001

173 13 0
                                    

;

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

;

—¿Pasas por mí en la noche? — me pregunta Helena antes de salir del departamento.

—Si no te tardas en salir, claro — digo mientras agarro las llaves del departamento para salir igual.

—Por favor, mi turno hoy termina algo tarde — dice con pesadez.

La volteó a ver seria y rodo los ojos, antes de cerrar el departamento con llave.

—Bien —le digo con pesadez.

Empezamos a caminar para dirigirnos hacia el elevador, Helena va entretenida en su celular, yo voy con la cabeza hacia bajo viendo el suelo mientras camino.

—¡No! — grita Helena haciendo que me sobresalte.

—¿Qué pasa? — le pregunto asustada.

—El elevador no sirve — contesta severa.

Elevo mi vista hacia el elevador y frunzo el ceño al ver que es cierto, y hay una hoja de papel que dice "fuera de servicio", creo que tendremos que bajar gradas –mierda-.

—Vamos por las gradas —le digo mientras camino hacia la puerta de las gradas.

—Que cansado — se queja siguiéndome.

—Lo cansado es subirlas — le digo con antipatía. — Ruega porque no nos toque subirlas.

Ella gruñe y empezamos a bajar las gradas. Lo bueno es que estamos en el tercer nivel, y no son tantas después de todo. llegamos a la primera planta, tres minutos después, Helena ve al recepcionista y le grita.

—¡Arregla el elevador, vago! — le grita molesta — para eso te pago —dice para que solo yo escuchara.

Rodo los ojos antes de salir del edificio completamente. Por la ventana puedo ver como el recepcionista roda los ojos y gruñe. No es un vago como tal, solo que el dueño del edificio no está en Manhattan así que no lo coloca hacer trabajo de más.

—Bien, te espero en la noche — se despide Helena antes de entrar al casino.

—Ojalá me tengas preparado un Martini — le digo despidiéndome.

Ella me guiña el ojo antes de entrar al casino. Y yo sigo mi rumbo hacia mi trabajo. Helena trabaja en unos de los mejores casinos de toda New York, es mesera, o a veces atiende la barra, se mantiene trabajando casi las veinticuatro horas del día, sus horas de descanso son mínimos. Es el mejor casino de New York, mejor dicho, tiene personas millonarias las veinticuatro horas.

Espero a que el semáforo cambie de color para poder cruzar al otro lado, cuando voy por el medio de la calle, siento unas gotas caer sobre mi abrigo - ¿lluvia? – posiblemente, no se miraba que fuera a llover, sino, hubiera traído un paraguas. Empiezo a correr para llegar a mi trabajo antes que la lluvia empiece, y al parecer no soy la única, varias personas corren detrás de otras para llegar a su destino antes de la lluvia. El invierno ya se acerca, empezamos bien la segunda semana de noviembre.

No te enamores tarde #1 ✔️Where stories live. Discover now