CAPÍTULO 45: UN DÍA MÁS

235 13 0
                                    

Caminar por el pasillo directo a la habitación donde Zane duerme, es algo que pone mis nervios al cien. Abrí la puerta de la habitación con mucho cuidado, esperando o despertarlo, todavía no quería que me viera, no estaba lista para escuchar su voz.

Al entrar y verlo dormido abrazando mi almohada, hizo que en mi rostro se formara una sonrisa, pero entre en mis pensamientos y recordé a lo que venía.

Al terminar de ducharme, me arregle lo más rápido que puedo y haciendo el menor ruido posible. Al salir del cuarto de baño, pensé por un instante que él estaría despierto, pero menos mal seguía durmiendo y algo en mi lo agradeció. Pero en el instante en que abrí la puerta para salir su voz se escucha en toda la habitación, esa voz dulce y perezosa retumbo en mis oídos.

—Zane —comente al instante en que me gire y lo vi sentado en la cama frotando sus ojos.

—Buenos días ¿Por qué no dormiste aquí conmigo? —inquirió de inmediato.

—Me quede dormido en el cuarto de mi hermano esperándote, apenas me desperté —le dirige una sonrisa, esperando que no preguntara algo más.

—Te veo rara ¿te pasa algo? —al parecer las preguntas no dejarían de estar.

—No, claro que no, solo que sigo un poco cansada.

—¿Cansada? ¿No dormiste bien?

—No muy bien, dormí algo extraño por así decirlo —se paró de la cama y empezó a caminar hasta donde me encontraba parada mirándolo con la suficiente distancia para que no notara algo diferente en mí.

—Te hizo mal no dormir conmigo—yo le sonreí, era inevitable no hacerlo a su lado.

—Creo que tienes razón— puso sus manos en mi cintura y me atrajo hacia su cuerpo.

—Lamento no haber llegado más temprano ayer, todo se demoró más de lo que yo creía —me miro directo a los ojos al terminar de hablar. Pensé pro un instante que me besaría, pero creo que no lo considero y dejo un beso cálido y aliviador en mi frente.

—Lo sé, no te preocupes—lo mire y le acaricia las mejillas —Voy a hacer el desayuno ¿me ayudas?

El me miro por unos segundos, yo esperaba a que me dijera algo pero no lo hacía, estaba como una estatua observándome.

—¿Me ayudas? —volví a preguntar.

—¿Estás bien? te noto algo extraña y un poco tensa—no sabía qué decir mi corazón empezó a latir muy rápido, no era capaz de mentir más.

—Si... estoy bien —eso no sonó para nada convincente.

—¿Segura? pareciera que te hubiese pasado algo—no dije nada solo lo mire intentando tener muchas fuerzas para no decir nada —. ¿Te hice algo?

—No me has hecho nada y estoy perfectamente —iba salir de la habitación pero el tomo mi mano, lo mire directo a sus ojos, su mirada me intimido un poco.

—¿Sabes que puedes confiar en mí sisu? —inquirió.

—Sí, lo sé, mejor ven conmigo—lo guie conmigo hasta la cocina, mi hermano, estaba preparando la mescla para hacer waffles.

Al final mi hermano y Zane terminaron haciendo los waffles, yo solo les estorbaba y más con mi estado de ánimo, lo único que me gustaría es meterme en mi habitación y no salir de ahí, no quiero hacer nada ni siquiera comer y eso lo nota hasta Zane pero debía estar bien, no quiero que él sospeche algo, solo quiero que piense que es un mal día y nada más.

Estábamos en el comedor terminando de desayunar junto con mi hermano, Zane me observaba, eso me pone muy nerviosa y es lo único que no quiero.

—Sisu ayer estaba buscando la laptop y no la encontré ¿Dónde la dejaste?

BELLA SALVACIÓNWhere stories live. Discover now