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—¡Y la próxima vez que le grites a la niña voy a olvidar que tú eres su madre! — le gritó Leclerc a su ex pareja —¡Porque lo que más detesto en este mundo es que traten mal a mi hija!, ¡¿entendiste?!
La madre apretó su mandíbula mirandolo furiosa.
—¡Te hice una pregunt!
—¡Tú no tienes porque venir y darme ordenes! — fue ella quien gritó —¡Te largas a las carreras con tu novia y te olvidas de Charlie porque Olivia es lo único que te importa, no te importa nuestra hija, mucho menos yo!
—Eso no es cierto, el amor que le tengo a Olivia es muy diferente al que le tengo a Charlie y ella lo sabe, ellas dos son lo único que me importan en este mundo, ¿pero por qué deberías de importarme tú?, lo nuestro se acabó ¿y sabes por qué?, porque no eres una buena madre — Alison quiso darle una cachetada y él la detuvo agarrando su mano —Una buena madre trata bien a sus hijos y tú no lo haces, yo me voy por trabajo ¿y tú?, te vas con tus amigas y la dejas sola en la casa con la niñera.
Alison soltó sus lágrimas de coraje.
—No voy a permitir que le grites o que le pegues, no he peleado la custodia por ella, porque a pesar de todo te quiere y eres su mami, voy a llevarmela hoy.
—De ninguna manera, no voy a permitir que se quede con Olivia.
—La cuida mejor que tú y la ama, es mi pareja y puede convivir con mi hija.
Salió de la habitación de la rubia para bajar las escaleras en donde su pequeña niña lloraba siendo consolada por la niñera quien fue la que le llamó a Charles al escuchar como la exesposa del piloto le gritaba a la menor, Leclerc sin dudarlo fue para ponerle un auto a la mujer pero siempre se tragaba todas sus palabras por Charlie.
—Vamos a casa mi amor.
—¿Y mi mami?, ¿la vamos a dejar solita?
Charles suspiró y se incó frente a la niña.
—Iremos con Liv — la menor sonrió y limpió sus lágrimas —Mañana vamos a regresar ¿si?, podemos ver un maratón de películas mientras comemos palomitas ¿si?
—Si papi.
Se alejó de la chica para abrazar a su madre por la cintura sin recibir nada de ella a lo que Charlie solo se alejó para ir a los brazos de su padre quien la cargó, miró a Alison y negó con la cabeza.
—No te la puedes llevar Charles.
—Claro que puedo, soy su padre — agarró la pequeña mochila que la niñera le dió —Puedes irte a tu casa Eli, Charlie va a regresar hasta mañana en la noche y sino es así yo me comunico contigo.
—Si señor Leclerc, compermiso.
—Voy a hablar con mi abogado Charles — se miraron y el monegasco sintió las lágrimas de su hija caer en su playera —No la volverás a ver.
