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Sufrimiento y soledad.

Esos eran uno de los sentimientos que Olivia Stan sentía, ella estaba sola. Se sentía sola hasta el día que conoció a aquel monegasco, el chico que la sacó del vacío que tenía y que sentía, la hizo sonreír y la hizo sentir que en este mundo era alguien, que había alguien que se preocupaba por ella.

Dejó de sentir sufrimiento, se dejó de sentir sola y lo más importante, se sintió amada, sabía que había alguien que la cuidaba y que nunca la iba a abandonar. Charles se enamoró de ella, de esa pureza, de esa sencillez y de ese gran corazón que tenía pero algo que lo volvió loco fueron esos ojos marrones y esa hermosa sonrisa encantadora que poseía.

—¿Ya pensaste que quieres de regalo de cumpleaños?

—¿No se supone que los regalos de cumpleaños son sorpresa? — le respondió con otra pregunta y sonrió divertida —Sorprendeme.

—Pero esta vez es diferente amor — comió una de las fresas que ella tenía en un bowl —Pídeme lo que sea y te prometo que voy a dártelo, seré como una hada madrina que puede cumplir lo que sea, justo así como en la cenicienta, pero yo no voy a agitar una barita sino mi tarjeta de crédito.

Olivia se rió y negó con su cabeza ante lo que había dicho su novio.

—Tengo todo lo que quiero Charles, te tengo a ti.

Él sonrió mostrando sus hoyuelos y agarró la mano de su chica para besarla y dejarla en su mejilla.

—¿Ya te dije hoy lo mucho que me encantas? — negó bromeando —Entonces lo diré, me encantas tanto.

—Te amo — le murmuró.

—Te amo más.

Dejó su bowl en la pequeña mesa y lo abrazó recargando su cabeza del pecho de Charles quien cerró sus ojos y besó el cabello de Olivia.
Se quedaron en esa posición por varios minutos en un completo silencio, la monegasca miraba fijamente la ventana y muchas cosas se venían a su mente. Leclerc nunca le negaba nada y aunque ella no las pidiera él se las daba.

Se separó hasta mirarlo a los ojos mientras buscaba las palabras correctas.

—Si hay algo que quisiera pero no es nada material.

—Te escucho, amor.

—Hace tiempo busqué por muchos meses algo que quería, no encontré nada y dejé de buscarlo — bajó su mirada y soltó un suspiro a lo que el piloto acarició su cabello suavemente —Quiero conocer a mis padres biológicos, quiero buscarlos de nuevo.

La sonrisa de él se fue borrando poco a poco.

—Liv..

—Por favor — le pidió —Es algo que he querido desde que tengo memoria, estoy en paz pero aún siento que si los encuentro eso que... eso que tanto me quita el sueño puede cambiar.

One shots with Charles Leclerc III Donde viven las historias. Descúbrelo ahora