XIV

1.3K 108 19
                                    

SIGLO ANTIGUO

CASTILLO REAL DE CALANTHE

LUNA'S POV

Caminaba por el gran jardín trasero del castillo de mis padres. Amaba pasear aquí. Había crecido en medio de todas estas flores y enredaderas. Para algunos era una fácil manera de perderse, pero para mí no. No cuando podía dibujar de memoria cada rincón y cada lugar donde podías esconderte de cualquiera persona. Así como hacía yo en mi pasado cuando me obligaban a dar clases con mi institutriz.

Sabía que jamás podría heredar el castillo y mucho menos este perfecto patio. Esmeralda tendría el honor de obtenerlo y seguramente lo compartiría con su familia. Sería Reina cuando mi padre muriera. Igual que la reina Liah lo había hecho hace poco.

Liah...

Justo ahora estaba en una reunión privada con mi padre. No tenía ni la menor idea del tema que debatían, pero sería importante cuando tenían varias horas allí dentro. Casi había saltado sobre ella cuando la vi entrar, solo no lo hice porque me daba algo de timidez y debía portarme de manera decente. Sin embargo, estaba preciosa esta mañana y hubiera deseado darle más que un simple apretón de mano y que ella la besara como cada vez que podía. Se portaba de una manera tan linda a mi alrededor. Deseaba que para siempre fuera así. Solo conmigo.

Jamás pensé ser tratada por una personas de aquella manera. Por nadie, tenía en mente tener a un amargo rey por esposo. Igualmente, siempre espere a mi príncipe azul. No a mi princesa con espada. La vida daba mil vueltas y esto lo confirmaba. Jamás pasó por mi mente captar la atención de la Princesa que heredaría el pueblo más soberano conocido. Mi hermana mayor, Esmeralda, era quien había sido entrenada y elegida para esto. No yo.

El mundo era muy diferente a lo que planeamos o pensamos. Pero, jamás lo pensamos hasta que ella no pudo apartar su mirada de mí y prácticamente me exigió a mí, aún cuando mi padre le entregó a Esmeralda. Estaba obstinada en tenerme y mi padre no pudo negarse a las palabras tan convincentes de aquella princesa, ahora reina.

Respire hondo, tomando todo el aire de las rosas a mi alrededor. Totalmente natural. Esta era una de las razones por la que amaba estar aquí. Además, me tranquilizaba y podía desperdiciar horas y horas sin siquiera darme cuenta. Solo era yo y mis pensamientos.

Escuche pasos detrás de mí. Me giré con una sonrisa pensando que sería la reina Liah, pero era Esmeralda. Sin duda alguna, pensé que seguiría en otro pueblo buscando capturar a algún rey. En eso había estado desde que cumplió los dieciocho, pero aún no lo había logrado.

Arrugé mi nariz.

-¿Qué hace ella aquí?

Sabía a quién se refería. Seguramente había llegado hace poco y nadie podía guardar el secreto que la reina de Evigheden estaba aquí en una reunión privada con el rey. Había muchas suposiciones de lo que podrían estar hablando, pero yo decidí en no creer en ninguna.

-¿Te diriges a una reina de esa manera?

Cuestiono, siguiendo mi camino. No pensaba detener mi tranquilidad por su persona respirando en mi nuca. Ni yo tenía respuesta a su pregunta.

-A mi parecer solo será la mujer que se llevará a mi hermana de mi camino.

Rió por lo bajo, negando.

Esmeralda había crecido con celos constante a mi persona. ¿Por qué? Fácil. Su nombre era Esmeralda porque todos pensaron que saldría con los ojos esmeralda. Como herencia de los ojos de mi madre. En cambio, sus ojos solo tienen un poco de color avellana. Sin embargo, yo saqué el esmeralda que tanto ella había querido. No entendía en qué era mi culpa. Desde ese entonces, siempre ha creído que yo soy la favorita de mis padres.

CrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora