Capitulo 4

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Esto era absurdo, había estado recibiendo bebidas gratis por una semana completa, supuestamente cortesía de Sam, pero el rubio no mostraba ninguna señal y Blaine comenzaba a creer que todo esto era una extraña broma elaborada de Santana, con la probable participación de Tina.

Es decir, al principio era agradable (todavía lo era hasta cierto punto), sin embargo después del primer día que esto pasó, Blaine esperaba que el barista comenzará a hablarle, y al contrario, el rubio parecía decidido a ignorarlo más.

-De verdad, esto no es necesario- replicó Blaine señalando la bebida que acababan de entregarle.

-No pretendes que la regrese ¿verdad?- preguntó Tina luciendo preocupada.

-Supongo que no – respondió el chico, eso era descortés, la bebida estaba preparada después de todo- pero ¿podrían tú y Santana dejar de darme bebidas extra cada día?- pidió

Tina lució confundida.
-Creí que te gustaba el gesto y Sam se sentiría destrozado si lo digo que no quieres recibir más sus cafés.

-No, no es verdad

-¿Cómo lo sabes?

-En el extraño caso de que Sam realmente estuviera pagando estás bebidas, se podría sentir aliviado al gastar menos.

-No, no lo haría . Se sentiría decepcionado, créeme lo conozco más que tú.

-Bueno, claro, como lo voy a conocer si nunca he hablado con él.

-¿Sabes? Es la misma distancia de la barra a aquí, que de aquí a la barra – opinó Santana quien al parecer escuchaba la conversación- Bien podrías iniciar tú la conversación.

-He intentado hacerlo- respondió Blaine con frustración- he querido agradecerle las bebidas personalmente, pero parece que nunca es un buen momento – explicó.

Y era verdad, el primer día no pudo a encontrar a Sam por ninguna parte cuando se iba, el segundo día Sam estaba en medio de una discusión acalorada con Santana y parecía inadecuado acercarse; el tercero  Sam estaba limpiando un par de bebidas que volcó inesperadamente cuando Blaine se dirigía a la barra; el cuarto estaba ocupado con un cliente y ahora se sentía demasiado tarde para agradecer, aunque se sentía peor seguir recibiendo bebidas gratis, en realidad todo era demasiado confuso. Pero la idea de tener que buscar una nueva cafetería era aún peor.

-Solo toma tu bebida chico de la mesa ocho y deja a Sam suspirar feliz por ti, eso no le hace daño a nadie. – determinó Santana alejándose de la mesa con su paso seguro.

Tina se encogió de hombros.
-Si Blainey, es lindo – opino a su vez también alejándose del lugar.

Blaine desvío su mirada hacia la barra donde el rubio trabaja tranquilamente y con un leve suspiro frustrado bebió de su Latte de Vainilla, era delicioso, como todo lo que Sam preparaba, e inmediatamente sintió su cuerpo relajarse, sí, esa era la razón por la que seguía recibiendo las bebidas gratuitas.

-Esa es mi bebida favorita- señaló una chica rubia sentándose en la mesa junto a él, sacándolo de su trance.

Blaine sonrió.
-Es deliciosa.

-Sam me la sugirió, él es bueno adivinando la bebida favorita de la gente.

Blaine alzó las cejas
-Ese es un don interesante.

-Creo que es útil si servir bebidas es tu trabajo – respondió la rubia con naturalidad.

-Sí, supongo que lo es.

La chica asintió con solemnidad y luego cambiado abruptamente de expresión pregunto con curiosidad .
-¿Cuál es tu bebida favorita?-

Blaine dudó por un momento, pero luego simplemente negó.
-No, no tengo una favorita.

El chico de la mesa 8Where stories live. Discover now