"Recuerdos."

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***Narra Shiro***

El sonido de el maletero cerrándose me saco de mi sueño. Mamá ya había metido todas mis pertenecías dentro y lo único que quedaba era tomar valor e irme.
Solo estábamos ella y yo, le había rogado a Daichi que no viniera, que no se despidiera, eso hubiera hecho que se sintiera triste y no quería verle a los ojos y saber que rompería su corazón. Apoye mi mano sobre el capo y observe la casa que papá había construido con tanto esmero. La casa que aunque le costo millones, no se le permitió disfrutar.

Mire a Kageyama.

Su foto estaba aun pegada detrás de la cortina de mi ventana y la podía observar solo por el reverso, pero era él. Lo hubiera podido reconocer a yardas desgraciadamente. Observe las cortinas que Daichi había colgado por mi poca estatura y el poco cielo raso que la lejanía me dejaba observar.

Había quedado precioso.

Daichi me había ayudado a dispersar en él unas pegatinas que brillaban en la oscuridad, por lo que cuando bajaban las luces, se apreciaba un falso cielo estrellado.

Ante todo eso sonreí triste y me subí al auto con cuidado de no tirar ninguna cosa que llevaría en brazos por el camino.

No llegue a las competencias, pensé con culpa.

Serian en al menos 4 meses y hubiera querido estar allí con mis cuervos.

"Mios" ? No realmente.
No eran mios pero los quería como si lo fueran, los había entrenado, mejorado, regañado, aconsejado y amado como a ningún otra persona en poco tiempo. Y los había dejado sin decir nada.

No tenía el valor, no tengo querré decir. No tengo nada, ni agallas, ni moral. No los merecía realmente, lo único que les dejaría serian unos conocimientos baratos y una ausencia injustificada.

Soy un asco.

Me recosté en el asiento y cerré los ojos, no para dormir, sino para pensar con un poco mas de calma. Las sombras me sonrieron y repase todo lo ocurrido, todo lo que intentaba dejar atrás, o al menos intentaría dejar. El auto estaba en constante movimiento, parecía como si volara.

Dimos unos giros, nos pusimos en el camino correcto y seguimos trayecto hacia una nueva ciudad para mí. Mamá no había dicho una palabra, encendió la radio y manejo en un silencio extraño. Aunque en realidad me estaba dejando pensar.

Tendría que hablar con Kageyama, anote mentalmente. Tendría que decirle, antes de que se entere por otros, que los había abandonado y que probablemente, no volvería a verlo. No le diría que lo extrañaría por que tal vez no lo haga, pero le diré que voy a recordarle por un tiempo, y luego... Tal vez si se olvidara de mí, y yo me olvido de él, podríamos volver a encontrarnos en el futuro. 

*

Abrí los ojos un poco extrañada, ya había pasado casi una una hora de lento viaje pero el auto había dado un repentino agiton.
Apenas mis ojos se adaptaron al entorno, una luz blanca me cegó completamente y se escuchó de fondo el cercano sonido de un claxon. Y por cercano me refería a que estaba frente a nuestro auto.

El camión se hizo presente entre el ruido y sus luces, venia directo sobre nosotros y no había lugar de aquella pequeña carretera en la montaña que nos diera el suspiro de escapar.

Un estruendo reclamo lugar en mis oídos, mi cuerpo se inclino en cámara lenta sobre el cristal y en él, mi imagen plasmada me estiraba la mano con desespero, como si quisiera salvarme.

Desearía no haberme sacado el cinturón de seguridad, pensé.

Rápidamente todo se volvió negro para que luego el entorno se volviera un paisaje surrealista.

Shiro Heart (Kageyama Tobio)Where stories live. Discover now