Sam ha estado suspirando (al parecer no tan secretamente) por un cliente constante del café donde trabaja, pero no ha tenido el valor de invitarlo a salir, decidiendo que es mejor continuar con su enamoramiento platónico que llevarse una decepción más. Pero Santana y Tina, que trabajan con él, no están de acuerdo con esa decisión y harán lo que esté en sus manos para lograr unir a su amigo con el agradable chico de la mesa 8. ¿Lo conseguirán?