Capítulo 5

2.2K 91 37
                                    

NARRA MÓNICA

Subí en ascensor sin dejar de mirarme en el espejo. Vanesa me había dejado en la puerta de mi casa tras dar un show ante casi veinte mil personas; se había preocupado por mi bienestar y me había ofrecido salir de aquella celebración que le estaban dedicando para traerme a descansar y encontrarme bien mañana en el trabajo, aún después de haberse dejado la piel y la voz cantando.

Me duché, guardé la entrada de aquella noche con mucho cariño y me quité todo el maquillaje. No podía dejar de pensar en las bonitas horas que había pasado y en lo atenta que había sido Vanesa conmigo en todo momento, haciéndome partícipe de cada detalle. Ya me había ganado hacía días, pero aquel día había rematado.

Me dormí tarde. A la mañana siguiente debía estar en la redacción antes de las diez, para la rutinaria reunión con parte del equipo.

Me sonó el despertador, lo oí, lo apagué y volví a dormirme, casi sin querer. Me levanté de golpe un rato después, dándome cuenta enseguida de lo mal de tiempo que iba. Me vestí tan rápido como pude, desayuné en apenas tres minutos y salí veloz hasta el coche, en dirección Atresmedia.

La reunión no fue excesivamente pesada, y las horas antes del primer informativo tampoco. Estábamos ante un fin de semana bastante tranquilo, o eso parecía, lo cual agradecía enormemente.

A las tres en punto entramos en directo Matías y yo, intercalando cómo habituábamos a hacer las noticias, una a una. En un momento dado, cuando él estaba de pie en la pantalla trasera y yo me quedé sentada esperando a que llegara de nuevo mi turno, me llegó un mensaje de Vanesa.

«Me parece heavy que no hayáis abierto en informativo con la noticia del día»

Ya sonreí, sin saber hacia donde iba el tema.

«¿Cuál es la noticia del día?»

Volví a dejar el móvil sobre la mesa. Se estaba emitiendo un breve reportaje, mientras Matías volvía a sentarse a mi lado. Vi como se iluminaba la pantalla de mi móvil de nuevo y desvíe mi vista hasta allí.

«El conciertazo de anoche. ¿En serio ya te habías olvidado? Que decepción, Carrillo»

Me mordí la lengua para no reír; en apenas diez segundos estaría en primer plano dando la siguiente noticia. En cuanto la cámara me enfocó y comencé a leer el telepronter, mi cabeza sólo podía pensar que Vanesa me estaba viendo al otro lado de la pantalla. Era una sensación tan extraña como placentera.

Diez minutos después dimos paso a los deportes, y mientras caminaba hasta el despacho para dejar mis cosas, volví a contestarle.

«No me había olvidado. De hecho, pienso mucho en ello»

Me metí el móvil bolsillo trasero del pantalón, mientras me cambiaba de zapatos para ir a comer algo rápido con parte de los compañeros. Volvió a sonarme.

«Yo también. Estoy barajando contratarte para tenerte por allí siempre, no sabes lo mucho que me gustó que estuvieras»

Reí ante sus ocurrencias. Yo también había disfrutado mucho, y me gustaba saber que ella se había sentido igual.

«Un día de estos nos vemos, y me cuentas condiciones de contrato»

Tardó poco en responder.

«Pon tú el día. Tú eres la periodista ocupada»

¿Estábamos volviendo a quedar? Definitivamente sí. Me apetecía tanto, que hasta me parecía extraño tener tantas ganas; al fin y al cabo, acabábamos de conocernos.

Nadie más que túWhere stories live. Discover now