19: Sabor amargo

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¿Y me quedé como estúpida esperándolo? Claro que lo hice.

No iba a negar que mi perra interior y mi Omega estabas disgustados por lo ocurrido, pero no podía hacerle nada más que esperar al regreso del Alfa con todo el odio que tenía.

—Bueno, me daré un tour—dije sin importancia.

No había nadie en la mansión Dorrance mas que los sirvientes y ama de llaves, por lo que no me limité completamente al recorrerla. El lugar era enorme, cada sector era un placer visual y arquitecto. Sin dudas se notaban los años trascurridos, pero era cuidada como una reliquia por parte de los propietarios.

Cundo llegué a la escalera principal me dirigí a la pared de los legados, observando con curiosidad cada uno de los nombres pertenecientes a la sangre Dorrance. No pude dejar pasar la gran cantidad de hijos que tuvieron, aun siendo conscientes de los riesgos en el embarazo en esos tiempos, en especial para los Omegas masculinos. En cambio, actualmente con suerte había herederos.

Entonces, llegué a los últimos nombres agregados: Aage y Roswell.

¿Habrá un momento donde los Dorrance dejen de existir?

Fue mera curiosidad, pero no pude imaginarme un mundo donde eso ocurriera. Sin dudas, sería un enorme escándalo que sacudiría al mundo cuando dejasen de vivir junto con su sangre. 

Seguido de ese pensamiento, recordé las palabras de Blade Morgan la primera vez que nos conocimos: 

"Ellos tres son de los pocos Alfas Dominantes que están quedando de sus familias". 

Sabía que Asher y Taylor lo tenían difícil, pero al menos los Dorrance tenían la mayor ventaja ante su linaje. Nunca han tenido un Beta, siempre fueron Omegas y Alfas poderosos.

Pero ¿si algún día llegase a eso?

Suspiré, al menos mi perra vida era libre y fácil comparada a la de ellos. Y la verdad es que tampoco me apetecía meterme en sus dramas.

Seguí caminando por la mansión ante las cuidadosas miradas de los encargados de la limpieza, hasta que finalmente me cansé de recorrer y me dirigí a la cocina para comer algo dulce.

—¿Qué le gustaría servirse, Joven Claude? —me preguntó una de las amables cocineras.

—No se preocupe mucho, cualquier postre estaría bien—me limité a decir.

No pasó mucho tiempo para que me encontrara comiendo en silencio mientras navegaba por las redes sociales. La verdad, todo estaba bien, normal, hasta que unas páginas de farándulas que seguía se vieron vivamente activas publicando la misma fotografía.

—¿Qué mierda? —solté.

Era una simple foto de Aage y Ros, pero no estaban completamente solos; Asher estaba al lado de mi Alfa. 

De cierta forma, era algo normal que las redes se vieran locas al conseguir algo sobre los codiciados gemelos Dorrances, sea una simple foto o actividad en público, pero había algo ahí que no pude dejar pasar de desapercibida.

Era la mirada de Asher Hawk.

Quería retomar mi juego de gallina ciega ante el interés del Alfa al mío, pero me molestaba de sobremanera cuando este era tan poco discreto, más cuando yo no estaba ahí para marcar territorio. Sentí a mi Omega alterado y mi sangre hervir, por lo que, casi sin soportarlo, quité la foto de mi vista y me dirigí con rapidez a mi chat privado con Roswell.

"Cómo van" Le escribí, no pasaron muchos minutos para que el bastardo respondiera.

"Yo creo que bien"

RiotWhere stories live. Discover now