Capítulo 38: Hipocresía

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Lelouch fue escoltado por la policía hasta la patrulla ante las miradas atónitas de los invitados de la fiesta. Su perplejidad cedió paso a una mórbida curiosidad apenas avistaron sus muñecas esposadas. En la estación, Lelouch alegó que no se sometería a ningún interrogatorio policial sin la presencia de su abogado, pues ya no estaría contribuyendo a la investigación, sino sería parte de la misma. La situación era distinta. Ipso facto, el abogado Gottwald acudió y se puso manos a la obra. Sopesó cada pregunta con meticulosidad rigurosa en búsqueda de cualquier fisura legal que lo facultara excluirla. Lelouch repitió la declaración que le tomaron el primer día palabra por palabra y negó la nueva evidencia en su contra que incluía el comprometedor testimonio de su hermana, argumentando que ella lo consideraba el asesino de Euphemia aún después de que en el juicio correspondiente tal acusación fue desmantelada; por lo cual, ella abrigaba un resentimiento hacia él. En consecuencia, Lelouch estuvo detenido en la comisaría la noche de la fiesta. Al día siguiente, lo soltaron. No le costó al abogado Gottwald lograrlo. No había pruebas contundentes más allá de la testificación de su hermana Cornelia que, aun así, era suficiente para iniciar un proceso penal.

Razón por la cual el abogado Gottwald y Lelouch se reunieron en el apartamento del primero. Jeremiah abordaba todos los asuntos legales en su despacho para separar el trabajo de su vida personal. Esta vez no lo hizo así. Este era el caso más importante que había tenido desde que el presidente Charles le encomendó defender a Luciano Bradley. ¡Demonios! Este era el caso de su vida. Por fin tenía la oportunidad de hacer las cosas bien y reparar el daño que ocasionó hace diecisiete años. Sobraba decir que no contaría con el respaldo de Britannia Corps como siempre. El presidente Schneizel se aseguraría de conseguir un veredicto de culpabilidad por todos los medios (sino es que antes mandaba un asesino a ocuparse de Lelouch). Por lo tanto, solo dependería de su conocimiento y experiencia acumulados. En privado, Lelouch le había confesado la verdad a su abogado. Francamente, Jeremiah no estaba sorprendido; pero sí algo alarmado.

—El presidente Schneizel manipuló a la directora Cornelia para que brindara un testimonio incriminatorio que te llevara a juicio. Pongo mi mano en el fuego en ello. No te ofendas. Eres el mejor sospechoso de la lista. Tienes una coartada dudosa y un motivo sólido. Eso sumado a las evidencias que falsifique o, en su defecto, se recojan y un puñado de testigos sobornados te garantizará la pena de muerte. ¡Sugiero que empleemos su propia estrategia demostrando la existencia del gen psicópata en la familia Britannia! Busquemos un psiquiatra especialista en ciencias del comportamiento y genética...

—No, no admitiremos los cargos. Eso sería, además, un insulto para las personas que padecen efectivamente esa condición —refutó Lelouch enviándole a Jeremiah una señal con el dedo. Lelouch estaba de espaldas a él. Examinaba el centro de la mesa del comedor que era ocupado por un cesto de mimbre lleno de naranjas frescas—. Necesito que me defiendas en el juzgado. Ambos sabemos que no soy el único con motivos para matar a Charles. Diseña una estrategia en función de esa premisa. Desvía la atención del jurado inundándolo con evidencias, que si no podemos conseguir igual podemos fabricarlas.

Lelouch seleccionó una de las naranjas del cesto y la limpió en su chaqueta. El comedor del apartamento de Jeremiah se conectaba directamente con la sala de estar. Ambas habitaciones eran divididas por un elegante arco de madera. Jeremiah le había ofrecido sentarse en alguno de los sillones felpudos de la sala y Lelouch declinó su oferta con amabilidad y pasó a recorrer el lugar, pues esta era la última vez que podía admirarlo. Conocía la ubicación de todo. Estuvo viviendo en ese apartamento mientras estuvo desaparecido. Ni el sueldo de un año alcanzaría a pagar un apartamento tan lujoso como el de Jeremiah. Tenía vistas espléndidas de distintos puntos de la ciudad y era súper espacioso. Hasta ahí acababan las semejanzas con su antiguo pent-house. El apartamento de Jeremiah disponía de mobiliario lujoso, su propia alberca, un balcón y una chimenea. Lelouch advirtió no sin cierta gracia que un apartamento igual a ese hubiera sido suyo si habría aceptado la propuesta de Schneizel. Rumió el abogado Gottwald:

Code Geass: BloodlinesWhere stories live. Discover now