CAPÍTULO 18: NUESTRA NOCHE II (+18)

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Me estaba bañando, hace poco habíamos cenado, Zane quedó en buscar una película para ver, él ya se había bañado. El agua era caliente, caía sobre mi cuerpo, me sentía relajada, sentía paz como cada vez que venía aquí, me limpie todo mi cuerpo, en un momento solo me quede parada dejando que el agua solo cayera en mí y me siguiera mojando, no quería salir de ese baño, aunque en un momento sentí que debía volver a la realidad y corte el flujo del agua, saque mi mano, tome mi toalla y me seque todo mi cuerpo. Unos minutos después estaba saliendo del cuarto de baño, Zane estaba ya acostado, entre sábanas, no estaba haciendo mucho frío, pero el frío era muy presente aquí, la calefacción está prendida, pero a mí me gusta sentir un poco el frío, es extraño, pero sentía que el frio de aquí era deferente, como puro, lo sé, es extraño.

—Pensé que no quería salir de ese baño.

—La verdad no lo quería, pero había algo mejor esperándome afuera —el me vio maliciosamente.

—Ven acuéstate a mi lado —me subí en la cama y me hice a su lado, reposé mi cabeza en su hombro y empecé a ver la película que él está viendo.

Habían pasado unos diez minutos desde que me acosté a ver esa película con él, pero en un momento, empecé a observarlo, empecé reparar todo su cuerpo y me dieron unas ganas de besarle y no quiero resistirme, en un momento le quite el computador de las piernas, el me miro extraño.

—¿Pasa algo sisu? —estaban pasando demasiadas cosas por mi cabeza las cuales quería que ocurrieran.

—Bésame —le ordene.

—¿Qué pasa? —creo que por un momento pensó que estaba loca.

—Bésame, solo hazlo —el sonrió maliciosamente, tomo mi rostro y lo acercó al suyo y empezó a besarme, yo me subí en su regazo, sentía un calor ardiente recorrer todo mi cuerpo, me sentí excitada, le quité el saco que traía, pero en un momento él detuvo el beso y todo lo que pensaba que iba a ocurrir.

—¿Estás segura de lo que vamos hacer? —no era necesario que preguntara eso.

—No había estado más segura de nada en mi vida —Esta vez no espere a que el me besara.

El tomo el saco que yo traía y me lo quito, desabrocho mi sostén y lo tiró a un lado pude sentir, me tomo y me acostó, él está encima de mí, empezó a besar mi cuello y a bajar poco a poco, me beso los senos, sentí un escalofrío pasar por mi cuerpo siguió bajando y besando todo mi cuerpo, pero al llegar hasta mi entrepierna hubo algo que lo obstruyo, fue mi pantalón que tenía como pijama, me quito ese pantalón y después volvió por mi ropa interior aunque esta vez me la quito más lento y a medida que me la quitaba me besó las piernas hasta deshacerse de ella y quedar completamente desnuda, volvió a mi vagina, empezó a besarme ahí, sentí aún más escalofrío pasar por toda mi piel, mi corazón latía a mil por hora, después me miró y yo a él, mojó su dedo índice con su saliva y lentamente introdujo parte de su dedo, bajo su dedo hasta llegar a una esquina, mientras que yo soltaba leves suspiro de excitación.

Sentí como su lengua me toco y sentí como su punta se movió y como cada parte de mi se volvió vulnerable ante él, con su dedo índice hacia leves movimientos dentro de mí, acompañado de su lengua que hacía maravillas, lentamente empezó a detenerse y subir de nuevo hasta mi boca donde me beso con más excitación, sentí como su miembro me tocaba y vaya que se sentía grande.

Puse una mano en su pecho y muy decidida dije:

—Mi turno —el amo que dijese eso, pude verlo en su mirada.

Esta vez fue el quien se acostó, lo volví a besar durante unos segundos y empecé a bajar hasta llegar a su abdomen y darle besos, le quite su sudadera de pijama y solo quedo en bóxer, su miembro está muy duro y se marcaba completamente en el bóxer, se lo quite lentamente y su miembro sobresalía, era muy grande y grueso, lo tome con ambas manos y baje su prepucio dejando el glande en descubierto, era muy grande y un poco rosada, pude notar una vena en su pene, podía ver como palpita, me metí en la boca solo su glande, y con mi lengua empecé hacer círculos, pude escuchar como él soltó un pequeño y leve gemido y como apretó un poco las sábanas, lamí su glande por unos segundos y en un momento introduje lo que más pude de su pene en mi boca, al igual me seguí ayudando de mis manos, en un momento empecé a masturbarlo mientras besaba sus testículos, aunque segundos después volví a su pene, empecé de nuevo a besarlo y a masturbarlo.

Volví a subir de nuevo a sus labios, me empezó a besar más fervorosamente, ambos estábamos excitados, pero ya lo único que quería era que introdujera su pene dentro de mí, pero primero volvió a besar mi cuello, yo eché un poco la cabeza para atrás y empezó a besar uno de mis senos, al igual empezó a jugar con su lengua y mi pezón.

—¿Trajiste condón? —creo que eso lo hizo volver a la realidad y ponerlo pensar.

—No —lo dijo tocándose la cabeza.

—En el baño hay, ve por uno y vuelve rápido —se paró de la cama muy rápido y abrió la puerta del baño y empezó a buscar —debajo, en los cajones del lavamanos.

Volvió de nuevo a la cama y empezó a besarme, yo tomé el condón y lo saque de su empaque, yo misma se lo puse mientras el me besaba, él estaba sentado y yo encima de él, él lentamente empezó a introducir su pene, yo empecé a gemir y a suspirar, por la excitación y un poco por el dolor, no era fuerte el dolor, solo que su pene era muy grande y grueso, mientras lo veía a los ojos, a él le cambió la respiración, era más agitada que ahora.

Ya había introducido todo su pene, empezó hacer suaves y lentos movimientos, sabía que no quería lastimarme y era muy dulce de su parte pero no era lo que yo quería y sabía muy bien que tampoco él, puse mi manos en su pecho, lo empuje un poco dejándolo acostado, al igual yo me incline, el tomo mis caderas y empezó a manipular mis movimientos, yo tenía mis manos en su abdomen, mi cabeza la tenía retraída hacia atrás, sentía mucha excitación, demasiada, que mis gemidos eran algo fuertes, pero en un momento el tomo mi espalda y me bajo hasta llegar a su cuerpo y de un movimiento me dejo a mi acostada y a él encima mío.

—No soy capaz de controlarme más —lo dijo entre respiros y como si fuese un crimen decirlo.

—No te controles, no quiero que lo hagas —le sonreí y él me empezó a besar.

Enrolle mis piernas en su cintura y el acelero el movimiento cada vez más, sentía como sus caderas tocan las mías, yo tome las sabanas y las apretaba, me sentía demasiado excitada, y no deseaba que parara, él volvió a besarme, yo tomé su cabello y el beso fue muy intenso, más intenso que todo lo que estaba pasando.

Tocaba un poco su espalda y baje hasta alcanzar sus nalgas, manipule un poco su movimiento he hice que lo hiciese más rápido y con un poco más de fuerza y eso hizo que yo me retorciera un poco por todo lo que estoy sintiendo, él lo noto y empezó a parar.

—No pares —lo dije en voz baja y entre varios suspiros.

El volvía a retomar el ritmo y siguió sin detenerse, mis gemidos lo motivaron más, solté las sábanas y acerca su cara a la mía, pude sentir como su abdomen tocó el mío, el no paro, el beso le dio un poco más de fuerza, yo tocaba su cabello y lo apretaba, sentía que estaba en el cielo, veía cuán grande y hermosas son las estrellas, en un momento sentí como se disponía hablar.

—No puedo más... —lo dijo agitado —me voy a venir.

El saco su pene de mi vagina y se paró en su rodillas, él pensó venirse en mi pero yo tenía una mejor idea, antes de que él hiciese cualquier movimiento o tomara su pene para masturbarse yo me pare y lo acosté, me dirigí directo a su pene, le quite el condón dejándolo a un lado de la cama y empecé masturbarlo hasta que de un momento a otro el soltó un gemido, y se vino en su abdomen a mí me cayó unas cuantas gotas en la cara, espere a que se viniera completamente para lamer su glande y los resto de semen que tenía en él, después empecé a darle besitos en el abdomen hasta que me acosté a su lado, ambos teníamos la respiración agitada, su pecho subía y bajaba con rapidez, igual el mío, mis piernas quedaron con un leve temblor y gracias a el maravilloso y delicioso sexo que acabó de tener.

—Esto fue increíble —dijo el cansado.

—Si lo fue —me hubiera gustado darme un baño, pero estaba muy cansada, él si se metió a la ducha, todavía tenía algo de semen en el abdomen, observe cómo se paraba de la cama y se metía al baño, repare mucho sus nalgas, tiene muy buen culo, pero nada tan bueno como su pene.

BELLA SALVACIÓNWhere stories live. Discover now