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Aquella sala de espera del hospital estaba en silencio.
Los hijos de ellos miraban fijamente el suelo sin soltarse de las manos mientras que la familia de ambos chicos pedían por Jr en silencio y Olivia solo miraba la ventana aún sin poder creer lo que estaba pasando. Cuando llegaron al hospital no le dieron noticias de su hijo porque estaba en cirugía y solo le dijeron la manera en que el muchacho había llegado.
Charles llegó hasta ella y le dió un café, lo aceptó y tomó un poco.
—Es mi culpa, nada de esto estaría pasando si yo no hubiera hecho eso hace seis años y si hubiera tenido el valor de hablar — le dijo y Liv solo lo escuchó —Perdóname Olivia, perdóname por favor.
—¿Por qué me pides perdón ahora?, ¿por qué después de seis años?
—Porque no tenía el valor para hacerlo, me sacaste de tu vida y estabas en todo tu derecho — se miraron y ella pudo ver el arrepentimiento en sus ojos —Tenía una familia perfecta, lo arruiné y siempre me culparé por eso, ahora mi hijo está pagando mis acciones y es mi culpa que esté luchando por su vida.
—Yo también tengo culpa en esto, no debí decirles nada y esperar a que tú lo hicieras, llevé mis problemas a ellos y exploté, si yo no hubiera hablado nada de esto estaría pasando.
Ambos se quedaron en silencio y el piloto agarró la mano de la pelinegra.
—Él estará bien, es fuerte y no va a dejarte.
—Es lo que más deseo — su voz se cortó —Fue nuestro primer hijo, él es mi vida Charles.
La abrazó sorprendiendo a la mujer, sus manos temblaron pero lentamente las fue llevando a su espalda para ella también abrazarlo, cerraron sus ojos y se sintieron reconfortados al sentirse una vez más después de seis años. Sus hijos los miraron y recordaron todos esos abrazos que ellos se daban cuando algo estaba pasando.
Leclerc besó su cabello y se aferró aún más.
—Eres una madre increíble.
—No, no lo soy.
—Claro que si lo eres — le aseguró —Y también fuiste una esposa extraordinaria, daría todo lo que tengo por poder regresar el tiempo, ese tiempo cuando eramos felices y cuando me amabas con locura — la monegasca dejó salir su llanto —No tienes idea de cuanto te necesito en mi vida Olivia, siento que en lugar de avanzar, retrocedo. Ojalá y algún día puedas perdonarme por lo que hice, no sé si mi arrepentimiento sirva pero créeme que estoy arrepentido desde el primer día que puse en pie fuera de tu vida.
