El beso

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Drake y Sam iban montados en el coche y un silencio incómodo les envolvía, ninguno de ellos se sentía cómodo en aquella situación.

-Estas muy callada- Decidió decir finalmente él.

-Estoy intentado organizar mi cabeza- se giró en el asiento y le miro directamente, aún sabiendo como su cuerpo iba a reaccionar.-ayer era una chica normal de bachillerato y de repente parezco ser la atracción principal de un grupo de cazadores que cazan lobos gigantes. Y no solo eso me han adjudicado a un niñero al cual le salvé la vida ayer.-Sam suspiro y se llevó las manos a la cabeza.-Solo no entiendo porque teneis tantísimo interes en mi y tanto afán por protegerme. Llevo toda mi vida sola y no me había pasado nunca nada. Creo que sé cuidarme sola.

-Se que es dificil de creer, pero hemos encontrado algó que podía cambiar la manera en la que cazamos, podíamos salvar mucho más gente; Es como si encontraras a alguíen que tiene la cura contra el Cancer- Drake miró la miro a los ojos esperando que ella le entendiera, sus ojos verdes se clavaron en los del muchacho, provocando una reacción que le incomodó. Cuando ella le miraba era como si pudiese ver toda su alma.-Además no sabes a lo que te enfrentas, los Licaón son realmente fuertes.

-Te recuerdo que ayer YO te salvé la vida a TI, SOLA y con un cubo de basura.- él rió y a ella se le aceleró el corazón.

Se sentía estupida, toda su vida había hecho caso omiso a los hombre, el único que le importaba era su padre y nada más. Y de buenas a primeras conoce a un chico que la descoloca, le hace sentirse como una adolescente tonta ¿dónde quedó aquella chica de cabeza fría? Pero no podía evitarlo, cada vez que echaba un vistazo y veía la ropa ajustada que le marcaba los músculos, su cabello negro y sus facciones duras y apuestas, y su voz era grave con un tono suave, su corazón parecía palpitar al mismo ritmo en el que su voz salía de la boca.

-Gracias por eso, si tu no me hubieras encontrado yo habría muerto-Drake la miro a los ojos y le cogió la mano. Aunque el no lo quisiera admitar, era una excusa para poder tocarla. Su piel suave le enviaba corrientes eléctricas que despertaban sus deseos sexuales. Y la mirada de ella, con sus mofletes sonrojados levemente y los labios abiertos levemente no le ayudaban en lo más mínimo. Todo lo contrario, queria saltar encima de ella y hacerla suya en ese mismo coche. "¡Mierda Drake! ¡contrólate!"

-De nada-Ella apartó la mano-Gracias por traerme a mi casa.

Sam salió del coche deseando tener un poco de tranquilidad y descansar de la mirada de Drake poseyéndola.

-Entonces ¿nos inventamos una excusa o entro a tu cuarto por la ventana?- ¿excusa? ¿ventana? ¡¿cuarto?!

-¿qué?

-Claro, ahora debo quedarme contigo- él señalo a una maleta situada en el coche.

-No puedes- SI ese chico llegaba a entrar en su habitación mientras estaba consciente se volvería loca.

-Debo hacerlo Sam, mi padre me lo ha ordenado.- Sam bajó del coche y andó rapidamente hasta su casa, abrió la puerta y la cerró con llave desde dentro para que él no pudiese entrar. Sabía que aquel comportamiento era demasiado infantil, pero no sabía que hacer. Entonces le vió bajando las escaleras de su casa.

-¿Sabes? no deberías dejar la ventana de tu cuarto abierta, podría entrar alguien- dijo riéndose.

Ella se quedó helada. "reacciona de una vez Sam" "es un chico, como papá"

-Bueno, ahora estás tu para protejerme ¿no?

-exacto ¿estás sola?

-sí.

-¿tus padres trabajan?

-Mi padre, tiene un gimnasio.

-Lo siento- dijo Drake, dejándola totamente fuera de sitio.

-¿que sientes?

-Tu madre no vive ¿verdad?

-Como...

-Se nota en la casa- la interrumpió él.

Princesa apareció en ese momento suplicando comida.

-Vamos princesa, te dare una de tus latas favoritas.

Ella se movió hasta la cocina y él la seguía como un perrito, después de todo no tenía nada más que hacer.

-¿tu gata se llama princesa? Es algo infantil.

-Se lo puso mi madre y es macho... mi madre no atinaba mucho con eso de los sexos. Murió al darme a luz-¿Por que le contaba esto a él?

-Se lo que se siente al crecer sin madre- dijo él-pero mi caso es diferente al tuyo. ¿por qué te llamaron Sam?

Princesa se estaba comiendo su lata felizmente y él estaba apoyado en la encimera de la cocina con un aire demasiado sensual. De alguna manera aquel cuerpo la llamaba y su cuerpo quería acudir a esa llamada.

-Los médicos les dijeron que yo era un chico, mi madre murió sin saber que no era así, murió incluso antes de verme- la tristeza mezclada con odio empezó a emerger sin ella desearlo- Murió por algo que nisiquiera pudo llegar a ver.- La fustración la invadía y se negaba a llorar, se negaba a llorar delante de él.

Sintió algo caliente a su alrededor, unos brazos fuertes. Drake la estaba abrazando, ella pudo sentir el cuerpo de Drake pegado al suyo y la calidez y cariño que este desprendía, se abrazó a él con fuerza y aspiro su aroma a hierva recien cortada y sol, mezclada con algo de sangre. Nataba su corazón palpitar y se fué tranquilizando poco a poco.

Drake se sentía tan bien abrazándola, como si hubiese nacido para ello; su pequeño y frágil cuepor encajaba perfectamente con el suyo, cuando sintió que las manos de ella lo abrazaban no cabía en si de gozo. La apretó más fuerte contra su cuerpo y notó como ella se iba tranquilizando.

-Ella dió la vida por algo a lo que amaba, no pudo llegar a conocerte, pero te cuidó y te amó durante aquellos nueve meses que te tuvo con ella.-Ella le abrazó con más fuerza y el corazón de Drake empezaba a agitarse, esperando que ella no lo notara.-Si ella no hubiese dado su vida por ti, yo no estaría aquí ahora.

Sam levantó la cabeza para mirar al muchacho de ojos marrones sin soltar su agarre, los ojos de Drake la capturaron. Podía ver como el muchacho acercaba su cabaza cada vez más a la de ella, pero no le importó, ella deseaba que él la besará. Y así fue.

Los labios de Drake tocaron los de Sam timidamente, pero el simple roce condujo tal reacción en el cuerpo de ambos que el siguiente beso fue ardiente y feroz, lleno de un deso incalculable. La lengua de él jugaba con los labios de ella y ella contratacaba con pequeños mordiscos en el labio inferior de él. Lentamente los labios de ambos se fueron abriendo haciendo paso a sus lenguas, sus cuerpos empezaban a pegarse cada vez más, ella tenía las manos alrededor de su cuello agarrándole su sedoso cabello mientras lo atraía más hacia ella y las manos de él acariciaban su cintura y su muslo. Él la levanto en el aire sin problema alguno y enredó sus piernas en la cintura de el, un inmeso calor se apoderaba de ellos. Ella notaba el miembro de él golpeandola en su entrepierna, deseoso por hacerla suya. No podía evitar emitir pequeños gemidos con cada caricia de él en su pecho o cuando la frotaba levemente contra su miembro. Entre tanto calentón ella pudo vislumbrar algo de cordura.

-No...yo- intentaba decir entre beso y beso, su lengua se enredaba con la de él y su cabeza volvía a perderse en aquella espiral de placer. Pero debía luchar un poco más, le mordió fuertemente el labio y aprovechando que el apartó su boca dijo rapidamente-Soy virgen.

El cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora