Capitulo 5

34 7 0
                                    

Sam exhaló frustrado, no había rastros de Tina, ni de Santana en la cafetería, habían desaparecido misteriosamente unos minutos atrás y ahora aparte de preparar bebidas y servir bocadillos debía atender las mesas.

Había hecho un trabajo decente y eficiente hasta el momento, al menos en casi todas las mesas, pero había evitado cuidadosamente la mesa 8 y ahora se sentía mal por eso. Blaine no tenía la culpa de que Sam hubiera decidido ser tremendamente indiscreto el día anterior sobre cómo se sentía. Al final de cuentas él solo le agradeció las bebidas y Sam fue quien prácticamente le declaró su amor.

Ahora “el chico de la mesa 8” bien podría pensar que Sam no le había ofrecido ni siquiera la carta intencionalmente, para obligarlo a quedarse aún más tiempo, pero en realidad solo había esperado que Tina o Santana aparecieran y no tener que ser el quien lo atendiera, porque ya no confiaba en lo que saliera de su propia boca.

Con nerviosismo Sam dirigió su mirada a Blaine, quien no parecía ni siquiera un poco molesto por la demora, al contrario estaba completamente sumergido en su lectura, haciendo unas pocas anotaciones en el cuaderno que mantenía cerca.

Era una tontería, había deseado tanto intercambiar el lugar con Tina y poder atenderlo él y ahora que podía hacerlo se estaba acordando en serio. Y Sam era muchas cosas, pero no un cobarde.

Con determinación se acercó hacia el chico, quien perdido, como estaba, en su libro, no se dio cuenta de la presencia frente a el, dándole tiempo a Sam de observarlo discretamente y de cerca. Tenia unos ojos hermosos, más dorados y brillantes de lo que había apreciado y sus pestañas eran ridículamente largas.

-Hola- dijo Sam tras unos silenciosos segundos de apreciación.
Blaine alzó la vista luciendo completamente sorprendido.

-Oh, hola- respondió de pronto pareciendo cohibido, pero exhibiendo una de sus mejores sonrisas.

-Hola- dijo de nuevo Sam, sonriendo encantado por lo mucho que se iluminaba el rostro de Blaine al sonreír.

La sonrisa de Blaine creció divertida.
-Hola de nuevo- dijo con amabilidad
Sam enrojeció de pronto al darse cuenta de su error.

-Lo siento- dijo sacudiendo la cabeza ligeramente- Parece que tenemos una huelga de meseras o algo así -dijo dando un vistazo rápido al lugar -supongo que te atenderé hoy. Soy Sam, por cierto, creo que no lo mencioné el otro día.

-Hola Sam, soy Blaine – respondió el otro chico- y nunca he entendido bien eso del sindicato.

-Si, yo tampoco – reconoció Sam- Quizás solo debamos conseguir nuevas meseras – sugirió.
Blaine pareció dudar

-Creo que eso podría ser contra la ley. Además, sería una pena, las meseras de aquí realmente me agradan.

-¿En serio?- preguntó Sam confundido- ¿Incluso Santana?

-Por supuesto, ella es muy agradable – respondió Blaine- cuando no es completamente intimidante- agregó rápidamente.

Sam asintió en reconocimiento y estando de acuerdo.
-Supongo que podemos darles una oportunidad más entonces, solo porque un cliente como tú lo pide.

-¿Un cliente como yo?

-Uno que intentamos conservar.

-Oh. Gracias – respondió Blaine sonriendo sonrojado.

Sam casi se dio un golpe mentalmente, se supone que no insistirá en su necesidad de tenerlo en la cafetería, así que rápidamente sacudió la cabeza para seguir en la conversación.

-¿Quieres que te traiga la carta o sabes que ordenarás? – preguntó.

-Yo… mmmh… en realidad creo que ocuparé una carta – reconoció Blaine-  estoy probando distintas cosas del menú hasta encontrar mi bebida favorita.

-Sí, lo he notado.

Tanto Blaine como Sam parecían sorprendidos por esa confesión. El rubio enrojeció.
-Lo siento, no intento parecer acosador, sólo-

-No, no lo haces. No te preocupes.

-Te traeré una carta – respondió Sam intentando parecer profesional.

-O podrías sugerirme una bebida -  le incitó Blaine con un tono que a Sam le sugería un poco de coqueteo ¿podría ser?

-¿En serio?

-Bueno, tú pareces saber mucho de bebidas.

Sí, definitivamente ahí estaba, un poco. Sam sonrió ante ese descubrimiento.

-Es mi trabajo, por supuesto que sé, además, no es por presumir pero soy experto adivinando las bebidas favoritas de otras personas.

-En realidad, debo confesar que ya había escuchado eso – admitió Blaine ligeramente avergonzado.

-¿Quién te lo dijo?

-Tu amiga, la chica rubia, con la que converse un poco ayer.

-¿Brittany?

-Si, ella, me dijo que el Latte de vainilla, que era lo que tomaba ayer, era su favorito, y también me dijo que tú y tu sorprendente don le habían ayudado a descubrirlo.

-Supongo que así fue.

-¿Está mal si quiero comprobar tu habilidad?

Para nada, tú puedes probar cualquiera de mis habilidades – hubiese querido responder guiñando un ojo con descaro, pero parecía demasiado atrevido y podía asustar al otro chico si iniciaba esto con mucha intensidad.

-Al contrario – dijo en realidad- me encantaría que me dejaras intentarlo, amo los retos.

Blaine sonrió encantado.
-De acuerdo, he probado aproximadamente la mitad del menú para este punto, ¿con que me sugieres continuar?.

Sam parecía bastante concentrado en su respuesta.
-¿Puedo hacerte algunas preguntas para ayudarme?

-Por supuesto.

-Muy bien – dijo Sam poniéndose enseguida en modo profesional- ¿prefieres las bebidas frías o las calientes? – preguntó rápidamente.

-Calientes – respondió Blaine con la misma agilidad.

-De acuerdo… ¿Qué tan fanático eres del azúcar?.

-No lo sé. Termino medio supongo, me gustan las cosas dulces pero no tanto como para empalagarme.

-Muy bien, lo entiendo… ¿Prefieres los ingredientes tradicionales o exóticos?

-Tradicionales, sin duda.

-¿Qué opinas de salir con un barista rubio de ojos verdes?-preguntó Sam siguiendo el ritmo, pero con nueva expectación en la voz.

Blaine sonrió ligeramente, antes de responder.

-Podría ser…  si adivina mi bebida favorita.

Sam sonrió ampliamente está vez.

-Oh, ¿es ese mi incentivo?.

-Quizás.

-Entonces encontraré tu bebida en menos de una semana – aseguró Sam– Ya vuelvo – agregó al darse cuenta de qué era requerido en otra mesa.

-Ojalá lo hagas – respondió Blaine sinceramente.

-¿Volver o adivinar tu bebida?.

-Ambas.

-Créeme, lo haré.

El chico de la mesa 8Where stories live. Discover now