El simio

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Sam desayunó a toda prisa mientras Amy hablaba sin parar, tenía demasiadas cosas en la cabeza como para prestar atención a aquella chica, pero una de las cosas que dijo le impactó tanto que le hizó echar la leche que tenía en la boca.

-¿qué?

-que al parecer unos jovenes hicieron varios desastres en esta calle, ha aparecido toda la basura por el suelo y algunos cubos desperdigados. Uno en concreto está imposible de arreglar, pero nadie de la calle parece haber escuchado nada. ¿tú escuchaste algo?-le pregunto extrañada por la reacción que tuvo con la leche.

-no,no, nada, solo que me ha sorprendido, pensaba que era un barrio tranquilo.- Amy se inclinó sobre la mesa y le susurró a Sam en el oido para que su padre no se enterara.

-Pensé que había podido ser Tom.

-¿quién?-susurró ella también.

-ya sabes, el chico al que pegaste ayer. Después de todo el cubo de basura que esta en peor estado es el tuyo.

Sam lo único que hizo fue negar con la cabeza, él no había sido. Ella había visto quien (o que) había causado ese desastre, y eso más la ropa ensangrentada que escondía bajo su cama solo le hacían estar más segura de que lo sucedido ayer fue real. Pero donde se encontraba aquél muchacho seguía consumiento la cabeza de Sam

-Cariño- dijo su padre interrumpiendo el hilo de sus pensamientos- Vais a llegar tarde.

-sí-dijo y ambas salieron hacia el instituto.

En cuanto atravesó la puerta su hermana le abofeteó la cara para después abrazarle como si le fuera la vida en ello.

-¿Dónde demonios has estado Drake?- dijo entre sollozos.

-yo, au- se quejó el bajo su abrazo estrangulador.

Ella se apartó para poder ver bien a su hermano, pudo onservar que no llevaba su ropa de cazar y de los cinco cuchillos que se había llevado solo había vuelto con uno, pero su confusión fue mayor cuando pudo ver un poco de venda asomandose por el cuello de la camisa.

-¡¿Pero qué..?!

-shh- le puso una mano en la boca y la llevo a la cocina cerrando la puerta tras de si.-No quiero que se enteren papá y mamá.

-¿que demonios ha pasado?- le pregunto ella con un tono de voz mucho más bajo- saliste a hacer una ronda y vuelves así.

-No lo sé Mara, lo último que recuerdo es escontrarme con un Licaón.

-¿Lo último que recuerdas?-dijo su hermana asustada- ¿y si te ha mordido? ¿y si te ha convertido en uno a ti también?

-No lo ha hecho, cuando vi que no iba a poder con él huí...

-¿y?- Ella sabía que ahí no acababa la cosa.

-Me siguió hasta la ciudad.

-¡¿qué?!- esta vez no le importó gritar- ¿estas loco?

-Creí que lo despisté en el bosque, pero este era mucho más listo que los demás, consiguió encontrarme y me siguío hasta la ciudad, después me atacó varias veces-Dijo mostrándole las vendas que tenía en el cuerpo- y después me golpeó lanzándome contra una pared...

-¿y despues?

-Después...no recuerdo nada.

-¡¿qué?! No solo te has encontrado con un Licaón, si no que lo has atraido hasta aquí y después lo has dejado bagar libre.- ella empezó a dar vueltas consumida por la preocupación- Voy a decírselo a papá.

El cazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora