Capítulo IV

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La ansiedad que estaba sintiendo en estos momentos era inexplicable, estaba caminando hacia los asientos para así esperar, pero antes de sentarme vi un cabezo que llamó mi atención. Reconocería esos rizos en cualquier lugar. Estaba utilizando su celular, así que no se dio cuenta de que estaba allí, hasta que me acerqué un poco más y ahí levantó la mirada. Era él.

¿Mitchie? — preguntó un poco impresionado, noté como me miró completamente sin poder creerlo.

Michelle — lo corregí seca, lo cuál pareció no notar, porque rápidamente dejó su teléfono para abrazarme como si hubiésemos mantenido contacto durante todos estos años.

¡Has crecido tanto! — exclamó mientras me abrazaba, pero yo me mantuve quieta, sin responder a su abrazo.

¿Nos vamos? — fue lo único que respondí, él dejó de abrazarme tomando una de mis maletas. 

Está bien — habló suave, parecía no entender mi comportamiento pero tampoco estaba en ánimos de explicárselo, solo quería llegar y recostarme, estaba cansada y desanimada. 

Salimos del aeropuerto y recorrimos el estacionamiento hasta llegar a un auto rojo hermoso.

Sube, yo pondré el equipaje en la cajuela — me indicó, y me limité a asentir; sin decir nada abrí la puerta del copiloto y me subí al auto. Para decir verdad había cambiado demasiado, lo único que quedaba de él era su pelo, recuerdo que siempre le ha encantado llevarlo así. Mi madre me dijo que actualmente tenía 24 años y tenía su propia compañía, no sé de qué, y sinceramente, no me interesaba tampoco. Terminó de guardar mis cosas y subió al auto, arrancándolo de inmediato. En el camino hubo un silencio bastante incómodo, así que decidí colocarme mis audífonos para que ni me hablara, me sentía extraña, asustada, prácticamente ya no lo conocía y me sentía incómoda. 

Aquí es — dijo abriendo el garaje para entrar a una casa preciosa. Sin decir nada bajé del auto y observé todo el lugar, Harry se acerco a mi y abrió la puerta, dejándome pasar primero y cerrándola luego — ¿te gusta? espero que sea de tu agrado — habló nuevamente dejando las llaves sobre la mesa de la sala de estar. 

Es hermosa — fue lo único que dije, y lo miré, sin embargo, rápidamente desvié la mirada hacia mi teléfono, con la intención de avisar a mis padres que ya me encontraba en casa de mi tío.

¿Quieres comer algo? — preguntó mirándome fijamente. 

No gracias, no tengo hambre — noté su mirada Harry sobre mi, y si anteriormente me sentía incómoda ahora lo estaba aún más, simplemente no sabía cómo actuar, qué decir, o qué hacer, para mí era un completo extraño. 

Está bien — dijo acercándose — tengo una reunión en 10 minutos, te mostraré la habitación para que te des una ducha, te relajes, descanses, guardes tus cosas, lo que gustes — soltó una pequeña sonrisa. 

Está bien — fue lo único que dije sin mucha emoción. Subí la mirada nuevamente para ver mi camino y lo seguí. Me llevó a una habitación enorme, preciosa en todo el sentido de la palabra, tenía vista a la piscina y todas las flores del precioso y enorme patio, no sabía si recordaba lo mucho que amo las flores, pero la vista era bastante agradable — muchas gracias — fue lo único que le dije — creo que dormiré un poco, pero gracias nuevamente — dije sonriendo levemente sin mostrar los dientes, asintiendo luego de escuchar un suave "esta bien" que susurró, cerrando luego la puerta para desnudarme sin pensarlo dos veces, llené la tina y simplemente dejé que el agua recorriera mi cuerpo. 

Harry's POV

Noté que Michelle no era la misma, no estaba feliz con la idea de tener que estar aquí. Pero me puso muy feliz verla después de tanto tiempo; regresé a casa después de la reunión en la empresa y subí a su habitación, toqué la puerta y la escuché decir "adelante", se encontraba concentrada utilizando su celular.

Mitchie, ¿te gustaría ir a cenar? — dije sin adentrarme a la habitación, solo quedándome parado en el marco de la puerta.

Sí, como quieras — soltó su teléfono, cogió un abrigo de cuadros para así cubrirse un poco ya que la noche estaba algo fría, y salió de la habitación sin siquiera mirarme.

Sí, como quieras — soltó su teléfono, cogió un abrigo de cuadros para así cubrirse un poco ya que la noche estaba algo fría, y salió de la habitación sin siquiera mirarme

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¿Qué te gustaría comer? — pregunté tratando de romper el hielo, lo que no pareció funcionar. 

Lo que sea, no soy exigente — dijo alzando sus hombros, mirándome a los ojos al decir aquello. Estaba tan cambiada, solía ser una niña con una mirada muy feliz, pero ahora no lo estaba. 

Mitchie... — susurré cerrando la puerta de su habitación, llevando nuevamente mi mirada a la suya — me gustaría hacerte una pregunta...

30 DÍAS DE PECADO | H. S | EDITANDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora