Degenerates | Minshua

By carstairsis

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Jisoo y Mingyu estaban casados, pero Mingyu inició un romance con su asistente, y Jisoo decidió pagarle con l... More

Prólogo*
Sweet dreams *
thanks for the memories*
call your boyfriend*
stupid boy*
alarms*
let you go*
fall to pieces*
fire meets gasoline*
ILYSB*
Happier*
get hurt*
IDFC*
Innocence*
The Other*
Patience*
Tongue tied*
Setting fires*
Try again
Too good at goodbyes
Quit
My happy ending
Battlefield
Black Black Heart
Scared to be lonely
Running up that hill
It only hurts
Start over
Carry me home
Lego house
Simple
Elastic heart
8 letters
Oceans
Far away
the feeling
Hero
Finale

bad at love*

967 124 81
By carstairsis


Jisoo despertó temprano esa mañana y se miró al espejo. Se contempló en el reflejo de sus aburridos y descoloridos ojos. Por supuesto que cualquiera lo abandonaría. Era demasiado ordinario para empezar. Lavó su rostro y se desplazó al guardarropa que ahora compartía con Seungkwan para ponerse algo decente. Hoy iba a encontrarse con Mingyu, quizás por última vez. Respiró profundamente. Debía ser lo más creíble posible. No debía llorar -no, no debería ser él quien llore. Jisoo no iba a llorar por un amor que, pudo no ser real en lo absoluto, o que con el tiempo se había ido marchitando con la indiferencia. Sólo habían sido seis largos años de una tonta ilusión.

Tomó su cartera y se dirigió a la dirección indicada. Se detuvo frente al café que guardaba muchos recuerdos. Tragó el miedo lentamente y se arrastró dentro de la cafetería. Con ojos frenéticos buscó por todo el lugar hasta dar con Mingyu, sentado en la mesa más lejana, bebiendo con tranquilidad una taza de café. Sus miradas se encontraron y Jisoo, con el corazón roto, forzó una media sonrisa.

"Buenos días," Jisoo saludó. De alguna manera se sentía como si volvieran a ser extraños. "Hola," Mingyu le regresó el saludo. "¿Quieres algo de tomar?"

Jisoo negó con la cabeza rápidamente. "No...de hecho, debo ir a otra parte después." Era una mentira. Jisoo sólo necesitaba estar lo más lejos posible de Mingyu. "De acuerdo," Mingyu respondió calmadamente, pasándole  un folder amarillo. "Aquí están los papeles del divorcio. Este es tuyo-" Su corazón se hundía en su pecho con cada palabra; todo era tan real. Sus dedos temblaron descontroladamente así que los ocultó bajo la mesa, lejos de la mirada quisquillosa de Mingyu.

"De acuerdo," Jisoo sonrió amargamente, "Los checare y los firmaré, ¿eso es todo?" Jisoo persistía en ocultar su inestable anatomía. Mingyu sorbió un poco de su café. Lucía tan tranquilo con toda la situación, a diferencia de Jisoo quien se sentía patético por su dolor. "Es todo, oh, y esto, casi lo olvido-" Mingyu hurgaba dentro de su maletín mientras que Jisoo trataba de controlar el latir de su corazón. Sacó un sobre estropeado de color dorado que puso sobre la mesa. "Esto es para ti-"

Jisoo no logró comprender. Tenía tanto miedo de exponer el temblor en sus manos así que sólo esperó por una explicación sin moverse en lo absoluto. "Es una invitación," Mingyu evadió los inquisitivos ojos de su ex pareja, "Me casare en cuanto el trámite de divorcio se haya completado. Jeonghan tiene tres meses de embarazo. No quiero esperar más tiempo."

"Oh," fue todo lo que Jisoo pudo articular, preguntándose, ¿cómo estará luciendo en ese instante? ¿se veía triste, enojado o celoso? Pero no pudo permitirse ninguna sola lágrima, así que, en su lugar, sonrió hipócritamente. "Felicidades," se obligó a sí mismo a decir mientras que Mingyu sólo asintió. "Debo irme."

Se levantó rápidamente, apretando el folder contra su pecho y apresurándose fuera de la tienda. Su visión se volvió borrosa tan pronto como estuvo fuera del lugar, el cual una vez estuvo repleto de buenos recuerdos. De ahora en adelante, no podría regresar ahí porque todas las buenas memorias habían sido manchadas por esta sola, que miserable y ridícula fue. Respiró profundamente, alargando la exhalación, pero su visión sólo empeoró. Se tambaleó por la calle hasta poder sentarse en una banca al otro lado de la carretera. Sus ojos estaban empañados y no comprendía por qué hasta que un transeúnte le ofreció un pañuelo. Jisoo aceptó el pañuelo sin poder agradecerle. Sentía que si soltaba una sola palabra, se caería en pedazos. 

Jisoo estaba llorando. Las lágrimas estaban nublando su visión, así que tomó el pañuelo y las limpió, pero sólo aumentaron. Seis largos años. Cuanto más lo pensaba, más crecían la agonía y los celos. Había pasado seis largos años junto a Mingyu, pero nunca hubo esperanza de hijos porque este siempre lo evadió. Fue él quien dijo que quería más tiempo con Jisoo. Fue él quien dijo que no estaba listo para niños. Seis largos años. Pero Jeonghan tuvo más que eso. Después de todo su historia había iniciado desde sus años de adolescencia. Todo lo que Jisoo tuvo fueron seis años. La realidad lo hundió más en la miseria. 

Jisoo firmó los papeles de divorcio y los regresó al siguiente día. 



Pensó que lo superaría dentro de unos cuantos días o quizás semanas, pero el dolor nunca disminuyó. Pasó noches en vela, mirando a las estrellas. Seungkwan le recomendó encontrar un trabajo para ocuparse o quizás regresar a estudiar y terminar su carrera. Pero Jisoo no podía moverse de la cama. Se sentía enfermo y harto del mundo, así que sólo esperó silenciosamente, contemplando las cuatro paredes que lo resguardaban. ¿Por cuánto tiempo seguirá sintiéndose de esa manera?

Seungkwan nunca estaba en casa así que Jisoo tomó una decisión, cambiándose a algo que usualmente no se pondría. Se miró de nuevo en el espejo. Si tan sólo pudiese cambiar su aburrida personalidad entonces Mingyu quizás no-

Borró aquel pensamiento de su cabeza. Se encaminó a La Bleu, seleccionando el mismo lugar de la vez pasada y pidió una bebida que usualmente no bebería. Resopló con amargura. El alcohol quemaba su garganta y perdió el sentido del gusto. No podía saborear nada y eso de alguna manera le resultaba satisfactorio. Ordenó una primera ronda, luego una segunda, entonces una tercera y una cuarta hasta que tuvo que correr al baño de caballeros a vomitar. Entonces regresó a su sitio donde una quinta ronda lo esperaba. Había un hombre sentado al otro lado de la mesa, le guiñó un ojo levantando su copa. Y Jisoo se estremeció. No estaba acostumbrado a ser tratado así -quizás se debía a la manera en que sus clavículas se veían expuestas por la camisa grande que se había puesto hoy. Fingió una buena cara y se empinó el amargo licor. 

"¿Eres fuerte o débil bebiendo?" el hombre hizo su camino hacia él. Débil. Jisoo despreciaba esa palabra así que se limitó a sonreír. "Soy fuerte." El hombre le compró otro trago y Jisoo se lo bebió de una sentada. La ardiente sensación no disminuyó en su garganta y su estomago comenzó a arder. El hombre alzó ambas cejas. "Interesante. Tu rostro luce demasiado inocente, no te creería si me dijeras que puedes beber-"

"Sí puedo," Jisoo interrumpió, aunque era el alcohol hablando en realidad. El extraño se inclinó cerca de su cuello, y Jisoo inmediatamente se alejó enojado e irritado. El hombre lo miraba incrédulo. "¿Qué fue eso-?"

"¿Qué estabas intentado hacer-?" Jisoo alzó la voz. Siempre había odiado la atención y  que esta ahora estuviera volcada sobre su quebradiza voz sólo lo frustró más. El hombre chasqueó su lengua con enojo. "Mira, te compré una bebida. Estoy seguro de que sabes lo que eso significa por aquí-"

Jisoo mientras tanto se aferró a lo que quedaba de su cordura. "Aléjate de mí."

El hombre bufó, tocando bruscamente con su dedo el rostro de Jisoo antes de darse la vuelta. "¿En qué estaba pensando? Eres demasiado mojigato." Aquella palabras se clavaron profundo en su cabeza. Jisoo salió del bar sintiéndose terriblemente enfermo, vomitando de camino a casa. Seungkwan lo regañó aquella noche, pero eso no detuvo a Jisoo de regresar las noches próximas.

Llegó a cuestionarse qué demonios estaba haciendo vistiendo camisas holgadas y jeans rasgados que nunca había usado antes -contemplando a la multitud con su cabello desordenado, pretendiendo ser alguien más. Se volvió adicto a la vida nocturna que nunca antes había probado, sólo sentado, bebiendo, sonriendo y pretendiendo estar bien cuando ya ni siquiera podía ver su propio mundo con claridad. Olvidó el dolor momentáneamente. Se olvidó del hombre que arruinó su vida por seis largos años y del hombre que lo había remplazado. Ellos ya estaban construyendo una vida juntos y oh cuán perfecta sería su vida ahora sin Jisoo de por medio. Sólo esperaba que el karma los hiciera pagar caro. Se sintió tan vacío mientras se empinaba una segunda copa. Se sentía enfermo. El dolor golpeó su abdomen y se acurrucó sobre la barra para poder dormir un rato. 




No sabía por cuánto tiempo había dormido hasta que el bartender lo despertó. "Disculpa ¿estás bien? Cerramos en dos horas -¿necesitas que llame a alguien-?"

Jisoo lo miró con una vaga mirada, tratando de encontrarle sentido a su alrededor. "Estoy bien," dijo barridamente. "Yo-"

"Yo lo llevaré a casa," una voz familiar resonó. La limpia fragancia del hombre entró por su nariz; siempre había amado esa fragancia. La amplia mano del hombre se posicionó sobre su hombro, y Jisoo se giró para mirarlo, sin embargo lo único que logró identificar son hexágonos irregulares y luces nublando su vista. "Soy su amigo," el hombre dijo, su voz mezclada con un acento extranjero que le era demasiado familiar. "No tengo amigos. No mientas." Jisoo se rió, alejándose del hombre.

"Jisoo-" El hombre susurró agradablemente contra su oído. 

"¿Cómo sabes mi nombre?"

"Realmente te olvidaste de mí," el hombre rió sin gracia. Su voz era ligeramente amable. Jisoo estiró una mano para tocar sus mejillas, y estas eran sorpresivamente cálidas. Enganchó el delgado brazo de Jisoo alrededor de su cuello. "Muy bien, vamos a casa." Jisoo sentía sus piernas flotar sobre el suelo. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero creyó que se encontraba levitando. Medio dormido, fue capaz de ver un sueño en el cual estaba parado a la orilla de un precipicio. Bajo él había un profundo y oscuro abismo. El viento fluía violentamente. Al otro lado, estaba Mingyu, sonriendo gentilmente como solía hacerlo. Trató de llegar a él, pero estaba demasiado asustado de saltar -la distancia era enorme, pero ¿por qué Mingyu insistía en hacerlo saltar? Jisoo estaba dispuesto a superar el miedo ya que el hombre insistía tanto y dio un primer paso. Saltó con su mejor esfuerzo, y la distancia entre ellos disminuyó; le hizo creer que en cualquier minuto sería capaz de alcanzar a Mingyu, pero ¿qué era este dolor? Dolía demasiado. Algo estaba pateando su matriz -tratando de escapar. Su abdomen se desgarró horriblemente y cuando Jisoo miró hacia abajo se dio cuenta que estaba cayendo en la oscuridad. Un grito salió de su garganta en cuanto despertó, en la espalda de otro hombre.

Se retorció, llorando del dolor, aventando patadas hasta que el hombre lo soltó. Jisoo cayó al suelo, sollozando del dolor. Dolía demasiado. Jisoo lloriqueó y suplicó por ayuda hasta que el hombre envolvió sus manos con las propias. "¿Estás bien-?" El dolor físico hacía inútil sus palabras, y simplemente se aferró al hombre desesperadamente.

"Oh mierda-" El hombre levantó a Jisoo en su espalda y se echó a correr. "Resiste-" la voz del extraño picó en sus oídos mientras su cálidas manos le hacían compañía. El dolor no disminuyó y Jisoo se desmayó. Ya no pudo ver ningún otro sueño. "Estarás bien," fueron las últimas palabras que Jisoo escuchó.



Despertó en una habitación completamente blanca. El olor a cloruró llenó sus fosas nasales. Miró a su alrededor hasta encontrarse a Seungkwan dormido en sus pies. Le dio una ligera palmada a su amigo. "Ey," su voz se encontraba ronca, rompiendo el silencio y despertando a su vez a Seungkwan. Jisoo le sonrió."¿Qué pasó? ¿Por qué estoy-?"

Sus ojos cayeron en la intravenosa conectada a su brazo de una bolsa. "¿Qué es esto-?" Su voz se quebró, y su mirada frenética se paseó por toda la habitación, y Seungkwan se alarmó, tratando de calmarlo. Seungkwan portaba una mirada severa que no encajaba con su exuberante naturaleza. "No te muevas," Su amigo alzó la voz, respirando pesadamente.

Jisoo miró a Seungkwan, sorprendido. El dolor había desaparecido, pero ¿por qué sentía que había algo terriblemente mal con él? Sus cejas se fruncieron. "¿Por qué estoy aquí? ¿Cómo me encontraste?"

Sólo entonces, el hombre con el cual recordaba haber pasado una noche entró en su campo de visión, parado ahí con su traje negro, del mismo color que su cabello. El contraste entre el traje oscuro y la bata blanca del doctor era escueto, quedando grabado en su mente. Ambos portaban expresiones solemnes y Jisoo había visto esto tantas veces en televisión como para no saber que lo que venía eran malas noticias. "Junhui-ssi," Seungkwan señaló al más alto, "...me llamó desde tu celular. Me dijo que tuviste...un aborto."

¿Un qué? Jisoo intercalo su mirada de una persona a otra. Se preguntaba si, ¿era todo una mala broma, o si seguía atrapado en una especie de amarga pesadilla, o si todos estaban implicando que Jisoo había estado embarazado? ¿Lo estaba? Nunca se sintió embarazado, o al menos nunca había tenido ningún síntoma de haberlo estado. Jisoo miró al doctor, quien caminó hasta posarse a su lado, portando una expresión decepcionada -¿quién mierda era él para juzgar a Jisoo? No evitó el impulso de culpar a todos a su alrededor. Miró de vuelta a Seungkwan, quien palmeo sus hombros gentilmente. No lo hagas. Detente. No-

"¡No me toques!" Le gritó a Seungkwan y su amigo lo miró con ojos sorprendidos, paralizado en su lugar. No pudo reconocer su voz por un segundo. Nunca le había gritado a nadie antes.

"Entiendo que necesite tiempo, pero debíamos informarle de su pérdida, Hong Jisoo-ssi," el doctor leyó su nombre de su tabloide, "Tuvo un aborto espontáneo. Necesitaremos examinarlo por los próximos días antes de que pueda irse, para asegurarnos de que esté fuera de peligro. Si tiene curiosidad..." El hombre le dio vistazo. "Su bebé tenía doce semanas. Lo mejor será que le informe a su pareja."

¿Doce semanas? ¿Hace cuánto fue eso? ¿Cuando Jisoo comenzaba a notar el hedor de una fragancia dulce por toda su casa? ¿Cuando Jisoo comenzó a sentir la urgencia de vomitar cada que se percataba que alguien más vestía su ropa, dormía en su cama y le hacía el amor a su esposo?

"Normalmente, a este punto, su estómago comenzaría a hincharse y el bulto que hace el bebé sería visible, pero de acuerdo a su chequeo, mostraba signos de desnutrición. El bebé no estaba recibiendo los nutrientes debidos por lo que ya se encontraba demasiado débil para empezar...pero el alcohol en exceso provocó-"

Jisoo finalmente se rompió, llorando a mares, escondiéndose entre sus rodillas. "Lo siento," se disculpó infinitamente con nadie en particular. El dolor físico por fin había desaparecido, pero en su lugar, lo reemplazó uno peor. El doctor suspiró profundamente, levantándose para marcharse. "Denle un poco de tiempo, por favor."

Seungkwan asintió, sin embargo no se movió. Nunca había visto a Jisoo así de frágil -de alguna forma, su amigo se veía mucho más pequeño. Caminó silenciosamente hasta colocarse a su lado, acariciando la temblorosa espalda de su amigo. Junhui se encontró a sí mismo en un mal momento, sin saber si irse o quedarse. Decidió quedarse parado y lejos, en silencio.

"Todo estará bien," Seungkwan trató de reír, pero sólo salió un sonido extraño, como si estuviese a punto de llorar. "Es lo mejor por ahora. Estarás bien...Lo superarás y algún día podrás-"

"Soy un estúpido," Jisoo miró a su amigo con los ojos rebosantes de lágrimas, "Siempre supe que era estúpido, pero ni siquiera sabía que estaba...embarazado."

Seungkwan protestó, sujetándolo de las muñecas. "...No eres estúpido, " Lo convenció. "No eres en lo absoluto estúpido. Estabas estresado -eso es todo." Seungkwan tragó antes de continuar, entrelazando su mirada con la cristalina de Jisoo. "Ese ambiente era malo para ti, Jisoo -¿Lo entiendes, verdad? Esas emociones te contaminaron. Necesitabas irte-" Antes de que pudiese terminar su oración, Seungkwan rompió en lágrimas. Jisoo siempre supo que su amigo era mucho más llorón que él mismo. Ver a Seungkwan llorar en su lugar, lo tranquilizó. 

Giró su atención hacia Junhui. El hombre le sonrió pacientemente. "...Gracias," Jisoo susurró, aferrándose a las temblorosas manos de su amigo. "No te preocupes," Junhui respondió, inseguro de cómo fue a involucrarse en una situación así. Se acercó, abrumado por las emociones -nunca había sido bueno para tratar con ellas. "Mira, no sé qué fue lo que te pasó, pero algún día lo superarás-"

"Tuve un mal divorcio. Eso es todo," Jisoo rió amargamente, y Junhui se preguntó si aquello tenía que ver con él; sin embargo Jisoo pudo leer su mente inmediatamente. "No tiene nada que ver contigo, no te preocupes."

"Nuestra relación ya se estaba desmoronando. Mi esposo se casará pronto con otro hombre...quien parece estar esperando su hijo." Jisoo acarició su estómago. "Tal vez no era tiempo para el mío aún." dijo Jisoo antes de encontrarse con los fríos ojos de Junhui. Por un instante, Junhui portaba una expresión que le fue imposible de descifrar. 

"No es tu culpa," Junhui cambió su expresión rápidamente. "Tu esposo se enamoró de alguien más. Ha encontrado al indicado ahora y tal vez algún lo harás tú también. No lo entenderás ahora, pero tal vez algún día lo hagas-"

Jisoo rió sin ganas. "¿Haz sacado eso de algún libro? Suena como algo que he escuchado miles de veces antes. La gente siempre dice eso -que algún día lo superarás," Rascó su cuello. La aguja dentro de él comenzaba a picar y comenzaba a irritarse.

"Me digo lo mismo. La gente deja de amar y no hay algo que podamos hacer...es sólo un corazón roto. Lo superaré." Pensó que podría manejar bien la miseria, pero el hecho de haber perdido no sólo a su esposo sino también a su hijo lo estaba volviendo loco. Comenzó a llorar. Es más sano así, Seungkwan solía decirle eso, tal vez era por eso que su amigo lloraba tanto. Pero cuando Jisoo lloraba, se olvidaba de respirar y se sofocaba. Odiaba llorar. Odiaba ser tan débil. Se odiaba

"...Porque nadie muere por un corazón roto, ya sabes," Tragó la agonía, "Nadie muere, pero hay una parte aquí dentro," Golpeó su pecho con el puño cerrado, "Una parte de aquí muere por la decepción y traición, y pierdes una pieza de ti mismo. Es lo que un corazón roto le hace a la gente. Destruye toda la seguridad que habías construido por años de ser amado y protegido, pensando que nada terminaría. Y cuando todo termina, esto es todo lo que te queda...sólo un lo siento y lo superarás algún día." Limpió las lágrimas que caían por sus mejillas. "Por supuesto, para él ya no importa porque ya ha encontrado su algún día, pero para mí, empieza ahora."

Seungkwan atrajo a Jisoo hacia sus brazos y Junhui se quedó en silencio. Jisoo pensó que estaría bien, pero nunca consideró que sería tan difícil dejar de amar y olvidar a Kim Mingyu. Tal vez debió llorar más. Tal vez debió enojarse, hacer un berrinche, lastimar al hombre tanto como quisiera -tal vez debió culpar a Mingyu más. Tal vez, si lo hubiera hecho, no se sentiría tan patético, pero su corazón se encontraba completamente destrozado por pasar seis largos años  perteneciendo a alguien más y haberse perdido a sí mismo. El llanto comenzó a sofocarlo.

Era el peor sentimiento en el mundo -el sentimiento de morir, pero sin hacerlo. Era una locura y no importaba cuantas veces Jisoo intentara convencerse, él no estaba bien, nunca lo estaría. ¿Qué ganaba siendo el civilizado, soportando la agonía y conteniendo las lágrimas cuando Mingyu ya no estaba ahí para amarlo? Ya no había amor en lo absoluto, y dolía ser el único lastimado -luchando, buscando y destruyendo a nadie menos que a sí mismo.

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