Capítulo XVI

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SIGLO ANTIGUO

PALACIO REAL DE EVIGHEDEN

GENERAL'S POV

-Reina Liah- el hombre se inclina ante su reina y su antigua amiga -. Es un gusto verla de nuevo.

Liah apenas había entrado a la sala, viendo al hombre de pies mirando por la ventana. Le parecía muy curiosa su estadía aquí y se preguntaba las razones. Aún así, debía ser cortés y no disparar todas las preguntas que tenía, además de algunos reproches.

-Oxford- saluda, Liah -. ¿Qué te hace aparecer por el palacio?

Ambos tomaron asiento. Oxford notando el caminar alegre y diferente en su reina. Estaba muy cambiada físicamente. Ahora era toda una mujer, con un excelente cuerpo y un poco más seria debido a su nuevo trabajo. Aún así, sabía que por allí existía la persona que consideraba su amiga.

-Estoy de vacaciones forzadas- informo haciendo mala cara -. Las tenía acumuladas, debía gastarlas.

-Eres un adicto a la muerte y sangre- Liah, se burla.

El hombre lo toma de buena manera y ríe. Apenas dejando mostrar sus dientes. El tema de su trabajo no le gustaba mucho, Liah no era la única que pensaba que él era así. Su trabajo era antes que cualqueir cosa. Aquello le había llevado a muy malas cosas y malas decisiones. Aún así, no aprendía y seguía trabajando como si no hubiera mañana y como si no existiera una familia que le esperaba en casa.

-No podría negarle eso a mi reina.

Liah bajando su rostro, ríe. Estaba notando los cambios de voz en el hombre y no quería aquello. Para nadie era un secreto que Oxford era un mujeriego y que Liah podía ser su amiga, pero a él eso no le importaba mucho. Además, muchas de las personas alrededor no sabía su condición. Que prefería a las mujeres y tenía entre sus piernas un órgano masculino.

-Sigo siendo la misma de antes, Oxford- negó divertida -. Solo un poco más vieja.

-Solo fueron cuatro años, Liah. No fue para tanto.

La reina lo miro fijamente. ¿Cuatro años? ¿Había pasado tan rápido el tiempo? Hubiera deseado que su único amigo estuviera con ella durante estos últimos años. Habían pasado tanto en tan poco, como él mencionaba. Tal vez, no para todos había sido igual y para ellos había sido buenos años. Ella no podía pensar que fueron los mejores, sin embargo, habían buenas cosas que habían llegado.

Antes de poder irse en todos sus pensamientos, miró a su viejo amigo y respondió.

-Fue mucho- su tono siendo más duro de lo que pretendía -. Cumplí los dieciocho sola, adquirí más deberes, mi padre murió, tuve que subir al trono antes de lo esperado, mi madre enfermó. Créeme que paso mucho tiempo.

Oxford entendió como sonó sus palabras de hace unos segundos atrás. Quiso retractarse, pero eso no podía pasar. Lo dicho estaba y no había nadie que podría borrarlo del momento o de la mente de Liah. Suspiro y negó lentamente hacia su reina.

-No quise decirlo con esa intención, Liah...

La reina lo interrumpió con el mismo tono de voz.

-Se comprendió así.

El soldado respiró hondo. Eran viejos amigos, pero no podía olvidar que aquella mujer frente a ella era quien lo mandaba, lo gobernaba y no podía hacer nada para contradecirla. Su voz valía mucho más que la de todo el pueblo entero. Debía recordar eso siempre.

-Lamento eso.

Murmura, inclinando su cabeza. No sabía qué más decir para no parecer más idiota. Había sonado muy mal y sabía que cualquier cosa podría empeorarlo. Prefería que Liah cambiará el tema y avanzarán a otro lugar. Justo así paso.

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