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Charles miraba con ciertas lágrimas en sus ojos la foto de Olivia que tenía en su mesita de noche, sonrió al ver como ella sonreía con sus manos en ambas mejillas adornando sus dedos con esos anillos que usaba y las perfectas uñas pintadas de rojo, eso nunca podía faltar. Apretó levemente sus ojos y dejó la foto en la mesa para así entrar a su closet en donde estaba acomodando todo el desastre que tenía ahí, colgó algunas playeras en los ganchos pero se detuvo al ver la ropa de ella, se quedó parado sin moverse, tener todo eso ahí solo le traían recuerdos.
Soltó los ganchos y regresó a su habitación encontrandose con su hermano mayor, se limpió rápidamente sus lágrimas para darle una buena sonrisa.
—No te atrevas.
—¿Qué?
—Frente a mamá puedes fingir pero frente a mi no — se cruzó de brazos —¿Por qué te torturas de esta manera?, ¿por qué no vas por ella y la traes a casa?, este es su hogar, contigo — Leclerc bajó su mirada —Es tu novia Charles, se mudó aquí contigo porque te ama.
—Ya no me ama.
Lorenzo giró los ojos ante el drama del piloto.
—Char...
—Yo le dije que se fuera si eso quería y lo hizo.
—¡Se fue por tus celos! — lo regañó —Charles, tienes que aprender a confiar en las personas, Olivia vive en otro continente y decidió venirse aquí, por ti ¿por qué dudas?
—No es fácil Lorenzo, mira mis relaciones anteriores, mi trabajo las hace buscar otra solución para sus vidas.
El mayor negó rápidamente con su cabeza.
—No, no — negó de nuevo —Eso es mentira, esas relaciones anteriores no funcionaron porque no estabas con la persona correcta, esas chicas solo querían fama y Olivia no es igual a ellas — se miraron —Te ha demostrado lealtad y amor, sabes que nunca te engañaria.
—Estaba extraña conmigo.. yo... yo la alejé antes de que...
—Antes de que te dijera; ¿te engañé? — lo interrumpió para completar su frase —No es igual al resto, eso deberías de saberlo y ese chico solo es un amigo, sino confías en ella creo que lo mejor fue esto — le dolió aceptarlo —Eres mi hermano y te amo por eso quiero lo mejor para ti, tienes que sanar primero tú para seguir, puedes buscar ayuda con un psicólogo.
Se rió.
—No estoy loco.
—No necesitas estar loco para visitar un psicólogo, hay veces que necesitamos hablar con alguien — lo siguió cuando salió al balcón —¿La amas?
