Shiro Heart (Kageyama Tobio)

"Llegada."

*** 
El sol era mas fuerte de lo que la peliblanca pensaba, entrecerro los ojos y se dirigió rápidamente al auto en busca de sombra, dejando a su madre atrás. El viaje fue normal, no había nada que Shiro no recordara de aquella prefectura. Estaba llena de recuerdos de su infancia, con su madre, con sus abuelos, allí estaba lo que ella necesitaba recordar al salir de un hospital.

Allí estaba el sentimiento de pertenencia, allí ella encontró todo lo que necesitaba. Porque creía que no necesitaba nada más.

Ciertamente no recordaba lo que antes la hubiera hecho sentir en casa.
O las personas que la hacían sentirse cómoda en cualquier lado.

Su casa estaba igual que antes, solo algunos adornos y cuadros habían cambiado por lo que supuso que su madre los cambio mientras estaba en su sueño.
Dejo su chamarra camuflada sobre una silla y se encamino a su cuarto, sentía unas inmensas ganas de dormir en un cuarto normal.

2:00 p.m.

***Narra Kageyama***

Los entrenamientos ya no eran como antes, les faltaba sin duda su antigua intensidad, y todos lo notábamos.

Shiro aún no volvía y nadie respondía preguntas por lo bajo.

El corazón solía latirme a mil por hora y no por los entrenamientos.

Hay dudas que me carcomen por dentro..

Me siento vacío, más que antes.

Todo se volvió, monótono.

Había comenzado a salir formalmente con Momoe pero ni siquiera eso me hubiera hecho saltar tanto el corazón como la pregunta que la señorita Masato lanzó

- ¿Alguien sabe algo de la señorita Satou ?

Debí decirle que no.

- Ella debe estar de viaje. -me adelante al capitán.
- Kageyama. -reprocho Daichi. - Señorita Masato, ella se fue. -continuó y arrastro bajo las ultimas palabras.
- Claro que no ! -alce la voz y me miraron condescendientes, no entendí porque.- ella no se iría . . .
- Kageyama-Kun -susurro Hinata con esa mirada molesta.
Me apreté las manos.

¿ porqué nadie me creía ?

- ¿Entonces se fue ? - dijo la profesora Masato.
- No ! -alze de nuevo la voz y ella me miro con rostro triste, no se que se les cruza por la mente.- ella no desaparecería de un momento a otro sin razon. Yo . . . La conozco.
- Kageyama -alzo Daichi- ya basta.
- Ok, Kageyama-kun que tengas un buen día. -me sonrió. Pero no como si fuera amigable si no, como si se sintiera mal por mi, como si sintiera pena .

La señorita Masato se fue y un tiempo después yo también me fui del gimnasio, no podía estar mas tiempo allí. Con esas miradas que me calaban los huesos.

Lentamente acaricie la esquina quemada de la foto.

Ya entendía de donde me resultaba conocido el vestido de volados de la muñeca en aquella feria.
Era Shiro
Siempre era Shiro.

Me duele el alma, y ya se porque.

Su vestidito blanco de volados, sus ojos celestes, su sonrisa, sus cabellos que parecían destellos de sol. Nuestras pequeñas manos juntas.

Mi sonrisa y felicidad.

No eran por estar en la playa, era porque estaba con ella.

Los ojos se me nublaron.

Su existencia abarcaba todas las sonrisas que recordaba. Su partida abarcaba todos mis problemas.

Si ella nunca me hubiera amado. . .

No.

Si yo la hubiera amado. . .

La culpa es mía.

Aun me siento culpable y aunque me pase horas llorando se que no vale la pena si no le pido perdón a ella.
Pero, no quisiera volver a ver esos ojos rotos por el dolor. Mi pecho no lo soportaría ya no puedo ni siquiera imaginarme iniciando una discucion con Shiro porque me da miedo. Me da miedo verla llorar de nuevo y que no pueda borrarme esos recuerdos.
Si se volviera a repetir lo de ese día . .
Si ella volviera a soltar aquello . . .
Yo . . . no podría.
Me desgarraría.

Temo por mi salud mental. Pretendo amar a Momoe pero ya no se si siquiera mirar cuando dicen mi nombre. Mi nombre en su boca sonaba a insulto, a desgracia.
Pienso en amar a Shiro pero ni siquiera tengo el valor de buscarla. Ni tampoco de admitir que me dejó.
Sé que se fue, se a donde, se con quien, y también se que ella esta mejor sin mi. Pero mi cabeza siempre repite que debo disculparme.
Que debo buscarla hasta el fin del mundo y sacarme este peso.

Pero no puedo.

Aunque me carcoma la cabeza, no puedo ni imaginar, lo que seria encontrarla y que me rechazara de nuevo por todo lo mal que e hecho.

***Narra Shiro***

La semana había pasado realmente rápido. No había pensado en nada que hacer hasta que :

- Comenzaras la escuela el Lunes próximo. -dijo mamá.
- Ehh ?! -la tostada cayo de mi mano y la aplaste contra la mesa en un intento de apoyarme, no podía creerlo.- pero, pero . . .- intente buscar ayuda en mis ideas.- a-acabo de salir del hospital -apunte con mi pulgar a algún lugar.
- Lo se y lo mejor sera que empieces a relacionarte, el medico me dijo que seria lo mejor así no te alejabas de la sociedad por lo que te ocurrió y . . .
-sus palabras se escurrieron cuando apoye mi cara en la mesa. Con un demonio y yo que pensaba ir a la playa.- aparte volverás a ver a Ushijima y al equipo. - la mire.- podrías ser su nueva mánager. -su voz sonó medio forzada pero tenia razón, podría ayudar al equipo, y ahí conocería varios chicos nuevos.
- Porque sonríes así ?
- Eh ? Nada -le sonreí a mamá y me fui a mi cuarto, ya tenia todo pensado. Las nacionales estaban en mis manos.

Y estoy segura de Ushijima me habra extrañado estos días de hospital.

No sabia realmente si se habia enterado de que me accidente mientras estaba de viaje con mamá pero tendría algo interesante que contarle.

Raramente no tenia un uniforme de Shiratorizawa así que asistiría el Lunes con ropa normal. Tendría que pasar un poco desapercibida entre faldas escocesas y sacos feos.

Así que ese Lunes a la madrugada me coloque una blusa negra algo grande, una falda escocesa roja y mis medias medio muslo con tirantes. Pequeños detalles por aca, otros por allí y me quede con un uniforme no tan desapercibido, lo suficiente como para profesores y lo poco como para levantar comentarios entre los jugadores de 3ro, en especial en el grupo de Ushi.

Reí maliciosa en la entrada de la escuela, las miradas ya se multiplicaban y los susurros se hacían fuertes. El timbre sonó, para el primer receso Ushijima ya debería estar enterado de mi llegada.