Beautiful Ángel (#1) COMPLETA (Editando)

Capítulo 2

GABRIEL

Luego de que Sam se fuera, mando a llamar a Matheo para que elijamos a la persona que Sam cuidará.

—Dime Matheo, ¿a quién tienes en mente? —lo miro.

—Pensaba en una chica, ya que no son tan molestas y a Sam se le haría más fácil.

—Es una buena idea.

Tardamos cerca de veinte minutos en elegir varias carpetas para que Sam escoja la que más le llame la atención. Normalmente solo les asignamos la persona que cuidaran y listo. Pero con Sam es diferente, ya que las personas no deben ser de carácter muy fuerte, sino esto le afectará mucho por ser mitad demonio.
A veces me gustaría que ella eligiera ser un ángel de por vida y no tuviera que combatir con un demonio en su interior, pero es mi sobrina y la quiero como sea.

Muchas veces resulta muy doloroso para ella esto de tener el bien y el mal juntos en su cuerpo.

Cuando ella tenía tan solo catorce años nos fue muy difícil tenerla encerrada en su habitación mientras una lucha de ángeles y demonios se daba en todo el cielo, ya que si ella era ángel los demonios la asesinarían y si era demonio los ángeles harían lo mismo, a pesar de conocerla. Con su hermano Leonardo fue diferente, ya que él decidió ser un demonio en su totalidad e ir a vivir con su padre al infierno, en ocasiones lo suelo ver, pero no es lo mismo.

De pronto la puerta se abre de golpe, revelando a un chico castaño bastante cansado y agitado.

—Arcángeles, lo siento, no lo pude detener. Venía muy rápido hacia la puerta. —dice Susana.

—No te preocupes Susana, dime muchacho, ¿qué te ha traído hasta aquí? —pregunto en tono tranquilo.

—Y-yo he venido —dice con dificultad, luego toma una bocada de aire para hablar nuevamente—... Jullieth me ha enviado por usted, dijo que Sam lo necesitaba.

— ¿Ella está bien? —pregunto alarmado.

—Responde muchacho. —dice Miguel igual de desesperado.

—No lo sé, pero se veía muy mal.

— ¿Dónde se encuentra ella? —pregunto casi gritando.

—En la sala de entrenamientos. —dice haciéndose a un lado.

Sin esperar a Miguel o al muchacho, corro hacia la sala de entrenamientos. Cuando estoy a unos metros de esta, alguien aparece de la nada en mi camino haciendo que me de un fuerte golpe.

—Gabriel eres tú, lo siento mucho, de verdad. —dice alguien frente a mí. Levanto mi mirada para descubrir de quien se trata, Jack, el padre de Sam, aparece frente a mí.

—Jack, ¿qué haces aquí? —pregunto confuso.

—Escuche a Sam gritar y me asuste mucho, así que decidí venir. ¿Tú por qué corrías?

—Un chico me dijo que Sam me necesita.

—Entonces andando.

Ambos seguimos el camino hacia la sala de entrenamientos y antes de llegar a esta, escuchamos a Sam gritar por lo cual abrimos las puertas. Observamos la habitación hasta que la vemos en una banca con Jullieth a su lado.

Decidimos no acercarnos, ya que ella puede alterarse más, por lo cual esperamos unos minutos para ver que sucede. Luego escuchamos a Jullieth hablarle para tranquilizarla.

—Sam resiste, Gabriel llegara pronto.

—Me duele. —dice ella. Su amiga le dice algo que no alcanzo a escuchar y se va.