda, maldije...y ahora dije mierda...y lo volví a decir- se regaña ella misma- ¡Bien! Aquí va. Harry te ama, aunque eso ya lo tenemos claro todos. No me llegó a buscar. Fue donde tu madre a buscarte desesperado, yo estaba donde tu madre con Jadesy y su madre visitándola, traté de hablar con él porque me preocupa pero él no quiere nada conmigo y ya lo tengo muy claro, está buscándote hasta debajo de las piedras ¡Ese tipo se está muriendo sin ti! ¿Que no lo ves? 
-¡Tú a mí no me vienes a decir qué hacer! Yo decido mi vida y puedo pagar un consejero de necesitarlo, pero no a tí. Definitivamente no. Eres la menos indicada para venir a hacerme ''recapacitar''
-¡Está bien! Seré sincera. Esto no es completamente por tí. Te seré clara; quédate a Harry o no estorbes el camino de las personas que sí queremos verlo feliz. Si contigo es felíz, perfecto. Pero si quieres abandonarlo, perfecto tambien, tiene suficiente gente que lo apoya...
-¿Cómo tú?- bufo.
-¡Sí, como yo! Y lo haré siempre esté con quien esté. No sé qué clase de amor es el tuyo; el más condicionado que existe. Todo debe ser a tu modo, pides todo y no das nada, eres una egoísta, sólo piensas en tí. Ya nisiquiera en Harry, hazlo por tí tambien, porque este camino sólo llega a una salida; la soledad. Muy hermosa parecerá ahora pero espera luego que todos te den la espalda como tú se las estás dando a todos; a tu padre, a tu mejor amiga, a tu madre y a la persona que te quiere a pesar de todo. Vas a quedar muy sola, Jane y no soy la única que puede probarte esa teoría, puedes preguntarle a tu madre qué hubiese pasado si no se hubiera dado cuenta a tiempo que debía soltar un poco la cuerda y dar a los demás.
-¿Tú que sabes? Tú tambien abandonaste a Harry, no me vengas con lecciones de vida. Vete.
-¿Sabes cuanto me arrepiento de haberme ido? Apesar de que no haya sido mi culpa, a mi me obligaron a dejarlo mientras lo amaba más que a nada. Y en todo caso, otro ejemplo tienes, yo me fui y llegaste tú, yo regreso, él ya no me quiere. No te arriesgues a que te pase lo mismo.
-¿Ya acabaste? Vete por dodne veniste, no tienes nada qué hacer aquí. Mi vida es mi vida y la decido tan mal y tan errónea como me plazca.
-Lo malo es que tus desiciones afectan a más personas.
-No perjudica el que quiere sino el que puede. No es mi culpa que él se haya enamorado tan perdidamente de mí- digo con suficiencia y la miro con frialdad.
-Sólo son advertencias, Jane. Cosas que pasan y que no quisiera que te pasaran a tí ni a nadie, ya verás tú- da media vuelta y camina en dirección contraria a la casa. 
Doy un portazo molesta y llena de rabia ¿Cómo se atreve esa tipa a venir a decirme lo que le ronca a MI casa? ¿Cómo se atreve a venir hasta aquí? Y el maldito traidor de Edward ya verá como le va. Me encargaré de él luego. Me lanzo al sofá y enciendo la televisión, debo de ver cualquier cosa que despeje mi mente, ya he tomado mi cobarde desición y me apelaré a ella ante todo. 
Paso canal por canal y encuentro una película; Votos de Amor, ya la había visto, irónica posición entre mi madre y Styles con la película, así que decido quitarla y busco algo diferente, Actividad Paranormal 4, no es una película recomendada para ver sola en una casa pero debo llenar ese vacío de valentía que tengo en este momento. La chica es una rubia de probablemente quince años, su novio amigo o lo que sea es un patán que busca fajársela. El niño se ve bastante misterioso y eso de las alarmas que hablan cuando una puerta se abre no me parece lo más tierno que existe. Interesante ver como estrangulan a la gente en el aire y como los cuerpos caen y nadie se percata.
Termino de ver la película y tomo el teléfono de la casa, debo llamar al traidor de mi hermano, además la película no fue la más terrorífica del mundo pero ese escalosfrío de alerta que te queda despues de ver cualquier cosita paranormal en la tele se asoma por mi cabeza, aparte que mi imaginación sobrepoblada va más allá de las ideas del director de la película. 
-¿Hola?
-Eres un hijo de...
-Jane, ¿Dónde carajos estás? ¡Todo el mundo te está buscando!- me grita alarmado.
-Sabes muy bien que estoy en Moscú, tú le dijiste a Puttet y la muy descarada vino a buscarme.
-¿Qué? Yo no le he dicho nada, ¿Qué haces en Moscú?- su voz se hace más aguda.
-¡Huyendo de Harry! Dime todo lo que ha pasado, ¿Dónde estás? ¿Qué te han dicho?
-Ha venido a buscarte aquí, fue a Londres a buscar a mamá, el tipo está desesperado. Dime qué paso.
-Me pidió matrimonio...-hagu una pausa y dos segundos despues él lanza una carcajada.
-¡Por Dios! ¡Esto está más risible que la película de La Máscara! ¡¡Estás huyendo del matrimonio literalmente!!- exclama envuelto en risotadas.
-¡No te burles! 
-Jane, ¿Le dijiste que no o cómo? Cuéntame- me anima de lo más chismoso.
-Le dije que no y huí, hasta dejé a Anto por ahí tirada.
-¿Anto? ¿La de la unversidad? ¿Qué pasó ahí?- sus risas cesan.
-De alguna manera somos amigas, pero eso no importa, no le digas a Harry donde estoy.
-Jane, madura, por Dios. ¿Qué pensabas? El tipo es un hombre mayor, maduro y serio; en conclusión, nada de lo que tú eres. Pero quiere estar contigo, demostrarte lo que siente y tú que le perjuraste amor eterno le sales con la broma de que no quieres volver a verlo ni en pintura, eso es muy inmaduro de tu parte ¿Qué esperabas? ¿Que el tipo iba a estar disponible para tu cama hasta que te cansaras de él y otro viniera a reemplazarlo?
-Tienes razón.
-¡Aleluya! Piénsalo, nana. Tal vez tú si quieres estar con él, pero tienes dudas, dudas que puedes aclarar y arreglar. O tal vez los dieciocho no es tu edad predestinada para comprometerte de esa manera, pero eso tambien tiene arreglo. No tienes que apartarte de él y huír a Asia para decirle que no quieres casarte. Un compromiso con él ya tenías, es sólo una hoja de papel así que no lo tomes tan exageradamente. El drama no es lo tuyo, no sé qué te está pasando ahora. No hay necesidad que te vayas a esconder a un armario ruso para no casarte...
-Es cierto, hablaré con él.
-Cuídate, y cuidado con esa reconciliación- cuelga.
Miro el teléfono y me doy cuenta que los fantasmas de mis dudas y mis agobios pueden arreglarse. Él me propuso casarnos, no me está obligando a hacerlo. Harry es la persona más considerada que existe y sé que podré negociar con él. Además no sé como se me puede pasar por la cabeza la idea de que puedo vivir sin él. Soy felíz con él, y tal vez mi miedo al matrimonio me separe de lo que más amo. Y la loca del avión tiene algo de razón; mi dinero podrá comprar todas las soluciones de los problemas pos matrimoniales, todos esos daños colaterales que causa formar una familia. Pero imaginarme con Harry para siempre, sí es una idea cómoda para mi mente y no sólo eso, tambien es necesaria para mí física y mentalmente. Lo llamaré. Tomo el teléfono de regreso y tecleo su número, el teléfono repica y me pongo nerviosa, como una niña en la secundaria que llama desde un número desconocido sólo para escuchar su respuesta y colgar. La sangre abandona mis manos y siento inclusive que sudan, sé que mi voz va a temblar cuando le hable, si es que le puedo hablar.
-Hola- contesta con su voz ronca y fuerte. Me derrito de inmediato. Su voz por teléfono es tan...sensual. Si existiera el amor a primer oído creo que con una llamada yo ya estaría perdida por él.
-Harold- intento sonar desprecoupada pero como esperé mi voz tembló como una tonta.
-Jane...-escucho una sonrisa, ambos nos quedamos en silencio, y repentinamente soltamos una risita nerviosa ambos al mismo tiempo, somos patéticos- Eso del 7 95 en el teléfono se me hacía sospechoso.
-Es el prefijo de llamadas de Rusia y Moscú- digo tímidamente. No hay nada más estúpido para hablar que los códigos de los países y ciudades, pero para mí es lo más interesante en este momento.
-¿Cómo estás?- susurra.
-Dentro de lo que cabe. ¿Cómo estás tú?
-Extrañándote.
-Y yo a tí- <Pateeeeeeeticos>
-Bueno, tres mil doscientos kilómetros hacen que extrañes a las personas- <¿Cúantos años tienes, Li?>
-Sobre todo a la que amas...
-Exactamente. Pero esa distancia puede acortarse a centímetros si así lo deseas- sé que está sonriendo, aunque no etsoy segura si lo hace con la misma sonrisa tonta que tengo yo grabada en la cara. Me está dando la opción de venir por mí. ¿Cómo es que despues de todo puede quererme? <¡No olvides tu posición!>
-¿Enserio?- mi voz es fina y aguda, se me nota la desesperación por verlo.
-Tú. Yo. Moscú. Solos...Hummm....tengo varias ideas.
Me sonrrojo ante sus palabras, no puedo creer lo tonta que me he de ver sonriéndole al piso con el teléfono pegado. Aún no concibo en mi mente cómo es que puede estar tan romántico a pesar de todo lo que le dije ayer. Fui tan grosera y dura al rechazarlo, incluso lo dejé ¿Qué pasa con este hombre? 
-¿Cómo es que no estás molesto?- pregunto directamente. Debo sacarme la duda.
-¿Por no quererte casar conmigo, dejarme y huir a Rusia para dejarme claro que tienes fobia al matrimonio?- dice sarcásticamente. Me da un retorcijón en lo profundo del estómago y sé que lo hace a propósito.
-Ajá- me limito a decir.
-¿Ya no quieres estar conmigo?
-Sí pero...no me quiero casar a las diecicho- digo frustrada.
-Pues un; ''No, mi amor. Más adelante lo pensaré por ahora no, pero te amo''- finje la voz femenina exageradamente y hace que suelte una carcajada.
-Para comenzar, lo de ''mi amor'' nunca te lo digo, y soy más dramática que eso.
-Pues cuéntame qué pensaste cuando te lo propuse- suena muy sereno. No sé como lo hace, le pediré la receta más tarde.
-Bueno- balbuceo- Me miré en cinco años con ocho hijos, lavando pañales, gorda y con los pechos caídos...-Antes de terminar Harry está atacado en risas, soy su payaso.
-Perdón es que...es un poco ilógico tener ocho hijos en cinco años. Jane, no te obligaré a nada que no quieras. Claro que me arde la vida que me rechaces algo que me ha costado tanto decirte, pero...sobreviviré- bromea.
-¿Eso que significa?
-No quieres casarte, está bien. Sólo quiero abrir los ojos y verte a mi lado en las mañanas- susurra.
Woooow, un segundo aquí ¡¿Acaso la mujer dle vuelo y Harry conspiran contra mí?!
-Pero eso ya lo hacías...
-Pero quiero despertar y pensar: ''Que hermosa se ve mi esposa dormida''- ríe.
La verdad eso sonó muy apetecible para mi oído. La verdad ''esposa'' no es un puesto tan malo, mejor si soy de Lí. ¡Pero tendrá que cambiarse el apellido si nos llegamos a unir! No seré la señora Lí-Sellers, eso sería una blafemia contra mí. ¿Será capaz de hacer un apellido compuesto para los dos? ¿Lí-Styles? Bueno, se oye un poco tonto pero de que es capaz creo que sí. Jane Lí. Me agrada.
-No quiero ser gorda- <Gran argumento>
-¿Podemos hablar de esto de frente?
-¿Para convencerme con esa mirada tan intensa que tienes?
-¿Tengo una mirada intensa? Qué halagador. Arreglemos esto, Jane. Te extraño.
-Está bien, mañana regresaré a Mánchester.
-Gracias. Te esperaré...
-Harry...
-¿Sí?
Respira, Jane. Respira y dilo.
-Te amo.
-Y yo te amo a tí, nana.
-Tengo que ir a dormir ya, tengo sueño.
-Sí, diferencia horaria...Descansa.
-Harry...
-¿Sí?
-Te amo más que hace unos segundos.
-Comprendo, me pasa igual...Buenas noches.
-Adiós- miro el teléfono y lo pongo de nuevo en la base. 
Me lanzo de espaldas al sofá y suspiro como una tonta. Ya deseo verle, abrazarle y quedarme con él por siempre.

Mala Jane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora