Capitulo 24 ~ Respira hondo y no le prestes atención. ~

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Habían terminado de cenar y habían salido a dar una vuelta antes de irse cada uno a su casa. Eran ya cerca de las doce y media de la noche cuando Carol recibió una llamada de su madre diciéndole que volviera ya a casa.

-          Chicos, me tengo que ir. – sonrió guardando el móvil en su bolso.

-          Te acompaño. – le dijo Blas.

-          No hace falta, está aquí al lado, puedo ir sola. – lo miró.

-          ¿A las doce de la noche sola por la calle? Ni de coña. – negó con la cabeza.

-          Bueno, vale, venga, acompáñeme. – se rió. Se acercó a Lucia para despedirse y le dijo al oído: - Mañana por la mañana quedamos todas juntas para irnos a comer, ¿eh?

Ella asintió con una sonrisa y Carol terminó de despedirse de todos, Blas también se despidió y cogiéndola de la mano, caminaron calle abajo.

-          Yo también debería de irme, porque a este paso, llego a las tantas. – sonrió Lucia mirándolos.

-          Venga, pues vamos. – la miró Carlos.

-          ¿Qué? – lo miró riendo.

-          Que te acompaño. – le sonrió.

-          Eh… vale. – se sonrojó un poco.

Se aclaró la garganta y empezó a despedirse de todos, riendo por las cosas que le había dicho Marta al odio cuando se acercó a ella para despedirse.

-          Nos vemos mañana, chicas. – sonrió despidiéndose con la mano buena, recordando que la otra no la podía mover.

Carlos se rió negando con la cabeza divertido y la siguió caminando.

Poco a poco se fueron yendo todos, Dani acompañó a Marta a su casa para que no se fuera sola y David se fue a la suya por otro lado, dejando a Eva, Natalia y Álvaro caminado solos por la calle.

Al pasar por una calle, a Eva le dio un escalofrío y se abrazó a sí misma, frotando un poco las manos por los brazos para entrar en calor, pero segundos después, notó que alguien le pasaba un brazo por encima de los hombros y que la pegaban a un cuerpo cálido. Alzó la mirada y le sonrió a Álvaro, que pasó rápidamente la mano por su espalda para crear fricción y que cogiera un poco de su calor.

-          Gracias, me estoy helando. – se rió ella pegándose un poco a él.

-          Ha empezado a refrescar hoy, deberías haber cogido una chaqueta de casa. – le dijo con voz suave, mirándola.

-          No tengo. – rió ella mirándolo divertida.

-          Habrá que ir a comprar entonces. – sonrió él.

-          Cuando tenga el primer sueldo, te prometo que iré a comprarme una. – le dijo riendo.

Él la pegó más a su pecho al sentirla temblar y pasó la mano rápidamente por su espalda de nuevo, le besó el pelo con cariño y le sonrió.

-          ¿Vivís juntos? – preguntó Natalia sorprendida, que se había quedado al margen de la pequeña conversación que mantenían.

-          ¿Eh? Ah, sí… - dijo Eva sin querer entrar en detalles.

-          No me lo habías dicho. – dijo Natalia mirándola seria desde el otro lado de Álvaro, cruzada de brazos y encogida.

-          Vive conmigo desde ayer. – dijo Álvaro mirándola.

¿Cuándo te volveré a ver?Where stories live. Discover now