Hacia lo Prohibido ©

Od Nara_CC

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Collet Zane es una adolescente que, junto a su mudanza de Carolina del Norte a nueva York, viene a su vida lo... Více

ANTES DE LEER
Prefacio
Introducción | Collet Zane
...
Capitulo 1 | El comienzo de todo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 5 | Parte 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 8 | Parte 2
Capítulo 9 | Un faro y un cigarro
Capítulo 10 | Impotencia
Capítulo 11 | Al carajo
Capítulo 12 | La diferencia entre...
Capítulo 13 | Impulsos
Capítulo 14 | Karma
Capítulo 15 | Descubriendo la verdad
Alas de ángel
Capítulo 16 | Sentimientos
Capítulo 17 | Dudas sin responder y Encaros
Capítulo 18 | Choque con la realidad
Capítulo 19 | Mal presentimiento.
Capítulo 20 | Demone
Capítulo 21 | Consecuencias
Capítulo 22 | Límites
Capítulo 23 | A la vista de alguien
Capítulo 24 | Espejos
Capítulo 25 | Desde las sombras
Capítulo 26 | Escarmiento cruel
Capítulo 27 | Eres como las otras
Capítulo 28 | La última gota
Capítulo 29 | Eso es de tramposos
Capitulo 29 | Parte 2
Capítulo 30 | Me arrebataron...
Capítulo 31 | Tu y Yo
Capítulo 32 | Tú y Yo, claro que sí.
Capítulo 33 | Navidad diferente
¿Esto es un...?
Capítulo 34 | Revolución de las ratas.
Capítulo 35 | Desgracia de media noche
Capítulo 36 | Afrontando el sufrimiento
Capítulo 37 | Encuentros sabor a tristeza
Capítulo 38 | La última copa
Extra | Bajo mi atención.
Capítulo 39 | Ni un beso, ni un perdón
Capítulo 40 | Nuestro destino
Capítulo 41 | Tiempo cumplido
Capítulo 42 | Asuntos ajenos
Capítulo 43 | El sabor de la verdad
Capítulo 44 | Llena eres de desgracia
Capítulo 45 | Mi suerte, tu suerte, nuestra suerte.
Epílogo
Agradecimientos.
Hacia la Obsesión.
Un pequeño regalo
El sabor a muerte.
Extra -Halloween atrasado-
Escena fugaz

Capitulo 17 | Parte 2

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Od Nara_CC

Encaros.

Collet.

¡Corre!

Su torcida sonrisa macabra me tiene aún asustada, da vuelta en su eje y me cuestiono el por qué tuve que preguntarle eso sí a mí no me debe interesar.

Fija sus claros ojos en los míos y presiento mal, baja un pie al escalón contiguo y me pongo alerta, observándolo, mi mente grita que corra y me vaya de ese lugar. Se acomoda el suéter y...

Empieza a bajar las gradas corriendo y yo nomás al ver el más mínimo movimiento rápido salgo corriendo también a mí habitación. La respiración se me acelera y me altero con el sonido ensordecedor de sus botas resonando en el piso de madera cuando da un salto bajando por completo las gradas, todo en menos de 10 segundos.

Visibilizo la puerta. Solo debo correr un poco más y llego a mi habitación, la veo tan cerca que en menos de nada cierro detrás de mí la madera a la que le coloco todos los seguros que tiene con las manos temblando.

«¿Que diablos?»

Respiro con la boca abierta y el corazón se me quiere salir del pecho. Si esto es una broma está siendo de muy mal gusto, demasiado. Aunque no creo que lo sea.

Escucho sus pasos lentos pero bien firmes, comienza a silbar y me pone los bellos y nervios de punta ¿Que clase de persona es éste? Y ¿qué es esa manera de perturbar?

—¿Por qué corres Collet? ¿No fuiste tú la que me preguntó que era lo mío? Pues dejame mostrarte.

Se me helada la piel. Él... Él ¿Cómo sabe...

—¿Cómo... sabes mi nombre? Nunca te lo dije —logro articular entre tanto desastre de respiración.

Emite una risa ronca, que si en otras circunstancias fuera me parecería sexy, pero como ahora parece un maldito demente siento una corriente de pánico.

—Oh, si verdad —queda en silencio por unos largos segundos—, pues creo que ya me he expuesto, que lamentable —se queja y cuando creo que dirá más todo parece desparecer.

Ya no escucho más a pesar que me quedé esperando, esperando una explicación del qué hace acá, que absurdo. Pasan minutos y sigue todo en silencio, me separo de la puerta, despacio, sin ruido.

Observo la puerta caminando de espaldas, y si no es hasta que topo mis piernas en la orilla de la cama que me doy cuenta que es mi oportunidad de irme de acá. Me volteo rápido sacando las cosas de mi maleta y encuentro un pantalón de mezclilla roto y me lo coloco a la velocidad de la luz así también como una blusa cuello de tortuga al ombligo, me pongo mi chaqueta y empiezo a quitar los seguros, evitando hacer ruido.

«Que se haya ido, por favor que se haya ido»

Mi mente suplica, saco mi cabeza y veo a todos lados y ya no está en el pasillo, o por lo menos no veo nada. Acomodo mi celular en la chaqueta y cierro la puerta despacio evitando hacer ruido pero ésta me juega al contrario y hace un chirrido, cierro los ojos con fuerza y cuando los abro salgo corriendo sintiendo alguien detrás de mí.

Salgo de la cabaña tropezando pero me rafirmo viendo hacia atrás y lo que veo es una sombra negra ocultarse en uno de los árboles y eso es suficiente para que acelere mi corrida. «Patitas para que te quiero»

No paro siguiendo el camino por dónde vine buscando donde es la fiesta. Comienzo a escuchar la música y quiero hasta volar para llegar yá, entro en un área adornado con lucesitas y ya hay cabañas con luces de adentro encendidas, me detengo en medio de varios caminos ¿Por dónde me voy? Agudizo mi oído y capto por dónde viene más fuerte la música y salgo corriendo por ahí pero me estrello fuerte con alguien más.

Me quito las manos de mis brazos que me agarran para no caer, histérica pensando que es Harold, pero no. Quien me agarró y ahora me ve con el ceño fruncido es Kaiser.

—¡Oh por dios Kaiser! —me le voy encima abrazándolo sintiéndome lo más aliviada posible.

Él se sorprende y da un jadeo lastimoso pero me abraza al instante.

—¿Que te pasa Collet? Estás temblando. —me separa estudiando mi rostro.

Me quedo quieta al notar como él tiene su rostro, de inmediato el pesar es el sentimiento más grande en este momento. Tiene un ojo morado, los pómulos con una rajada que posee unos adesivos para que (supongo) la piel no se le abra, teniene el labio inferior reventado y un lado de la mejilla está morada y verde. ¡Lo dejo muy mal!

—Son unos imbéciles ¿Estás bien? —le digo entre jadeos llevando mi mano al morado de su mejilla y él hace una mueca cuando mis dedos tocan el lugar y, aleja mi mano—. Ay lo siento —me encogo.

—No te preocupes, estoy bien, casi me quiebra una costilla pero estoy bien —me asusto con esas palabras y por inercia llevo mis manos a sus costillas —. Hey yá —me toma las manos—, estoy bien, todo en orden.

—Es que no entiendo por qué lo hicieron, dijeron que no era solo tu comentario ni el que quisieras irte conmigo, si no que ya habías dado motivos antes ¿Es cierto?

Gira la cabeza a otro lado y suspira, de inmediato sé que lo es pero espero a que me lo diga él y lo confirme. ¿Que has hecho Kaiser para que te linchen así?

—No, no lo es. —lo niega y en mis adentros me confundo— Hanniel es un enfermo impulsivo que no permite que lo bajen del pedestal en el que está, por desgracia he sido yo el que ha querido bajarlo y ya ves, me ha ido mal.

—¿O sea que no es la primera vez?.

—No.

Sin permiso levanto su camisa y me llevo una mano a la boca con la costilla de todos lo colores que tiene, se ve realmente mal y los golpes son demasiados grandes. Siento rabia e impotencia por no haber podido ayudarlo para que no terminara así, yo sabía que lo dejaría de esta manera o talvez peor si no hubiera intervenido por unos cortos minutos.

Él me baja las manos junto con su camisa.

—Lo siento —me disculpo dando un paso atrás.

—¿Por qué te disculpas? Si no fuiste tú la que me golpeo.

—Si pero yo pude haberlo detenido y...

—Ya Collet —me agarra de las mejillas—, no te mortifiques que nada de esto fue tu culpa, ni el que no pudieras hacer lo que querías.

Lo veo a los ojos y me pierdo en el color miel que posee, de tonos tan diferentes a los de Allie o a los de Owen. Él tiene su toque. Entreabro los labios y luego trago saliva, él me observa mientras ladeo la cabeza, me le acerco y cuando creo que me corresponderá el beso se aleja soltándome alisando su playera.

Siento la punzada del rechazo y ya no sé ni cómo actuar. Carraspeo y me acaricio la nuca.

—Yo... —vuelvo a Carraspear para no sentirme mal— Perdón yo entendí mal...

—Ya, no pasa nada.

Me sonríe y ya me siento incómoda por mí. Nunca creí que me rechazaría, tenía el completo pensamiento en que yo le atraía, tan siquiera un poco.

—¿Sabes dónde está la fiesta? —cambio de tema rápido.

—Sí, está casi en la entrada a un lado, en el salón de eventos.

Asiento y sacudo mi blusa, sabiendo que lo hago para gastar incomodidad porque en ella no hay nada.

—¿Tú... Tú irás?

—No lo sé, probablemente pero antes debo irme a duchar y arreglar, acabo de llegar.

—¿Acabas de llegar?

—Si, después de aquello tuve que ir al hospital a... A ya sabes.

Vuelve a darme pesar y arrugo mis cejas. A hablar voy cuando él se adelanta.

—Dime ahora tú ¿Por qué venías tan asustada y temblando?

La sensación que sientes de vertigo cae de romplon a mi estómago, la diferencia es que no es miedo a las alturas, sino al loco que me persiguió.

—Es que había un hombre en la cabaña y...

—¿Un hombre? —me interrumpe— ¿Era de la universidad?

—Si... ¡O no! Bueno... No sé en realidad, parecía muy joven pero a la vez muy intimidante y me dió miedo.

El arruga su ceño.

—Que extraño, probablemente si sea. Es muy difícil que entre acá alguien que no pertenezca, hay seguridad por todas partes. ¿Dónde te asignaron pues?

Ay si supiera que en la más asquerosa y peor de todas.

—Cabaña 150, habitación 1. —lo digo con desánimo palpante.

—¡¿150?! —se indigna— ¿Por qué te dieron la peor?

—Como me ayudas fíjate —inquiero con sarcasmo. —. Y no, no sé por qué.

—¿Hiciste cola ya muy tarde?

—No lo sé.

Si lo sé, claro que lo sé. Me quedé perpleja analizando lo de Hanniel y viéndolo como se iba con ellas mientras que a mí me dejaba tirada mientras que todos se colaban de dónde yo estaba hasta que me dejaron de última. El enojo viene a mi nuevamente y ya como que me urge ir a la fiesta.

»—¿Tu dónde estás?

—Yo en la 30, habitación 15.

Vaya que él si tuvo suerte.

—Mmm, bueno entonces te veo en la fiesta, dejo que te vayas a bañar.

Asiente diciéndome que sí irá aún así pase vergüenza por estar tan mal de la cara y de todo por los golpes. Él se va y yo veo a todos lados con desconfianza y apresuro mis pasos llegando a lo que es un enjambre de gente bailando, tomando, fumando y haciéndo de todo.

La música me ensordece por el volumen tan alto que hago una mueca caminando por un lateral de las paredes de madera que están en un diseño con triángulos vacíos dando vista a las afueras. Hay mesas repletas de comida y hay barriles de cerveza, hay botellas de tequila y mas licores para escoger.

Llego a un tazón que parece ponche en un color rojo que de seguro tiene alcohol también. Observo otro tazón en dónde hay ositos de gomita muy inflados ¿Que le han hechado? Vuelvo mi vista al ponche y me tienta tomar un vaso y probarlo, pero un grito de risa entre todos capta mi atención.

Comienzo a buscar de dónde proviene el tono hostigante sabiendo que él está con ella. Los capto bailando bien pegados en una tarima que tiene alrededor sillones dónde yace Liam besando a Chloe y Evans hablando con una seria Allie «Y pensar que mi asunto con Hanniel es complicado» Oriana baila con alguien que nunca había visto y Dánae está sola pero se levanta enojada, al parecer, dirigiéndose a dónde estoy yo. La visualizo y actuó rápido moviendome de la mesa.

Llego a otros sillones y lo menos que quería al llegar allí era ver como Camille besa a Hanniel con tanto afán que hasta de puntitas se pone. Me imagino como él le estará metiendo la lengua hasta la garganta como lo hace conmigo y me atraganto con mi propia rabia. Un sentimiento que me reprocho por sentir pero que no puedo evitarlo, no puedo y el que por arte de magia el centre su vista en mí como si sintiera una mirada aniquiladora no ayuda en nada, menos cuando sonríe con ojos relajados tomando de la nuca a Camille para besarla otra vez.

Me levanto nuevamente de los sillones enojada. ¡Lo odio tanto!

Voy, me poso frente a la mesa y tomo un vaso de ponche, lo huelo antes de llevármelo a la boca y dar un largo sorbo que me hace apachar un ojo por lo fuerte que está, sin embargo el sabor dulce a cereza es suficiente para servirme otro, después otro, luego otro, hasta que ya he tomado cinco. No sé que tipo de licor contenga pero en este preciso momento me vale un comino.

Miro los ositos y me parecen lo más llamativos con los diferentes colores que termino agarrando un puñado en un plato, sacudo mi mano con lo pegajoso que está. Como uno y el sabor es tan rico y la textura también que me como saber cuántos. Sé que esto está mal porque todo lo que estoy consumiendo tiene licor y tengo prohibido hacerlo, pero lo único que quiero es desviar mi atención con cualquier cosa para no comermelo a él con la vista furiosa que tengo. Además... ¿qué más da si ya he probado el alcohol? Claro, de una manera más placentera, nada parecido a lo de ahora y es lo que toca, y vaya que para nada me gusta.

Casi que me atraganto con una gomita cuando siento un brazo pasar a propósito rozando mi cintura para agarrar un vaso rojo. Siento detrás de mí la presencia demandante y el calor que me provoca, su aroma me marea y no hago más que dar vuelta en mi eje.

Un completo error.

Quedo pegada a su pecho y él me sonríe de una manera que me derrite en segundos, no es hasta ahora, que intento alejarme y me tambaleo cuando los mareos me aturden, es que me doy cuenta que el alcohol ya está haciendo su efecto. ¡Dios! está más guapo que nunca.

Me doy una cachetada mental para tener control sobre mí, porque con su mero roce y presencia viene a mi los recuerdos lo que ha hecho conmigo y mis bragas se mojan. El alcohol no es bueno para esto, me está poniendo más caliente de lo normal.

—Aléjate de mí —le digo firme. Sí, ya está haciendo efecto el alcohol pero aún estoy consiente y demandante.

Él bufa burlón.

—Yo no me estoy acercando a tí, solo vine por un vaso.

—¿Que?

—Aléjate tú de mí —me toma del hombro separándome, no sabía siquiera que tenía mis manos en su abdomen.

Me indigno.

—¿Ni un beso? —jadeo enojada

—¿Ni un beso qué? —arruga sus cejas sonriendo sancarron y empieza a servir ponche.

—¿No me vas a dar ni un beso? —trago saliva conteniendo mis lágrimas.

Bien, el alcohol me ha puesto el triple de sentimental.

—¿Quieres que te dé un beso?

—¿No me estás viendo? —levanto mis brazos a la mitad para que me observe.

Y Lo hace, me observa de arriba abajo y se queda más tiempo de lo debido en mi abdomen que está al descubierto.

—¿Tó... —respiro— ¿Tómame? —le suplico, pero creo que sonó más a una pregunta rara. Me me muerdo el labio inferior por estar como estoy.

Llega nuevamente a mi cara y vuelve a fruncir sus cejas tratando de entender sin quitar esa maldita sonrisa de su rostro.

—Quieres que te dé un beso y te folle —asiente despacio rascando su barbilla— ¿Algo más que quieras?

Los ojos me brillan y sonrió ante haber escuchado bien, de verdad que...

»—¿Cuantos vasos de agua ardiente has tomado?

¿Agua qué? Dejo caer mis brazos para después cruzarlos sobre mi pecho, la sonrisa se me va y frunzo los labios por un lado.

—Eso es ponche —le digo como niña pequeña.

—No, no lo es y creo que ya te está haciendo mal.

—¿Cómo se les ocurre tener eso acá? ¿Se dan cuenta que...

—Collet, que somos universitarios no críos de secundaria para servir ponche con un cuarto de tequila.

—¿Por qué no me ayudas a digerir el alcohol? Ya sabes...

Pasa su lengua por un colmillo que hasta ahora no le había notado mucho pues nunca sonríe tan plenamente como ahora.

«Ya entiendo porque me lastima cada vez que me besa brusco».  

La desliza por todos los dientes hasta llegar al otro colmillo. No sabe pero estoy imaginando placenteramente esa lengua en otro lugar, sus labios succionando mientras sus manos...

—Hanniel ¿Nos vamos?

Desvío lentamente mi vista de él a Camille que me mira despectiva, reparo en el agarre firme que tiene en el brazo de él, se le pega más de lo necesario y entiendo el por qué.

«Ridícula»

Hanniel la ve de soslayo y con mis ojos le vuelvo a suplicar que lo necesito, sin embargo Camille lo hala y él toma su vaso y da un sorbo antes de giñarme un ojo que me hace recordar al hombre que estaba en la cabaña, antes de irse.

Mis ojos se cristalizan viendo que se va como si nada, como si no acabara de estarle suplicando.

A la puerta veo entrar a Kaiser y me limpio con el dorso de mi mano las lágrimas que ya salieron. Agarro otro vaso lleno de ponche y me acerco decidida a él.

—Vamos a bailar —le invito agarrándolo de la mano.

No le da tiempo ni de protestar cuando ya lo tengo en medio de la pista, frente a Hanniel que está sentado en un sillón con Camille frente a él queriéndo que se ponga de pie para bailar pero al parecer no quiere.

—¿Que tanto has tomado? —inquiere con diversión cuando me le pego moviendome al ritmo de la música.

—Eso no importa —le digo casi que gritando por la música fuerte pensando que no me escucha.

Se ríe y por encima de su hombro puedo ver cómo Hanniel se percata de nuestra presencia y más la de Kaiser. Aparta molesto a Camille y con mis ojos le hago saber "¿Qué? ¿Te molesta?"

Agarro las manos del moreno y las levanto junto con las mías que tienen el vaso y le indico que las deslice desde mi cabeza hasta mis caderas acariciando despacio. Tomo de un solo todo el líquido del vaso mareándome en el proceso.

—Hey ya no tomes —me dice y niego sonriéndole atrayéndolo para que vayamos por más.

—Ten, sé felíz —le ofrezco un vaso.

—No, yo no puedo por las heridas —se niega halandome para ir de nuevo a la pista.

Me pierdo en él y tomo las vasos del agua roja y ya me siento bien mareada, no obstante eso no me impide captar los movimientos de Hanniel y me enoja que vaya de la mano con Camille, Oriana, y Dánae de camino a un lugar que da a un pasillo obscuro ¿Que piensan hacer?

Me desesperación es tanta y la embriaguez también que cuando pasa por un lado a una distancia prudente tomo de las mejilla a Kaiser y lo atraigo a mi boca.

No sé que pasa, pero cierro los ojos con fuerza besándolo, ésta vez él no me rechaza y me corresponde besándome con la misma desesperación. Sus labios son suaves y carnosos, no tiene sabor en especial pero el que integre su lengua me eriza, ladeo la cabeza para profundizar el beso. Mis manos viajan a su nuca para acariciar su cabello, mientras que él mantiene sus manos en mis caderas pegándome más a su torso.

Por falta de aire lo suelto no sin antes que él me chupe el labio inferior haciendo un sonidito que me hace sonreír. Paso mi lengua por sus labios y le doy otro pico, él recuesta su frente en la mía.

—¿Por qué me has rechazado antes si tenías tantas ganas? Me besaste con ganas —le digo.

Ríe y se separa de mí colocándome un mechón de cabello detrás de la oreja. Yo aprieto mis manos en su cintura.

—Tú me besaste, no yo —carraspea.

—¿No te gusto?

Vuelve a sonreír viéndome fijamente.

—Collet, querida. No es que no me parezcas hermosa, como siempre te ando diciendo, porque de verdad eres lo más bello que he visto.

—¿Y entonces?

—Y entonces pasa que a mí no me gustan las mujeres...

Arrugo mis cejas.

—¿Tú.. ¿Tú eres...?

—Sí, soy gay.

Abro la boca por la noticia y después la cierro apenada. Él vuelve a reír.

—Y tengo novio, pero creo que ya lo he engañado —se encoge de hombros.

—Kaiser, perdóname yo...

—No te preocupes, no creas que no se el por qué lo hiciste con desesperación —me giña un ojo y yo sonrío boba por eso—. De todas mane...

Ya no alcanza a terminar cuando me lo arrebatan de los brazos y yo tambaleo mareada y tengo que agarrarme de alguien para no caer. Me estabilizo y me espanto cuando Hanniel lo tiene agarrado de la camisa como hoy en la mañana.

—¡¿Que mierdas haces aquí?! —lo sacude.

Borracha y todo pero no voy a dejar que le golpee otra vez.

—¡Suéltalo! —le exigo agarrándolo de un brazo.

—¡Contéstame! —le exige— Creí haberte dejado claro que no te quería acá.

—Esto no es tuyo. —se defiende Kaiser y Hanniel se le burla en la cara.

Claro que lo es, todo esto es de él y es un maldito presumido. Levanta el puño y Kaiser solo lo observa sonriente, desafiandolo, me da miedo a que esta vez si lo deje en coma.

—¡Suéltalo Hanniel no seas un cínico!

Me voltea a ver con fuego en los ojos, me intimida.

—No te metas Collet que eres la menos indicada —me dice con voz dura.

—¿Por qué es la menos indicada? —inquiere Kaiser y ríe, yo lo volteo a ver regañandolo con la mirada, lo enfurece más como si no le tuviera miedo y yo tratando de salvarlo de fracturas seguras.

—¡Cierra la puta boca! —exige con veneno.

—¡¿Para que no la valoras?! ¡Ella te estaba rogando y lo que haces es ir a follar con tres! 

De pronto el alcohol me hace mas efecto, doy un paso atrás y siento ganas de vomitar sabiendo que es cierto viendo a las mismas tres arpías con cara extaciada.

—Hanniel, no vale la pena —interviene Liam tomándolo de un hombro—, tu padre dijo que no quería problemas acá.

—Si Hanniel, vamos —secunda Chloe agarrándolo de la mandíbula para que la vea directamente—. Vamos.

Éste parece ceder y lo suelta empujándolo y Kaiser se alisa dónde lo tenían agarrado y se endereza.

—No te metas conmigo —sentencia con veneno y Kaiser ríe y no entiendo su actitud.

Chloe lo hala para irse pero...

—Lo que tienes es que te duele el ego porque ella me besó, siempre prefieren a otro y no a tí.

Arrugo el ceño al digerir esas palabras con doble fondo y vuelvo a tambalear cuando Hanniel me atropella yéndose ahora sin compasión con un puño que impacta en el rostro de Kaiser.

—¡Te lo advertí hijo te puta!

Lo agarra del cuello de la camisa y en menos de nada ya ha impactado cinco puños más.

—¡Basta! —grito tan fuerte que siento que se desgarró mi garganta— ¡¿No te basta como lo dejaste hoy?!

No hace caso pero alguien más, no sé quién, se mete entre los dos y empuja con dos manos a Hanniel moviendolo.

—Hannielito —hace un sonidito de desaprobación con la lengua— ¿Por qué no te metes con alguien de tu nivel?

No entiendo nada pero estoy tan desorientada que tampoco noto cuando Hanniel intenta pelar pero Liam lo toma del cuello con su brazo y Evans lo envuelve con sus brazos con su cabeza por su cintura haciéndolo retroceder. Veo miedo en el rostro de Camille al ver al chico que se ríe triunfador por lo de Hanniel, ése la capta y le giña un ojo y ella retrocede. Chloe la toma haciéndola caminar por dónde se llevaron a Hanniel, se acerca a Allie que no había notado entre la gente y le dice saber que cosa.

Yo me volteo a ver a Kaiser que intenta limpiarse toda la sangre que le sale. Las ganas de llorar viene a mi otra vez, lo ha dejado peor. Me intento acercar pero Allie me toma del brazo halándome.

—Allie no estoy de humor —le digo alterada.

—Yo tampoco pero no voy a dejar que te vayas para allá.

Intento zafarme pero su agarre es firme. Me obliga a caminar también por el mismo camino por dónde se fueron todos, en tanto yo le quito uno por uno los dedos del agarre pero no sirve de nada porque en lo que paso al otro dedo ella ya ha bajado el que levanté.

—Allie quiero ir con Kaiser —sollozo porque ya no aguanto más.

No me responde y me hace caminar más rápido, visualizo a un enojado Hanniel hablando con sus secuaces y a todas las chicas, me vuelvo a alterar y a llorar más.

—¡Déjame joder! —le grito a Allie llamando la atención de todos—, déjame —suplico.

Se detiene y me encara.

—¿Por qué quieres irte con él? No lo conoces, mucho menos al que lo defendió.

Miro a dónde Hanniel y tiene abrazada de un lado a Camille que también solloza. La rabia toma lugar.

—¡Porque al menos él si me trata bien!

—¿Y quién no lo hace?

—¡Él, él no lo hace y no voy a estar rebajándome! —señalo a Hanniel que me mira fijamente sin soltar a Camille, ésta cambia su cara a una de odio.

—Collet yá, estás ebria —me dice Allie tratando de agarrarme.

—¡No! ¡Estoy cansada de toda esta mierda y él no hace nada por solucionar lo nuestro!

—Collet....

—¿Lo nuestro? —se ríe Oriana repitiendo lo que dije— ¿Acaso Hanniel ya tienes relaciones formales?

Hanniel no dice nada.

»—Se ha ilusionado la pobre.

Me volteo por completo hacia la idiota ésa.

—¿Te dijimos que te metieras puta de mierda? —estoy tan enojada que lentamente me voy al frente de ella.

—Yo solo digo la verdad —se afana.

No. Esto ya es suficiente. Camino más rápido y está más atrás de Hanniel, voy con intenciones de una sola cosa pero...

—Collet. —Hanniel cruza su brazo por mi pecho tomando mi hombro al final, adviertiendo.

Lo miro a los ojos y las lágrimas salen ya sin permiso. ¿Por qué?

Lo empujo sin importarme que Camille este allí, lo hago con tantas fuerzas que se tambalea porque no estaba preparado.

—¡¿Collet qué?! —le grito y vuelvo a empujarlo, lo repito una y otra vez.

—¡Dejalo loca desquiciada! —se mete Camille.

Mi furia ahora se centra en ella y Hanniel se da cuenta por lo que la separa dándosela a Chloe quien la retiene. Vuelvo a él y vuelvo a llorar.

—¿Piensas seguir haciendo como si no me conoces cada vez que se te ofrecen todas esas arrastradas?

No me dice nada y odio cuando hace eso y vuelvo a empujarlo enojada y siento la mano de alguien tratando de separarme, por el olor sé que es Allie.

—Collet no te rebajes.

—¡Dímelo mal nacido! ¡Dímelo!

Me agarra de las muñecas y me vuelvo loca al querer soltarme, no me dice nada así que no quiero que me toque, no ahora. Me obliga a caminar a otro lugar lejos de todos ellos pero siento que Allie nos sigue.

—Te lo he dicho mil veces Collet —empieza— tú eres la que parece cría sin entender las mierdas que yo hago y...

—¡No te atrevas a seguir maldito! —esta vez no soy yo la que grita— ¡El único crío acá eres tú por no aceptar que a tus putos huevos les encanta crecer al ver a Collet, uno con retraso mental al tampoco aceptar que te mueve el piso cada vez que la miras por más que te niegues! A no pero aún así te das el lujo de humillarla de esta manera y...

—No te metas Allie —le pide Hanniel y yo ya estoy muy mal.

—¡No! No voy a dejar que lo hagas solo porque te da la gana, ella no idiota porque ella si tiene quien la defienda aunque con un solo chasquido pueda hundirte de la manera en que menos te gusta.

Intenta agarrarme y la miro con desolación y ella a mí me mira con comprensión.

—¡Está conmigo! —le exige de nuevo.

—Sueltala —sigue ella.

Hanniel dirige su mirada a alguien atrás y ese alguien en menos de nada está tomando de la cintura a Allie.

—Dejalos —pide Liam.

La suelta de mi y Hanniel intenta llevarme pero ella no se rinde.

—¡Está ebria y él la trata de la mierda!

Intenta venir por mi otra vez, yo reparo en el agarre de él y ya no tengo fuerzas de nada.

—¡Que los dejes joder! Eso es cosa de dos no de tres —la regaña Liam.

Ella se suelta y lo fulmina con los ojos, nos alcanza y me agarra.

—¡Cállate! ¡No sabes cómo se está sintiendo ella y como eres harina del mismo costal te vale mierda!

Liam frunce el ceño.

—¿Que estás tratando de decir?

—Que te vale mierda los sentimientos de quién te quiere.

—Te recuerdo que fuiste tú quien me grito a la cara que ya no me quería, yo no fuí.

—Lo hacía pero te fuiste con otra.

—Me dijiste que me fuera con cualquiera que estuviera detrás de mí.

—¡Pero no con mi mejor amiga! ¡Chloe era mi mejor amiga y aún así te fuiste con ella! ¡Te la cogiste y te la sigues cogiendo en mis narices!

Liam se queda callado y mi boca ya se cae al suelo con todo ésto. Así que ese era el problema de ellos tres. Mi mirada cae en la de Chloe que está seria observando a Liam, asiente y él ya no sabe que hacer.

—Con cualquiera —Chloe repite las palabras—. Con cualquiera ¿Es enserio Liam?

Él intenta hablar pero mi amiga se adelanta.

—Tú ni hables que no tienes ni voz ni voto.

Chloe la mira.

—¡Yo ya no era tu mejor amiga! Te recuerdo que fuiste tú la que me dijo que no volviera a hablarle.

—¿Y como no? Si estabas siendo parte de como este animal —se refiere a Hanniel— Estaba casi por matar a mi hermano y cuando llegue te mirabas bien agusto viendo cómo lo dejaba inconsciente.

—Solo estaba ayudando a Camille.

—Me importa una mierda Camille.

—¡Owen estaba tomándola a la fuerza!

—¡No culpes a Chloe de que tú hermano sea un depravado! —se mete Camille.

—¡Cierra la boca pinche mosca muerta! —vocifera mi amiga.

—Allie... —intenta Liam.

Ella lo ignora siguiendo.

—¿Y sabes que estaba haciendo antes de que "la tomara a la fuerza"? ¡Se estaba follando a Hanniel siendo novia de mi hermano! —Chloe se soprende al igual que yo, Hanniel solo se acaricia una cien mientras que la mencionada no sabe dónde meter la cara—. Es una puta infiel. A no, pero tú preferiste ir y avisarle a este idiota para que lo matara, éste mismo que se hacia llamar mejor amigo de Owen.

—Él estaba hecho un monstruo, yo no podría haberlo separado de ella y...

—¡Pues me hubieras llamado a mí!

—Tu tampoco habrías podido.

—¡Es mi hermano! ¿Cómo no iba a poder Chloe? Lo que pasa es que preferiste a esa sinvergüenza que a mí, yo, que era tu mejor amiga. No me vengas con estupideces Chloe que sos una traidora. Todos son unos putos traidores.

—Es increíble como puedes tomarte una violación de esta manera —solloza Camille y me dan ganas de ir y reventarle la cara en el suelo.

—No te violó ridícula, vergüenza debería de darte el afirmar esas cosas. Y más al saber el motivo del enojo de mi hermano al traicionarlo de esa manera.

—Ella no tiene toda la culpa —interviene Hanniel y lo miro furiosa al igual que Allie.

—Obvio que no, tú eres otro puto sinvergüenza impulsivo que no es capaz de controlarse.

—Yo no tengo culpa de que él no fuera suficiente para satisfacerla, Owen es el único culpable.

Allie bufa sin poder creerlo al igual que yo y Evans, y para mi sorpresa Liam también.

—No sé ni cuál es tu nivel de cinísmo, pero ve y sigue follandola, hazlo con todas si es posible pero a Collet no me la arrastras a tu mundo del asco.

Mis extremidades tiemblan débiles ante tanta información de romplon que ya no puedo lidiar con ello, menos con Hanniel ahora que se todo eso.

—Ella es lo suficientemente grande como para decidir por sí misma ¿No crees?

Intenta agarrarme y le zampo una cachetada.

—No me toques, tienes la puta maña entonces de meterte con las que... Ya entiendo.

El arruga su ceño pero luego entiende mi referencia y sonríe.

—Yo no te obligé a nada.

Vuelvo a meterle otra cachetada y el endurece su expresión.

—Collet es suficiente ¿Que harías si es él quien te está agrediendo? no querrás verlo enojado —Oriana se pone al lado de él y me enfurezco más.

El arruga su ceño viendola a ella y ella me ve altanera.

—Otra ofrecida al pastel —digo.

Ella ríe e intento hacer más pero Allie me hala. Hanniel me advierte con la mirada y...

—Vete a la mierda Hanniel.

Estoy temblando y algo me está haciendo estragos en el cuerpo.

Camille está llorando y Dánae la tiene abrazada. Evans parece cansado y sorprendido con todo y Liam se dirige a Hanniel, al último Oriana trata de agarrarlo pero él se suelta de ella con asco.

Salimos de la vista de ellos y comienzo a llorar a cantaros, Allie solo camina a mi lado, salimos de la cabaña y comenzamos a caminar. Todo se me revuelve, un dolor inmenso se posa en la boca de mi estomago, se encoge, siento hilos de saliva salados y se a que se debe.

Me inclino a la velocidad de la luz a un bote de basura antes de que el vomito arrasara con mi garganta. Me arqueo sacando todo, más sin embargo no es más que agua roja y doy otra arcada pero no sale nada, todo se vuelve vacío y Allie suspira acariciando mi espalda.

—Ay mi Collet —doy otra arcada—. Ya, no hagas esfuerzo.

Me endereza y me da tanta vergüenza que me vea de esta manera.

—Respira profundo —me agarra de los hombros—. Dime qué has comido algo en todo el día.

Niego sin ánimo. Lo cierto es que solo comí una manzana antes de salir de casa, la comida que papá me dió aún sigue en mi maleta y la que Chloe me pago ni la toqué.

—Diablos Collet ¿Y aún así bebiste?

Dejo de respirar cuando veo una sombra a lo lejos y vuelvo a inclinarme en una arcada más.





Publicado el 12 enero 2021

Nota de la autora:
Que revoltijo de todos éstos. ¿Se acuerdan aún de los recuerdos escritos en cursiva? Pues ya saben entonces.

Gracias por leer y no olviden votar y recomendar la novela ❤️

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