007

50 6 15
                                    

—Me estas jodiendo ¿Verdad? — dice Helena, Anonada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Me estas jodiendo ¿Verdad? — dice Helena, Anonada.

—No — río — es mío.

—¡Es un puto Lamborghini! — grita asombrada.

—No lo sabía — digo sarcástica.

—¿Es tuyo? — pregunta aun anonada — no olvídalo, tienes dinero de sobra, obvio que es tuyo.

Esbozo una sonrisa y camino para abrir la puerta del piloto.

—¿Te quedaras ahí parada? — le pregunto.

—No me subiré a un auto, no contigo — me mira aterrorizada.

—Bueno te lo pierdes, será tu última opción de subirte a un Lamborghini — le digo subiendo al auto.

Lo arranco y acelero, pero también mantengo el freno presionado.

—Olvídalo, si moriré contigo, por lo menos será en un Lamborghini — dice subiendo de copiloto.

—No manejo tan mal — la miro con una sonrisa.

—Claro — ironiza.

Esa fue la reacción que tuvo Helena al ver el Lamborghini, llegamos vivas a su trabajo y yo llegue viva al mío.

Ya han pasado tres días, tres días que tengo el auto, que supe de la bodega, tres días desde que hablé por última vez con Wolfgang. Y como si fuera arte de magia, las cosas malas dejaron de pasar, ya no vi más tipos sospechosos o enmascarados a mi alrededor.

Estoy pesando que Wolfgang era mi imán de cosas malas.

Ahora estoy en el museo, en el quinto piso con Arango, con quien limpiamos un par de obras de yeso, hay un par de personas, hoy el museo está un poco más silencio de lo normal, tal vez sea por lo de la semana pasada.

—¿Podremos salir a cenar después de esto? — me pregunta Arango.

—Claro — contesto sin verlo — espera — lo volteo a ver y él a mí — tienes ganas de subirte al Lamborghini ¿verdad?

—Sí — él me da una sonrisa de labios abiertos, mostrando sus dientes blancos.

Me muerdo el labio inferior y rodo los ojos con diversión.

—¿Pasaremos por Helena? — pregunta.

—Sí.

—¿Por qué? — dice quejándose.

—Porque ira Austin — contesto con una sonrisa pícara.

—Entonces si quiero que vaya — dice feliz.

A Arango le gusta el teñido desde el primer día que lo conoció, a veces me manda fotos de Austin cuando los dos están en tiempo libre, Arango lo acosa, y le encanta hacerlo. Mientras que el teñido pretende actuar como si no supiera.

No te enamores tarde #1 ✔️Where stories live. Discover now