Bienvenida a la humanidad

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Sam se estaba preparando en su habitación, su padre le había consegido ropa de lucha junto con armas que él mismo había hecho. La ropa era muy ajustada, negra y le cubría todo el cuerpo, pero era realmente facil moverse con ella, también le había entregado varios cuchillos largos aunque ella no tenía ni idea de como utilizarlos.

Se sentía realmente nerviosa, es cierto que ya había matado a un Licaón antes y ha tenido mucha experiencia en peleas callejeras (quizás demasiadas), pero jamás había estado en una guerra, no sabía luchar cuendo la vida de otras personas dependian de ella, sabiendo que si ella se equivocaba, si fallaba, todos podrían acabar muertos. Se dejó caer en la cama y enterró las manos en su cabello, los Licaón solo querían hablar, pero podía ser una trampa. Si ella se equivocaba o dudaba todos estarían perdidos.

Alguien llamó a la puerta, Sam no se molestó en hablar, Jetsel entró y se sentó a su lado en la cama. Se quedaron en silencio durante varios minutos, sin decir nada, solo ahí, mirándo a la nada en la pared.

-Me voy- dijo finalmente Jetsel- Me llevan a otra ciudad, muy lejos de aquí.

Sam levantó la cabeza y le miró a los ojos totalmente asustada, ayer, después de hablar con Drake este se elvantó totalmente enfadado y desde entonces no le habla. Más tarde fue a hablar con Ian "iré contigo, pero no te acerques más a mi, déjame" En una tarde y sin saber como, ambos chicos la habían abandonado, en parte se lo merecía. Pero ella no quería que Jetsel se fuera, era su único amigo de verdad.

-No me mires así Sam, me estás partiendo el corazón- Jetsel le limpió unas lágrimas que la chica no sabía que tenía- Me quieren lejos de aquí por si...bueno...

-Por si lo echo todo a perder-Le cortó Sam- lo entiendo, eres alguien muy valioso para ellos...y yo no quiero que te pase nada por mi culpa.

Jetsel se acercó más a ella y la abrazó, Sam enterró la cabeza en su pecho y le abrazó fuertemente, era como estar en casa.

-Sé que lo vas a hacer bien Sam, y cuando todo esto acabe vendré a verte y me quedaré contigo todo el tiempo que quieras.- Sam asintió, intentando no llorar, tenía que ser fuerte.- Pero pase lo que pase tienes que aclararte con eso dos chicos.

Sam levantó la cabeza para mirarle a los ojos.

-¿por qué es tan importante que consiga un novio?- Jetsel se rió y le dió un beso en la cabeza.

-Es algo más complicado que eso- Jetsel la agarró de los hombros y la separó de su cuerpo para mirarla a los ojos- Escuchame Sam, porque esto es realmente importante. Tu cuerpo está cambiando, tus células están teniendo una lucha interna y tienes que decidirte rápido.

-No lo entiendo...

-Puedes controlar este proceso, puedes quedarte con tu parte cazadora y ser medio cazadora, puedes elegir vivir una vida como los cazadores, más longeva de la cuenta, formar una familia y algún día morir junto la persona que quieres, pero si eliges ser una diosa no puedes morir, vivirás eternamente y verás a todos los que quieres morir.- Sam notaba como se le secaba al boca, era como si todo el agua en su cuerpo se hubiese evaporado- No puedes quedarte como estás ahora, en ese termino en el que no se sabe que eres, porque te volverás loca, loca y muy peligrosa.

-Yo...

-Pot eso es tan importante que elijas Sam ¿con quién quieres pasar tu vida? ¿a quién te dolería más perder?

-¿Cuánto tiempo tengo antes de que tenga que decidir que quiero ser? ¿cómo sabré que ese momento ha llegado?

-No lo sé, eso solo se sabe, la verdad es que jamás he conocido a un Dios, y menos a uno con tantos problemas.-Jetsel le dedicó una sonrisa cálida.- ¿qué pasó en tu viaje astral? ¿recibiste algún mensaje? ¿te dijeron algo?

El cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora