El corazón de Shiro era blanco y puro por nombre y negro y marchito por cosas que no eran de otro mundo. * Pasaron muchas cosas, y lo peor, es que siempre lo tenían a él de principal. Su rechazo . Aquel beso . El equipo . Esos recuerdos . Shiro le amaba pero la realidad era que él no sentía las mismas mariposas revolotear. O al menos, no lo demostró nunca claramente. Volvió hacia él, tuvo que irse y cuando no recordó por donde regresar, él tuvo que abrir los ojos y darse cuenta de que ella, era la única que lo había amado con tanta intensidad que debió olvidarlo para no seguir engañándose a si misma con que estaba bien con aquella inmerecida relación. Ella no lo quería para pasar un rato, lo quería para pasar su vida, sus penas y alegrías. Pero Kageyama no entendía que tenia un amor tan completo que no necesitaba seguir buscando alrededor de cosas inexistentes, que no necesitaba nada mas que mirar un poco hacia bajo y notar que en su mirada ella le daría toda su vida y las que le quedaran por vivir. *** Todo esta dicho y lo único que queda por saber, es cómo se sintió todo aquello, aquel amor, aquella noticia, aquel corazón roto, aquella verdad, aquel cruel remplazo, aquel olvido y aquel sentimiento de que si no hubiera pasado todo eso, tal vez, nunca se hubieran conocido de verdad.