CAPÍTULO 48: UN PADRE Y UNA HIJA

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Debía hacerle caso a mi hermano, se perfectamente que tenía razón, mi enfermedad debe estar controlada ya que cada vez está peor y pueda ser incontrolable para mí y los médicos.

Me dirijo al hospital psiquiátrico, había agendado una cita con el doctor hace algunos días. Sabía muy bien que el simple hecho de ir donde mi psiquiatra a una valoración no significaba que estaría bien, mágicamente no lo estaría y no lo estaré, pero podría haber una oportunidad, debía aceptar esa oportunidad, mi bienestar es el que está en juego y no pienso arriesgar eso de nuevo.

Había llegado hace dos días a la ciudad, Zane esta de muy buen humor, arreglo los problemas con sus padres, los conflictos que había entre ellos desaparecieron de cierta forma, estaba muy contenta por él, sabía que él había deseado estar bien con ellos durante mucho tiempo, no supe dónde estuvo ese día, tampoco quise preguntarle no lo creí necesario y no lo creo necesario, es algo lo cual él debía resolver de su pasado, un pasado el cual yo no pertenezco y debía respetar eso.

Estaba cerca del hospital, camine rápido, quería que todo pasara lo más rápido posible. Al entrar, el psiquiatra (mi doctor) me esperaba, entre y me senté en la misma silla, el me saludo igual de amable como solía serlo siempre, él siempre ha llevado mi caso y el que ha lidiado con todo lo de mi enfermedad y el que ha logrados los años de estabilidad que he tenido y esperaba que lo hiciera esta vez.

—Cuéntame Iria. ¿Cómo te fue en esas vacaciones? —él tenía una sonrisa en su rostro, su amabilidad se refleja en ella.

—podría decir que bastante bien —agache mi cabeza, no sabía que decir o por dónde empezar, parecía como si nunca hubiese estado sentada en esta silla, lidiando con recaídas que podrían provocar el volverme a internar.

—¿Te pasó algo en las vacaciones? ¿Tuviste alguna recaída? —inquirió él, preocupado al ver mi rostro pensativo.

—Si, tuve una recaída. Un episodio, aunque no solo en las vacaciones, antes de ellas —respire un instante para poder continuar —. La última vez que estuve aquí sentada esa misma mañana había tenido una recaída.

—¿Qué tan fuerte fueron esos episodios? —ya no tenía la sonrisa en su rostro. En su rostro se veía preocupación absoluta.

—El último fue muy fuerte, no me acuerdo mucho de lo que pasó, de nuevo más lagunas en mis recuerdos, el de antes de las vacaciones no fue tan fuerte, podría considerarlo que fue normal y pude lidiar con él.

Eso no lo tranquilizaba, estaba mirando mi expediente en su computador mientras negaba con su cabeza.

—¿Cómo fue? ¿De nuevo las voces y las sombras? —inquirió.

—Sí, de nuevo las miles de voces y las sombras aterradoras, las cuales siempre me han atormentado —trate de estar tranquila, para que viejos recuerdos no me atormentaran.

—Bueno, debes contarme todo lo que te ha pasado, no me puedes ocultar nada, mira lo que pasa cuando lo haces —yo asentí con mi cabeza —. ¿Después de cada episodio que sentiste?

Estaba nerviosa y mi mente me hacía recordar, todo lo que pase hace más de un año, mi mente no me había atormentado con mis recuerdos hace demasiado tiempo, la última vez casi atentó contra mi vida, me acuerdo intentando tirarme del mirador de mi cuarto, si no hubiese sido por mi padre y mi hermano yo me hubiese tirado, ese mismo día fue el que me ingresaron a este hospital psiquiátrico.

—La amnesia, la confusión, la pérdida de interés en todo, la ansiedad y la irritación social

—¿Dejaste que eso te afectara e interrumpiera tus planes? —inquirió mientras me miraba fijamente y me analizaba, esperando que no le dijera mentiras y como todo eso me hace sentir.

BELLA SALVACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora