XVIII: ¿Qué hice...?

832 134 49
                                    

Me sentía como una basura miserable, un ser superfluo que había logrado acabar con un rayo de Sol tan brillante como lo era Leo Parnell, y ahora debía cargar con ello en mi consciencia; Lana estuvo intentando llamarme y también había recibido mensajes de Ciara, diciendo que su primo estaba destrozado y que debíamos hablar.

Pero... ¿qué podía hacer yo? Había quebrado el corazón de un hombre tan bueno y que no lo merecía.

No, no lo merecía...

Abracé más mis rodillas, notando la mancha de humedad en mi pantalón de mi pijama por todo el rato que había estado llorando esos días.

Y fue... que decidí sincerarme de una vez por todas, con mi Padre.

───Señor... ¿qué he estado haciendo? He dejado que mis barreras se interpusieran en algo que pudo darme felicidad también... he destrozado a alguien que no merecía eso en lo absoluto, y... he sido terca, obstinada... no he entendido el amor que has enseñado, me dejé llevar por mis miedos... ───Cada vez que soltaba una palabra, mi voz se quebraba aún más y ya era un desastre de sollozos viviente.

Y lloré como nunca antes había llorado, lloré por mis fracasos literarios, lloré por mis fracasos sentimentales y sobretodo, lloré por mi fracaso espiritual.

No escuché la voz de Dios, seguí haciendo todo conforme a mí voluntad y no a la de Él.

Era desesperante el sentimiento, la sensación de que no merecía perdón alguno pero ahí estaba, esperando que Dios tuviera misericordia de esta sierva miserable que había metido la pata una y otra vez.

Pero... lo sentí, como un silbo apacible llegar en medio de la noche más oscura lo sentí.

Era el Padre, haciéndome sentir perdonada y amada, llevándose todos los temores que albergué por tanto tiempo y que nunca tuve el valor de dejarlos salir, sino hasta ese momento a solas con Él.

Y me dí cuenta de que tenía algo que hacer, enmendar el daño hecho por mis acciones cobardes.

Tenía que enfrentar a Leo Parnell.

Tenía que enfrentar a Leo Parnell

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

───¿Se... mudó?

Intenté no entrar en pánico, puesto que no sería algo apropiado de hacer frente a la puerta principal de la casa de Ciara, quien me miraba consternada por la situación y, de seguro por las ojeras terribles que tenía.

Leo se había ido...

───Lo lamento, Blake... al parecer fue por asuntos de trabajo, fue reubicado a Chicago para dirigir una empresa debido a su comportamiento y honestidad frente a los negocios, así que ya no está en Atlanta. ───Las palabras de mi amiga sonaban lejanas en mis oídos, porque seguía en un trance de impresión ante la noticia.

Justo cuando quería hacer las paces, y abrir mi corazón luego de tantos años encerrándolo en un cofre con llave debido a mis miedos... pasaba esto.

Y ahí fue que me di cuenta que nuestros actos tienen consecuencias, y este era un ejemplo claro de eso.

───Entonces... la casa frente a la mía... ───Balbuceé mirando el suelo de madera del pórtico, abrazándome a mí misma como forma de consuelo.

Pero no lo podía sentir, el hombre que amaba se había ido justo cuando acepté lo muy enamorada que estaba de él.

¿Ahora qué iba a hacer?

Ciara pudo notar mi congoja, por lo que me abrazó con fuerza para confortarme.───No es tarde aún... creo que él dejó algo antes de irse, me dije que si algún día venías a preguntarme por él, que te dijera que fueras a su antigua casa y vieras lo que dejó allí.

¿Dejar algo para mí? ¿Porque hizo eso con alguien que solo lo despreció desde el inicio?

Leo Parnell tenía un corazón de oro aún si este era lastimado.

Ciara me entregó las llaves que pertenecían a Leo en ese momento, y me miró con una sonrisa pequeña en su rostro.

───Anda, ve y busca lo que dejó para ti.

Me sentía extraña de entrar a un lugar que no era mi propiedad, pero a su vez sentía esa familiaridad al recordar las veces que estuve ahí aunque nunca entré más allá de aquella casa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me sentía extraña de entrar a un lugar que no era mi propiedad, pero a su vez sentía esa familiaridad al recordar las veces que estuve ahí aunque nunca entré más allá de aquella casa.

Solo estaban los inmuebles que ya venían en la casa, salvo por un peculiar cofre de madera que llamó mi atención al instante.

Tenía incluso una llave pequeña encima, así que con paso tembloroso me acerqué hasta agacharme en el suelo para tomar el cofre.

Respiré profundo, y usé la llave para insertarla en la cerradura y así poder abrir la caja pequeña, llevándome una sorpresa por su interior.

¿Cartas?

Todas estaban dirigidas a mí, pero nunca fueron enviadas al buzón y menos fueron entregadas, pero la letra de Leo Parnell estaba plasmada en los sobres, aproximadamente eran quince cartas.

¿Quince?

Pero luego vi el título en cada una, y era el mismo: La Preeminencia del Amor.

Primera de Corintios trece...

Sabría que apenas las leyera todas, iba a llorar como María Magdalena por lo que pudiera contener tales cartas, pero... ya no más cobardía, no más miedos.

Por lo que sin dudarlo, tomé la primera y abrí el sobre sellado con cuidado.

«Leo... ¿qué piensas decirme a través de la tinta y el papel?»

AL FIIIIN LOGRÉ ACTUALIZAR FKFMGKKF los siguientes son los últimos 🥺 tres caps quedan! Gracias por la paciencia de verdad 😫🤍

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

AL FIIIIN LOGRÉ ACTUALIZAR FKFMGKKF los siguientes son los últimos 🥺 tres caps quedan! Gracias por la paciencia de verdad 😫🤍













¡Dios les bendiga!

ℕ𝕠 𝔸𝕡𝕝𝕚𝕔𝕒 𝕡𝕒𝕣𝕒 𝕄𝕚 🔛 novela cristianaWhere stories live. Discover now