Mi vida es totalmente normal hasta que Carter Kelly se muda a mi casa. El mismo chico que me maltrató toda mi infancia vive en mi casa y duerme en MI cuarto ¿qué ironía la vida, no creen? Sus padres sufren un accidente del cual no logran sobrevivir. El alma generosa de mi padre no se resistió y adoptó al pobre chico, ahora el muy maldito es parte de la familia Mills. Tener que ver su sucia cara todos los días va ser algo incómodo, en especial si aún cree que sigo enamorada de él.