Capítulo 28

947 56 1
                                    

Ahora que me doy cuenta, el techo de mi habitación es muy interesante o al menos eso cree mi mente, ya que no he podido quitar mi mirada de este. Quizás debería dormir un poco.
Tras pasar un largo tiempo intentando quedarme dormida, al fin lo logro.

(***)

Me despierto al sentir algo haciéndome cosquillas, primero en mi mejilla, luego en mi abdomen. Dios, soy muy débil cuando se trata de cosquillas. Abro mis ojos lentamente y me remuevo un poco sobre mi cama. Después llevo mi mirada a mi abdomen y descubro lo que me causa cosquillas.

—Me haces cosquillas. —murmuro hacia Gabriel.

Este inmediatamente sube un poco su mano y me apega más a su cuerpo, de manera que su aliento choca contra mi oreja.

—Me encanta como hueles. —dice antes de respirar profundamente. Eso fue un tanto psicópata.

—Te has vuelto muy romántico ¿no? —bromeo.

—No lo creo. —dice antes de besar mi cabello.

— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —murmuro aún soñolienta.

—Unos quince minutos. Vine a preguntarte si querías ir a nadar, pero te encontré dormida. —explica.

— ¿Sabes? Eso era exactamente lo que iba a hacer. —digo un poco sorprendida. A veces pongo en duda los poderes de Gabriel.

—Entonces vamos. —murmura.

Ambos nos levantamos de la cama y vamos rumbo a la piscina. Esta se encuentra bajo techo así que el agua es bastante fría, de vez en cuando se calienta, pero no muchos suelen usarla.
Cuando llegamos al lugar, ingreso antes que Gabriel y este se dedica a cerrar la puerta con seguro. Camino hasta el borde de la piscina e introduzco mi mano en esta, el agua está bastante fría.
Rápidamente me quito las zapatillas, seguido del pantalón y la blusa, quedando únicamente en ropa interior.

—Linda ropa interior. —dice Gabriel a mis espaldas, quien se encuentra únicamente en boxers.

—Lo mismo digo. —sonrío.

Coloco mis manos sobre mi cabeza e inclino un poco mi cuerpo, luego me lanzo a la piscina, un clavado perfecto si me preguntan. Cuando toco fondo nado nuevamente hacia la superficie. Busco a Gabriel con mi mirada, pero no hay rastros de él. Lo que no me sorprende.

De repente, algo o más bien alguien jala mi pie, hundiéndome nuevamente. Abro mis ojos dentro del agua y miro a Gabriel sonreír, este agarra mi cintura y me besa. Claro un beso que no tarda mucho tiempo, mis pulmones necesitan oxígeno. Rápidamente ambos nadamos hasta la superficie, llenando nuestros pulmones de mucho aire.

—Muy romántico, Gabriel. —me burlo de él.

—Eres más fría que el agua de esta piscina. —se burla. Que halagador.

—Lo sé, gracias por recordármelo. —sonrío un poco antes de nadar hacia el otro extremo de la piscina.

Hemos pasado mucho tiempo en la piscina y por ello, los dedos de Gabriel están arrugados. Mi cuerpo por otro lado, no se da esos lujos. Es como si el poder de auto curación no quisiera que mi cuerpo tuviese algún defecto, por eso elimina las arrugas inmediatamente.

Cuando decidimos irnos, salgo de la piscina temblando. Al menos sé que no me moriré de pulmonía gracias a mi poder, pero hipotermia es un punto y aparte. Froto mis manos a ambos lados de mis brazos en busca de algo de calor, pero es inútil.
¿Saben? A veces creo que soy muy idiota, por ejemplo, en este momento. Mi cabeza solo me grita, idiota, idiota, idiota.
Suelo ser muy refunfuñona con los chicos porque no recuerdan mis poderes, por ejemplo, el de auto curarme. Pero ya es el colmo que yo misma no recuerde mis propios poderes. El primer día que me presente ante los chicos les dije los poderes que poseía en ese momento, entre ellos fuego. ¿Ven por qué digo que soy una idiota? Bien, creo que me apoyan.

Beautiful Ángel (#1) COMPLETA (Editando)Where stories live. Discover now