Capítulo 35: Campanas

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El frío decembrino se instaló en la ciudad desde la despedida de noviembre. Por las mañanas, soplaba una placentera brisa, aunque el día fuera claro y resplandeciente y el cielo estuviera despejado. Por las noches, el viento arreciaba y el frío se intensificaba, de tal manera que las copas de los árboles se sacudían con estrépito. Kallen pasaba las noches gélidas preparándose un amazake o un chocolate caliente que bebía con gusto frente a la ventana de su cuarto entre tanto admiraba la encantadora lluvia de copos de nieve. Visto desde el pent-house, la nevada era un espectáculo visual impresionante y precioso. El clima acentuó la añoranza de Kallen. Echó mucho en falta a Lelouch. Para ella, la mejor forma de entrar en calor era abrazar al ser amado. Rociarse el perfume de Lelouch en las muñecas y dormir con una de sus chaquetas o su propia bata la ayudó a sentirlo a través de la distancia. Pero nada podía remplazar la calidez y la suavidad de su pecho. No sorprendería entonces que Kallen estuviera contando las horas para ver a Lelouch desde que dejó la oficina. Había caído ya el crepúsculo para cuando Kallen se presentó puntual en la mansión. Lelouch la acogió al instante y la invitó al interior. Ya que ella había estado una vez allí y no pudo explorar la casa, él decidió darle un tour. La condujo a través de los cuartos de la planta baja. Atravesaron el vestíbulo, el comedor, la biblioteca, las galerías y el salón. Ella quedó maravillada ante la piscina cristalina y el modesto gimnasio. Nunca se había puesto a pensar en los lujos que podía albergar la mansión Britannia. Kallen se avergonzó pensando que lucía tonta con la boca abierta cada vez que Lelouch le mostraba algo. Ella dejó que él fuera delante como un genuino guía, aunque justo después lamentó que no estuvieran más cerca para coger su mano. En resumen, podría decir que las estancias eran opulentas, espaciosas y luminosas. La mansión respiraba un aire de antigüedad y elegancia. La pelirroja experimentó la impresión de que estaba visitando un magnífico palacio.

—Así que este es el mundo donde realmente pertenece Lelouch vi Britannia —comentó ella. Estaban caminando por un largo corredor.

—Es el mundo donde yo fui desarraigado; no donde soy parte. Nunca podría sentirme a gusto en un mundo lleno de pretensiones y futilidades. Estaría bastante solo —precisó él, pausando el itinerario. Se volvió hacia Kallen—. ¿Y a ti?

—¿Uhm? —inquirió ella, desorientada.

—¿Qué me dices tú, Kallen Stadtfeld? A ti no te negaron este mundo de fantasías como a mí. Has estado en él más tiempo que yo. Por no hablar de que desde pequeña pudiste conocer tus verdaderos lazos de sangre.

—Ya sabes que si hubiera dependido de mí conservaría el apellido de mi madre, Kōzuki. Es como me identifico —declaró—. Hubo una época que detestaba usar el apellido de mi padre. Incluso me avergonzaba por las mismas razones que tú menosprecias este mundo. Ahora no estoy resentida con Stadtfeld. Me he percatado de que no todo lo que hay en este mundo es malo. Tiene sus encantos. Igual que las personas que habitan en él. Sería hipócrita de mi parte si lo desconozco. Gracias a este apellido he vivido una buena vida, tal como quería mi madre. No tan buena como podría vivir siendo una Britannia, pero no me puedo quejar.

—¡Tks! Britannia es un apellido pomposo, ¿no te parece?

—Pues, ya que pides mi opinión, sí, lo es. Te lo habría dicho si no me temiera parecer grosera —bromeó. Se aclaró la garganta y atinó a decir—: ¿prefieres Lamperouge?

—Me gustaba más Lelouch Lamperouge, pero ya no puedo continuar llevando ese apellido.

—Es una lástima que no podamos vivir acorde a nuestros deseos —suspiró Kallen—. A estas alturas, seríamos L.L. y K.K.

—L.L. es un nombre cursi —apuntó Lelouch poniendo una mueca. Kallen se echó a reír.

Lelouch y Kallen revisitaron el salón de baile. Si esta no era la habitación favorita de Lelouch, era la que más le gustaba. Fue ahí donde bailó con Kallen. A Lelouch le agradaba revivir ese momento cada vez que entraba. Al final volvieron al salón. Lelouch solía pasar el rato allí ya que había un precioso piano de cola blanco, en donde podía ejecutar piezas musicales. Había aprendido a tocarlo de niño por orden de su madre. En parte, Marianne quería que aprendiera tocar algún instrumento porque ella lo consideraba integral en la formación de un niño. Y, en parte, así ella lo mantenía ocupado por varias horas en algunas tardes. Ella le dio libertad de elegir cualquier instrumento y Lelouch se decantó por el piano ya que Nunnally adoraba las composiciones para piano. Además de que discurrió que sería un buen acompañamiento para sus danzas de ballet. No llegó a interpretar ninguna melodía en una actuación de Nunnally, desafortunadamente. Pero sí tocó el piano para su hermana varias veces en el salón de música de la Academia Ashford. Memorizó varias partituras con vistas de tener una selección amplia para Nunnally. Por supuesto, Kallen ignoraba esto. Al ver el piano, se le prendió el bombillo.

Code Geass: BloodlinesHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin