Beautiful Ángel (#1) COMPLETA (Editando)

Capítulo 37

Los chicos me han llevado a conocer muchos lugares en España, además de dejarme opinar acerca de las letras de las canciones. Hay una que me gusta en especial, se llama Hey Ángel. Bastante irónico por cierto. Pero luego de una semana aquí, es hora de volver a Londres. No he visto a Gabriel en estos días, pero supongo que ha estado muy ocupado.

Al llegar a mi apartamento, subo la maleta a mi habitación y decido ir al cielo. Llevo días sin ver a mi madre y a mi amiga.
Cuando llego a este choco contra algunos Ángeles en el camino rumbo a la sala de entrenamientos, Julli siempre está en esta o en el salón. Después de observar el lugar noto que mi mejor amiga se encuentra entrenando junto con Rick, por lo cual avanzo hasta llegar a ellos.

— ¿Qué tal? —saludo a ambos.

—Creí que nunca te vería de nuevo. —dice mi mejor amiga mientras me abraza.

—Lo dices como si hubiesen pasado meses desde la última vez que me viste. —ruedo los ojos, esta solo se encoge de hombros y sonríe. Es típico en Julli sonreír.

— ¿Qué tal, Sam? —murmura Rick sonriente.

— ¿Ustedes ya son amigos inseparables o qué? —frunzo el ceño.

—Solo estamos entrenando juntos, ya sabes, nunca esta de mas aprender nuevos movimientos. —dice mi mejor amiga.

—Hey chicas y Rick. —dice Aidan al situarse a mi lado.

— ¿Qué tal? —murmura Julli. Que poco originales con el saludo, yo lo dije primero.

—Si bien recuerdo, una amiga y compañera del ejército me dijo que vendría a entrenar novatos. —dice Aidan en modo de regaño.
—Cielos, lo olvidé. Estuve viajando con los chicos y ocurrió una situación, que no les diré. —digo al ver la curiosidad en sus rostros, especialmente en el de Julli.

—Pero puedes empezar hoy. —dice Aidan.

—Claro, iré a cambiarme. Reúne a los novatos. —grito mientras corro hacia los vestidores. Un poco de acción y entretenimiento no le hace malo a nadie. Al llegar a mi locker saco la ropa típica de entrenamiento y me la coloco, seguido de eso sujeto mi cabello y salgo a reunirme con los novatos. Cuando llego noto que hay dos filas de diez Ángeles, todos escuchando las indicaciones de Aidan atentamente. Rápidamente me coloco a su lado mientras este continúa hablando.

—Bueno, chicos y chicas. Ella es Samantha, miembro del ejército. Ella los entrenará hasta que estén listos para pelear como es debido, ¿entendido? —dice con tono duro.

—Sí, comandante. —dicen al unísono.

—Puedes empezar, Sam. —dice Aidan sonriente.

—Deja de sonreír. —lo miro fastidiada.

—Suerte, te estaré observando. —sonríe más grande y se va a sentar a una banca.

—Bueno, ya saben quien soy y si se preguntan, no me interesa quienes son ustedes. Estoy aquí para convertirlos y convertirlas en potenciales soldados para el ejército angelical y no para hacer amigos. ¿Entendido? —digo firme.

—Sí. —dicen todos.

—Bien. Quiero saber qué les enseñaron los idiotas del ejército. Tú —señalo a un chico rubio —, ven y muéstrame lo que sabes.

Rápidamente el chico avanza hasta quedar frente a mí.

—Sé un poco de lucha cuerpo a cuerpo. —murmura.

—Entonces muéstrame. —murmuro. Inmediatamente ambos nos colocamos en posición. Al menos sabe eso. Luego el chico lanza golpes directamente a mi rostro, los cuales pude evitar con suma facilidad. El único golpe que lanzo hacia el rostro del chico, lo detengo milímetros antes de tocarlo. Realmente no quiero hacerle daño y se nota que no los han entrenado.