Capítulo XXXVII

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SIGLO ANTIGUO

PALACIO REAL DE EVIGHEDEN

LIAH'S POV

Camine de un lado a otro. Cada segundo miraba la puerta. No podía pensar en perder a mi recién esposa. Era imposible.

Mi madre llegó, apresurada. Me tomó entre sus brazos y me abrazo con fuerza. La sujete con fuerza, no sabía quién de las dos se podría desmoronar primero.

La mañana había sido normal. Le había llevado el desayuno con su pastel favorito. De pronto, tuvo náuseas y corrió al baño. La seguí y estaba teniendo arcadas sobre el retrete. Me preocupe y aún en contra de su voluntad llame al doctor. Ella decía que pudo haber sido algo de la cena. Aún así debía estar en excelente salud por ser reina y mi esposa claro está.

El doctor había pedido tener privacidad con ella. Casi me saco a arrastras, pero, confiaba en él y sabía que cuidaría bien de mi esposa y su reina. Estaba sintiendo demasiada presión por pensar que algo había hecho mal. No podía ser por algo que yo había hecho, ¿o sí?

-¿Qué tenía, hija?

Pregunto, mi madre, después de unos segundos y separándose de mí.

-Náuseas y después vómito.

Respondo esperando ver la puerta ser abierta, pero aquello no paso.

-¿Comió algo que no debía?

Niego con un suspiro de angustia.

Su mirada me recorrió entera hasta fruncir el ceño. Confusa la mire esperando a que dijera cualquier cosa que pensaba. Era mi madre y tenía mucho más experiencia en cualquier cosa de la vida. Confiaba en ella y en su instinto de madre.

-¿Qué fue, madre?

Me giré a verla fijamente.

Permaneció en silencio, estudiándome. Sentí impaciencia y la presione con mi mirada. Se vio en la obligación de responderme.

-¿Cuántas veces han estado, juntas, íntimamente?

Fruncí el ceño más que confusa. ¿Por qué ella quería saber eso? Además, ¿qué tenia que ver eso con Luna en ca...?

Fue entonces que entendí su insinuación.

No podía ser cierto. Sin embargo, podía ser cierto. Maldición, desde la primera noche que estuvimos juntas no me importó nada. Por mi mente no pasaba la posibilidad de un embarazo. Solo quería darnos placer.

Golpeo mi frente con mi mano. Había muchas posibilidades que pasara. Y era mi culpa. Si yo hubiera tenido un poco más de cuidado en ambas.

-Sólo es una suposición, Liah.

Me tranquiliza mi mamá. Tragué grueso y sin querer estruje mis propias manos. Estaba nerviosa y mucho con solo pensar en ello.

-Pero... Es... Mamá...

No podía abrir la boca y decir algo coherente. Mi madre soltó una pequeña risita al verme en ese estado.

-Su Majestad, ¿podría pasar?

La cabeza del doctor sale un segundo antes de volver a entrar y dejar la puerta entreabierta.

Mire a mi madre una última vez. Trague grueso y dirigí mis pasos dentro. Sentía un pitido en mis oídos. Aún tenía puesta la pijama y eran casi las doce del mediodía.

Al entrar, sentí mi corazón estrujarse al ver a Luna mirando por el ventanal. Podía ver sus ojos un poco rojo por lo que supuse había estado llorando. Mire al doctor esperando respuestas. No podía estar aquí sin saber, del todo bien, que ocurría con mi esposa.

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