Hacia lo Prohibido ©

Autorstwa Nara_CC

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Collet Zane es una adolescente que, junto a su mudanza de Carolina del Norte a nueva York, viene a su vida lo... Więcej

ANTES DE LEER
Prefacio
Introducción | Collet Zane
...
Capitulo 1 | El comienzo de todo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 5 | Parte 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 8 | Parte 2
Capítulo 9 | Un faro y un cigarro
Capítulo 10 | Impotencia
Capítulo 11 | Al carajo
Capítulo 13 | Impulsos
Capítulo 14 | Karma
Capítulo 15 | Descubriendo la verdad
Alas de ángel
Capítulo 16 | Sentimientos
Capítulo 17 | Dudas sin responder y Encaros
Capitulo 17 | Parte 2
Capítulo 18 | Choque con la realidad
Capítulo 19 | Mal presentimiento.
Capítulo 20 | Demone
Capítulo 21 | Consecuencias
Capítulo 22 | Límites
Capítulo 23 | A la vista de alguien
Capítulo 24 | Espejos
Capítulo 25 | Desde las sombras
Capítulo 26 | Escarmiento cruel
Capítulo 27 | Eres como las otras
Capítulo 28 | La última gota
Capítulo 29 | Eso es de tramposos
Capitulo 29 | Parte 2
Capítulo 30 | Me arrebataron...
Capítulo 31 | Tu y Yo
Capítulo 32 | Tú y Yo, claro que sí.
Capítulo 33 | Navidad diferente
¿Esto es un...?
Capítulo 34 | Revolución de las ratas.
Capítulo 35 | Desgracia de media noche
Capítulo 36 | Afrontando el sufrimiento
Capítulo 37 | Encuentros sabor a tristeza
Capítulo 38 | La última copa
Extra | Bajo mi atención.
Capítulo 39 | Ni un beso, ni un perdón
Capítulo 40 | Nuestro destino
Capítulo 41 | Tiempo cumplido
Capítulo 42 | Asuntos ajenos
Capítulo 43 | El sabor de la verdad
Capítulo 44 | Llena eres de desgracia
Capítulo 45 | Mi suerte, tu suerte, nuestra suerte.
Epílogo
Agradecimientos.
Hacia la Obsesión.
Un pequeño regalo
El sabor a muerte.
Extra -Halloween atrasado-
Escena fugaz

Capítulo 12 | La diferencia entre...

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Autorstwa Nara_CC

La diferencia entre...


Hanniel

Una relación implica compromiso. Compromiso el cuál abarca el hecho de veloriar a tu "pareja", no hablar con chicas ni mucho menos enrrollarte con una, andar pendiente de lo que haga, defenderla de las personas que le falten al respeto o se quieran pasar por encima de ella, muchas otras mierdas que no me interesan en lo absoluto, pero por sobre todo decirle a cada nada "te amo" una palabra muy sobre valorada a decir verdad.

Entonces... ¿Soy capaz de adentrarme a un compromiso?

No.

La respuesta es no y, no. No quiero estar amarrado a alguien para que me controle día y noche lo que hago, me gustan las mujeres y el sexo, una combinación que no me permite limitarme a solo una mujer que se haga llamar mi novia, además ¿Que es eso de defenderlas? Si una mujer no tiene el carácter para defenderse por sí sola, no puede ser digna de llamarse así.

Ahora el problema es: ¿Por qué estoy aguantando los caprichos de Collet? Quien un día se me tira encima pidiendo que la bese y la toque, para que al otro haga como si no me conoce ¿Qué? ¿Espera que yo vaya y la busque siempre? Si supiera que a mí es al que buscan siempre.

Otra fuera la dejo tirada y olvidada por ser dramática y no entender lo que yo ofrezco. Que es sexo sin compromisos ni sentimientos. Pero ella nisiquiera me ha dejado montarla, por eso es que sigo detrás de ella, es un reto el que se haga la difícil hasta los huevos y pienso que, es por eso que sigo allí, quiero decir que si pude doblegar su barrera.

Mis ojos captan esa silueta de melena castaña cruzando el parqueo al auto de Allie ¿No tiene para transportarse? Me pregunto como se vería en un Bugatti, le cambiaria completamente su aire de mojigata. Hace como si no me conoce y que no soy yo el que la está observando, me causa gracia sus intentos fallidos para ignorarme, su indiferencia nunca estaría a la altura para lastimarme o moverme el enojo. A diferencia de mí, con un gesto podría hacerla rogar por atención.

—La fiesta de hoy será épica.

La voz de Camille me hace enderezarme y saludarla.

—¿Hace cuánto que no hacías fiestas en tu casa?

Me recuesto en el capó de mi Aston y enciendo un cigarrillo.

—No lo sé —le respondo dando una calada.

—Creo que desde que terminaste con S... —se corta ella misma— bueno, con ella, es que no haces ningúna.

—No le encuentro sentido a lo que estás diciendo.

—Es solo un recordatorio...

—Pues no me apetece escuchar tus recordatorios, haré hoy la fiesta y ya, relajada.

—Okey, okey Hann, tu tranquilo y...

—Camille —la miro— ya ¿Quieres? Me duele la cabeza y tú me aumentas el dolor.

Camille puede llegar a ser muy irritante pero la soporto. Hemos compartido una gran parte de nuestra infancia y adolescencia como buenos amigos, hasta hace unos años que ella comenzó con sus hormonas de mujer caliente y se me ofreció, no la podía rechazar realmente, le haría un favor y ella me provocaría placer, aunque por ser virgen no me aguantó.

La observo y estira sus labios en una sonrisa torcida y levanto una ceja sabiendo que es lo que está pasando por su mente, no le basta. Si que la adiestre bien porque a cada nada quiere sexo conmigo y ya está lo suficiente adaptada a mi tamaño. Se acerca a mi y se me pega de frente poniendo una mano en mi abdomen en lo que yo expulso el humo de mi boca.

—¿Y si te ayudo a qué se te quite el dolor de cabeza? —intenta bajar más la mano y se la atrapo sin dejarla.

—Tampoco seas tan descarada.

—Te gusta y lo sabes.

Entorno los ojos y sonrio cínico. La tomo de la mandíbula acercándola a mi en lo que Collet nos observa "disimuladamente" escondida atrás del carro de Allie, cree que no sé que me anda vigilando desde ayer que se fue de dramática de mi casa.

—Me gusta follarte —hago el amago de besarla y ella abre los labios pero no lo hago—, más no que me toques en público. No es para tanto, no te confundas —le suelto la mandíbula pasado de fuerte haciendo que voltee levemente la cara.

Ella sonríe como la masoquista que es.

—Como digas, vamos a tu casa o a la mía entonces.

No me parece mala idea, la erección de ayer no fue atendida y no me haría mal el canal de Camille. Estoy por responderle cuando el motivo por el cual le iba a negar su proposición cruza la entrada a la facultad.

—Lo siento por tu... —me acerco a su oído para susurrarle— vagina —siento como se eriza y me alejo— pero tengo otros planes— le giño un ojo haciendo que se sonroje.

Me doy la vuelta y busco la puerta del auto.

—¿Cómo cuáles? ¿La arrastrada de siempre? —se burla refiriéndose a Collet, yo la volteo a ver riendo también.

—Los celos no te quedan.

—No son celos, es lastima por tí, tan bajo has caído.

La miro de arriba abajo y me chupo un labio.

—Vete a casa, Camille. Yo no te llevaré.

Trata de decir algo pero levanto una ceja haciendole saber que no me interesa lo que va a decir y se va, resignada. No le pongo atención y capto la muy bien formado figura que se acerca a mí.

—Hanniel Dixon —sonrie con sus perfectos dientes, marcando un hoyuelo en cada una de sus mejillas.

—Sofía Cárter —. Le devuelvo el coqueteo en tan solo nuestros nombres y se me acerca a darme un abrazo y un beso.

Acaricio su cintura y capto la mirada confundida de Collet, quien al darse cuenta que la he descubierto cotillando se endereza y se da la vuelta yéndose saber a dónde.

—Ya te extrañaba —se separa y me giña uno de esos ojos verdes claro.

—¿Quien no? —bromeo igual que ella.

—¿Tu me extrañaste? —acaricia uno de mis hombros.

—Mmm —la veo de arriba abajo quedándome más tiempo en sus enormes muslos, me vuelve loco—Nah, yo no extraño a nadie.

—Ay si, hazte el difícil —me palmea la mejilla y de la detengo advirtiéndole que no me haga eso, ella sabe que no me gusta y lo hace—. Vamos que necesito que me quites ésta blusa.

Sonríe pícara y ya se me erecta el falo al imaginarla desnuda sobre mí. Nos subimos al auto.

—¿Que le hiciste a tu auto? —me cuestiona arrugando sus cejas.

Volteo a ver a dónde ella me está señalando. Sonrio al ver la mancha de humedad que se penetró en el sillón en dónde Collet exprimió su cabello como niña caprichosa. Pero después me pongo serio al recordar también que me ha jodido el auto, la mancha ya no se pudo quitar aunque los encargados hicieron de todo para que no se viera el círculo gris entre el cuero negro.

—Un capricho de una patética chica.

—¿Patetica chica? ¿Quien? No me has contado eso —me ve pícara y vuelvo a reír por su cinismo de querer saber quiénes son todas las mujeres con las que me acuesto.

—Aún no me la follo.

—¿Qué? —se ríe abiertamente— ¿No lo has hecho y ya la subes a tu auto permitiendo que moje tu modelo preferido?

Niego divertidamente mientras aceleró en el boulevard de camino a casa de ella.

—Estará muy buena para que la dejes hacer eso.

—Yo no la deje realmente, lo hizo sin mi consentimiento.

—Eso es obvio crack, porque pidiéndote ni a mí me dejas hacerlo.

La volteo a ver aún divertido ¿Está celosa? No lo creo, ella nunca presenta celos.

—A ti te dejaría hacer de todo en este auto —le digo volviendo la vista al frente.

Se acomoda de lado viéndome directamente, y se lleva una mano a la blusa.

—¿Ah sí? —se comienza a desabrochar los botones y mis ganas de verla con toda atención aumentan— ¿Hasta cogerte en el sillón?

Sonrió tranquilo y disfrutando de su desesperación porque la monte.

—Hasta cogerte en el sillón —afirmo volteando a verla por unos segundos.

La complicidad me es la mejor aliada cuando los pechos grandes y firmes saltan a mi vista cuando ella se quita el sostén y se inclina a mí.

—Relájate que voy manejando —exigo cuando comienza a bésarme la mejilla rozando los pezones en mi hombro y pecho.

—¿No que me dejarías hacer de todo?

—Si, pero no cuando voy en pleno boulevard sin poder parar. Pero si quieres que nos matemos, adelante.

—Tan exagerado te pones —se ríe y que sus manos viajen a mis muslos me pone alerta— ponle atención a la carretera mientras yo le pongo atención a tu pene. Si te desconcentras recuerda que podemos morir.

Desabrocha y baja el cierre del pantalón rápido sin problema como la jodida experta que es. Yo trago saliva sin querer verla porque sería perder la compostura.

Cuando su lengua hace contacto con el glande tenso la mandíbula, siento como con una mano comienza a masajear el comienzo del tallo y la tibieza de su boca al introducirse toda la punta hasta que topo su garganta me confirma una vez más lo experta que es al no tener arcadas. Solo logra meterse la mitad, pero a la otra parte le da atención con dos manos.

Alzo la pelvis cuando remolinea con su lengua la punta que expulsa fluidos remarcando cada una de las venas que lo adornan, mientras que ella suelta sutiles gemidos. Le encanta, la conozco demasiado bien como para saber que le encanta lamerla y mamarla.

Aprieto el timón mientras ella se lo introduce una y otra vez haciendo un sonido viscoso del ir y venir de su boca experta, la cuál, me contrae el abdomen con el placer innato que me provoca.

—¡Joder! —gruño preso de las sensaciones que me corroen cuando toma en su mano los huevos que masajea a su antojo.

Me las arreglo para no deviarme y conducir con una sola mano para que con la otra le agarre una teta que tiene los pezones erectos y las ganas de metermelo a la boca es enorme. Ella jadea cuando le pellizco el pezón sin dejar de mamar, le palmeteo la carne de la teta haciéndola temblar. El que este inclinada en mi regazo me limita el poder de estrujarla y hacerle lo que me plazca así que desisto de la tarea y tomo el timón con las dos manos para rebasar y pasarme al otro carril que tiene menos autos.

Que una mujer te haga una mamada en tu Aston mientras conduces a toda velocidad es lo más exitante que puede haber en toda la puta vida.

Ya no aguanto más, las corrientes de placer se van acumulando en un solo lugar avisando una sola cosa que tanto me gusta, con esta mujer parece que no tuviera resistencia, pero con varios y varios minutos de éxtasis se me engorda la polla con más sangre y hasta parece que ella se ahoga con lo inmensa que se pone mi verga. Suelo lastimar a las mujeres por la cabeza grande y el tallo grueso.

Piso el acelerador asimilando mi derrame cuando se la saca de la boca y con sus cinco dedos explaya hacia dentro, de la punta al frenillo y, al tocar ese punto tan sencible me provoca un gemido grotesco que la hace sonreír maliciosa y sin perder tiempo escupe en el falo y me comienza a masturbar rápido de nuevo, se la mete hasta la garganta y la boca de Sofía es tan adiestrada que me permite derramarme con fuerza en su garganta.

—¡Maldición! —trato de reprimir el impulso de hechar la cabeza atrás y cerrar los ojos para disfrutar del orgasmo.

Sin dificultad se traga cada gota de la leche que expulso sin poder evitar que de un lado se le deslize un hilo de la misma, pero no pierde tiempo al llevarse el dedo índice al recogerlo para lamerselo y ansiosamente quiero empalarla en cuatro para tomar el control, pero el que los autos de atrás me bocinen para que avance porque disminuí la velocidad, que ni me di cuenta que lo hice cuando me derramé, me obliga a acelerar tirándole una mirada de advertencia a Sofía que aún se megrea las tetas que yo ya debería de tener en la boca.

—No creas que no sé lo que estás haciendo.

—¿Qué? Solo complacerte y yá —se hace la inocente intentando introducir su mano entre el pantalón ajustado que carga.

—Si sigues, vas a lamentar que no te deje ilesa de las caderas.

Levanta una ceja—¿Por qué crees que lo hago? —una sonrisa ladeada es suficiente para que en un movimiento hábil desvíe el auto y entre en una gasolinera que por suerte va apareciendo a la vista.

Con los pantalones arreglados y ella con su blusa media puesta la tomo de la mano y sin sutileza la halo a los baños sin que nadie se de cuenta y si se dan, pues me viene valiendo mierda que piensen.

—Eres tan desafiante que me pone cachondo.

—Y tu eres tan dominante que me éxito al punto de querer correrme sin que me toques.

No dejo que diga más al agarrarla de las manos posándolas atrás en su espalda y la estampo de frente en el pared del pequeño cubículo.

Su mejilla y su pecho tocan el azulejo, mientras que su culo redondo se para rozando mi cadera, sin más le bajó el pantalón, de una patada sin lástimar le aparto las piernas desfundando el falo que no ha bajado en nada la erección y de una estocada fuerte la introduzco toda en su canal que destila espesos fluidos blancos que hace más placentera las penetraciones sin cuidado que provocan sonidos encharcados. Ni siquiera le doy tiempo para que se acostumbre a mi tamaño para moverme rápido.

—¡Ah, Hanniel! —gime aguantando la posición.

—Cállate, no querrás que sepan que la prestigiosa Arquitecta Cárter está siendo follada sin piedad en plena gasolinera —. La voz me sale entre dura por los jadeos que salen de mi garganta.

—No me importa ¡Joder! Que me encantan tus folladas en lugares públicos.

Sonrió ante la nueva confesión y la sigo penetrando chocando los testículos en su coño derretido, no le doy atención a su clítoris porque es suficiente cuando sus paredes vaginales se contraen y me aprietan la polla haciéndome hechar la cabeza atrás, cuando me la succiona y acto seguido se derrama empapandome la verga y parte de mi regazo. Sigo arremetiendo hasta que llegó a mi liberación vaciando todo el semen en su interior.

Le suelto las manos y si no es porque la agarro de la cintura se cae de bruces contra el suelo.

—¿Sin fuerzas? —me le burló enderezandola y dejando que se limpie sus partes al igual que yo.

—Eres un jodido dios en el sexo.

—Ni te emociones, querida.

—Claro que lo voy a hacer, siempre lo haré.

***

Las mejores fiestas siempre las doy yo.

Es un lema que si eres de ambiente tienes que saber. Y no es por hacer de menos a los demás.

«¿A quien engaño?»

Claro que se hace de menos a los demás, es lo que todos denominan: "Está buena la fiesta pero no le gana a las de Hanniel" "se hizo una el mismo día pero prefiero ir a la de Hanniel" "¿Se hará una fiesta? Que la diriga Hanniel entonces". Tantas cosas dichas a mi alrededor que engrandecen cada vez más.

Eso y tantas cosas halagadoras a mi persona que le encanta divertirse es parte de la motivación para retomar las ganas de prestar mi casa para hacer una fiesta. En las cuales, no todos están invitados.

Yo no soy el que presume, aunque, tampoco afirmo pero tampoco niego porque son cosas que yo ya sé, no necesito que se me acerquen a decirme lo obvio como la pelinegra pretende hacerlo ahora con ojos lacsivos.

—La fiesta es tan fascinante tanto como tú.

Arrugo el ceño y reprimo las ganas de reírme por el flirteo tan mal planeado que hace, porque sé que lo estuvo haciendo mientras me observaba al otro lado de la piscina desde que llegó. ¿Quien la invitó? Que yo recuerde no fui yo.

Además...

—¿Te conozco?

Ella desvanece en un dos por tres su sonrisa pero después la reafirma con falsedad. «lo que me faltaba, una falsa más»

—Ehh, supongo que no pero...

—¿Entonces para que me hablas? —tomo un sorbo de mi whisky levantando una ceja.

—Pues para conocernos, supongo.

Bufo pasandome los dedos por mi cabello.

—¿Y quién te dijo que yo quería conocerte?

Ella desvanece su pose de brazos en jarra y se pone firme ¿Que pretende? ¿Seguridad?

—Bueno igual no tienes que ser tan gilipollas —la sonrisa falsa a desaparecido «que complaciente»

La reparo de arriba abajo y no me llama la atención en lo absoluto.

—A ver, chica, yo soy como quiera y con quién quiera.

—¡Jodido estúpido!

Se da la vuelta sin antes hacerme una mala cara que lo que hace nada más es provocarme burla.

—¡Gracias! —le doy el tiro de victoria haciendo que se voltee y me saque el dedo de en medio.

—¿Por qué siempre tienes que ser así con las chicas?

La voz de Chloe espanta mi diversión y me volteo a ella.

—¿Por qué las chicas insisten en buscarme? Si yo no les hablo es por una razón ¿No?

—Estás sin arreglo —se burla dandome un beso en la mejilla el cual correspondo.

—Ellas...

—¿Ellas qué?

—Ellas deberían de tener un arreglo —me burló ganandome un golpe en el hombro de su parte.

—Callate ¿Quieres? Mejor dime dónde está Liam —. Sus ojos gris azulado obtienen un brillo y me da pena.

—¿A caso me ves como niñero personal de él? —Me gano otro golpe—. A-ah déjame que no soy ningún saco de boxeo.

—Si no me dices pues terminarás siéndolo.

Me tomo de un solo trago lo restante de mi bebida cuando veo una melena castaña que por primera vez veo en un peinado. Sonrio ante la idea de desordenarselo.

—Está en mi habitación, que te espera allá —le informo.

Una sonrisa más amplia se forma en sus labios y en un segundo la deforma en una mueca indignada «está loca»

—¿Y no pensabas decírmelo? —su voz también indignada.

La observo y sus pecas parecen más remarcadas que otros días.

—Chloe, si tú no vienes a mi yo no iré a tí —Le palmeo el hombro.

Se va y me deja en compañía de Evans que me reclama el por qué trate mal a la que, yo no sabia que era, pero es su prima lejana.

—Joder Evans, que solo por ser tu prima yo no la voy a tratar como ella quiera o como crea merecer.

—Pero tampoco seas tan desgraciado.

—Va está bueno, a la otra me follo.

—¡Que no!

Me rio apagando el cigarro que tengo en la mano.

—¿No es eso lo que quieres? Lo que ella quiere...

—No todas las chicas que se te acercan es porque quieren que te las folles —reprocha sin enojo, toma sorbos de su cerveza buscando no se que cosa.

—¿Apuestas?

—Claro que no, harías trampa.

Suelto a reír, ¿cómo voy a hacer trampa? Si es lo que es en todo momento.

Camille se nos une hablando muy feliz de saber que cosas, solo Evans y Oriana le ponen atención.

La mesa llena de comida y todo tipo de licores como whisky, tequila y ron para los de gustos más refinados es lo que más usan todos ahora, obviamente no falta la cerveza. Algunos ya están entrando en ambiente comenzando a bailar y divertirse.

No pasa mucho tiempo cuando Chloe vuelve con cara de recién follada y Liam con expresión extasiada. Liam es un asqueroso, me dijo que solo quería hablar con ella y por eso le di permiso de entrar a mi habitación. Su jodido afán de siempre hacerlo en mi cama.

—Te vas a regresar de donde vienes, me cambias todas las sábanas y me dejas el lugar como estaba, porque no quiero suciedad cuando llegue a dormir —le amenazo sonrojando así a Chloe a su lado.

—Tranquilo, si solo hablamos —me responde, lo miro mal mientras comparte miradas con la pecosa, quien asiente embelesada.

—¿Tengo cara de que puedas mentirme?

Se ríe, Evans se une a la burla, y como que yo ya estoy lo bastante fastidiado. 

—Ya lo advertí —digo, levantando una ceja.  

—No te preocupes, olor a rosas tendrá tu habitación cuando llegues a dormir.

Las risas y el ambiente sobre sale por encima de la música que retumba por todo el jardín, llamando la atención de varios presentes hasta nosotros, incluyendo la de dos pares de ojos. Collet y Allie, las dos permanecen sentadas, bebiendo de un vaso rojo que, supongo tienen alcohol, aunque dudo que el de la castaña contenga.

Chloe apenas capta la presencia de Oriana al lado de Evans y hace una mueca de desprecio.

—Me voy, hay algo que no me agrada acá —dice, y sin esfuerzo sabemos a quien es que se refiere. 

Se mueve despidiéndose de todos, llega al frente de Liam y este no se aguanta tomándola de la cara para besarla, provocando que yo ponga los ojos en blanco. 

No es de mi gusto ver el intercambio de salivas entre las demás personas, a excepción de que las circunstancias sean otras. Cuando terminan, ella toma su camino en dirección a las dos chicas que pretenden disimular sus miradas directas a este lugar, fracasando en el proceso. Camille se me pega al brazo, Oriana hace mala cara con la acción, así como Collet al otro extremo del lugar, a quien sorprendo con los ojos en mí, y mientras observo su expresión, le dedico una sonrisa lánguida. Chloe cumplió mi objetivo de invitarla a pesar de que no le fui directo con eso.

Nos reacomodamos en unos sillones con vista perfecta a las chicas. En menos de nada veo como Riley y Logan se acercan a ellas «¿Qué hacen acá?» ellos tampoco fueron invitados.

Los dejo, los dejo porque no quiero enojarme, ya mucho he tenido en este día y en todos los de mi vida desde los once. Sacudo la cabeza espantado el recuerdo y mejor observo las escenitas que hacen del otro lado.

Logan no le quita la mirada a Allie y ella como la fiera que es lo engatusa siguiéndole la corriente, o quién sabe que él sea quien le siga la corriente a ella quien parece gata en celo. Mientras que Riley no se da cuenta de nada hablando con Collet y Chloe.

—Oye ¿Y si vamos a un lugar más privado? —propone Camille pegada más de lo normal a mí. Se me acerca al oído—. No traigo bragas.

Sonrio ante su ofrecimiento desesperado, pero toda mi atención se la lleva Collet, quien se a puesto de pie junto a Riley y Chloe para bailar. Admito, algo se despertó al verla así, nunca la había notado tan sexy como hoy.

No le pongo atención a Camille y después de más de una hora ya todos tienen sus tragos encima, ebrios y prendiendo la fiesta más de lo que está, espuma cae desde arriba en dónde está el DJ que hace lo mejor con la música, burbujas viéndose camufladas por los flashes de diferentes colores. Me veo bailando con una botella de cerveza en la mano y dejando que Oriana restriegue su trasero en mi entrepierna mientras me baila. No estoy ebrio, es muy difícil que eso pase conmigo y más que tengo un objetivo el cual me ve desde el otro lado con ojos furiosos ¿Por qué? Porque me dejo pegar de varias que no sea ella, lo veo en su expresión y disfruto de eso.

Veo a todos lados encontrando a Riley y le advierto que no se le ocurra beber. Liam baila con Camille y Evans con Dánae, todos pegados y untandose de sudor que por suerte no huele mal, si así fuera, mando fuera a todos por cochinos.

La piscina de pone habilitado bajo la luz rosa que refleja a todos y unos se comienzan a tirar salpicando a los de la orilla contándome a mí. Mojan mis zapatos desencadenando las risas de los demás cerca de mi. Volteo los ojos viendo a Liam que ya está ebrio y a exagerado su risa.

—Señal para que nos metamos al agua —dice Oriana sin soltarme el cuello.

—Ni lo creas, tírate tú, yo no lo haré —me quito sus manos de encima y me encamino a la planta alta para secarme y...

La presencia de alguien atrás de mi, persiguiendome, es tan evidente. No me detengo y sigo caminando sabiendo de quién se trata. Subo las gradas con total tranquilidad, sin embargo, el sonido del choque de labios y el de jadeos, casi inaudibles, inundan mis oídos haciendome disminuir mi velocidad y hacer menos ruido llegando al pie de la grada y sonrio cómplice al sopesar la imagen que se cierne ante mis ojos.

Volteo a ver a Collet que está a unos escalones abajo de mi, absorta, capaz de ver el megreo entre Logan y Allie al comienzo del pasillo a su habitación.

Vuelvo a sonreír pero ahora burlándome de Collet que casi abre la boca sorprendida y sacudo mi cabeza evitando hacer ruido, vuelvo mi vista a los dos que aún se besan con afán sin notar nuestra presencia, y como no, Allie tiene sumergida su mano en el pantalón de Logan que jadea tratando de sobrellevar la potencia de la chica que tiene enfrente. «es un milagro que aún no se haya corrido»

Doy vuelta sobre mi eje tomando la mano de Collet, queriendo dirigirme a otro lugar que no sea la planta alta, no quiero interrumpir su momento, puede que sea el primero de Logan. O pueda que no.

—Tu amiga es sinvergüenza —le digo adentrandola en el cuarto de juegos.

—¿Por qué? —parece aún procesando las cosas.

—Logan tiene quince y ella diecinueve.

—¿Y qué tiene? Él ya no es un niño y también juega en el asunto.

Cierro la puerta y me acerco a ella, en realidad no me interesa lo que Logan haga con Allie, solo me dió gracia.

—Que más da —me encojo de hombros—, en fin, me seguias ¿No?

La veo nerviosa ahora que observa que estamos solos.

—No, yo iba en busca de Allie.

Tomo un sorbo de la cerveza que tengo en mi mano y me voy acercando a ella.

—¿Así?

Ella no retrocede y eso es nuevo, quedo a centímetros de ella y tengo que inclinar mi cabeza y ella alzarla para poder vernos a los ojos.

—Si.

Observo cada facción de su rostro y... Es guapa, no se puede negar lo obvio, a pesar de no poseer algo que sobre salga de lo común. Aún así, llama demasiado mi atención y ni digamos su cuerpo. La tomo desprevenida de la cintura y la acerco a mi.

—¡Hey, déjame! —exige forcejeando —. Estoy cabreada contigo y no tienes derecho de tocarme.

—¿Cabreada?

—No te hagas el desentendido porque sabes bien a qué me refiero, de hecho, a reclamarte eso venía.

—¿No que no me seguías?

—¿Eso que importa ahora? Dime mejor ¿Por qué siempre tienes que comportarte como un patán conmigo?

Evito voltear los ojos con tal pregunta ¿Le respondo lo mismo que a la prima de Evans? ¿Eso es lo que quiere ella? Que sea sincero. He querido por lo menos considerarla un poco, confiando que ella sepa exactamente con quién se está metiendo, pero veo que se está cegando con una luz en algún lugar imaginario, que no exige en mi y ni existirá, ni por ella ni por nadie.

—Dime tu mejor ¿Por qué te empeñas en siempre hacer preguntas y complicarte la vida? ¿Por qué no mejor disfrutas de lo que yo pueda ofrecerte? Que para ser claros, solo es sexo y lo sabes.

Me siento ridículo mencionando la palabra "sexo" si en ningún momento he tenido más alla de un beso y una tocada con ella.

Veo inseguridad en sus ojos y el gesto me avisa que probablemente empiece a llorar «lo que me faltaba» solo venía para comérmela y no para ver cómo le arde la verdad.

Juego con mi piercing que se que le encanta y la suelto tomando de la botella. Si ella no está dispuesta a tomar la única relación que ofrezco, que mejor se aleje porque saldrá mucho peor de lo que ahora está.

—Como quieras —le digo y me doy la vuelta para irme.

—¡No! Espera.

La sonrisa ladeada es satisfactoria en mi rostro, me vuelvo a ella y se me viene encima.

—No te vas a librar tan fácil de mi.

Ah ¿Bueno?

Yo lo único que quiero librar son las ganas que tengo de empalarla y suficiente tengo con lo difícil que se está haciendo.

No espero más y le doy el beso que tanto añora con los labios abiertos y preparados. Su tímida lengua quiere tomar el control del beso pero ella es muy delicada como para cederle el poder, así que la tomo de la nuca ladeando mi cabeza y le meto la lengua hasta la garganta, haciendo que desee más y más de mí.

La suelto y está jadeante, bastó un beso para encenderla por completo y me gusta la cara que tiene de débil, reprochandose talvez el motivo por el cual se deja de mí.

No me dice nada y tomo un sorbo de cerveza sin tragarla, me acerco a ella y con la lengua le indico que abra los labios, pasándola por la abertura de su boca y ella obedece, ida, lo hace y la pego a mí, le paso la cerveza de mi boca a la de ella para que la trage y, sin tiempo de que procese la sensación rasposa en su garganta por el líquido cuando se la traga... La beso con deseo, con un salvaje deseo que hago que camine de espalda a la mesa de billar que hay en el lugar.

Muevo todos las bolas y el triángulo sentandola encima, le abro las piernas y me meto entre ella en lo que no dejo de besarla y ella muerde el piercing con movimientos intercalados. El beso sabe delicioso, la combinación de su dulce saliva y el de la amarga de cerveza es una combinación perfecta para la exitación que tengo y la que ella aflora en sus pezones erectos.

Ahora es cuando me doy cuenta que no trae sostén más solo un top de tela que no le ayudan a ocultar sus reacciones. Dejo de un lado la cerveza y meto mis manos entre su blusa atrapando los pequeños pechos, firmes y redondos que masajeo con mis manos y le pellizco el pezón y se lo halo.

—Ah —jadea parando el beso aferrándose a mis hombros para no desvanecerse con el simple acto.

Focus de Bazzi comienza a sonar desde el jardín y se me hace irónico, como si el DJ supiera que hay varios toqueteandose en este preciso momento. Para mí sorpresa agarra mis manos deteniendo lo que hago y la miro a los ojos. La inseguridad que hace unos segundos ví ya no está, ahora lo único que hay es un brillo malicioso.

Tomo nuevamente cerveza y repito el acto anterior dándole de tomar de mi boca, y lo acepta, lo acepta gustosa a pesar que a todo mundo le dice que no toma alcohol, repito otra vez hasta que le he dado seis tragos con beso, lengua y mordidas exitantes.

Me empuja derrepente y empiezo a creer que está loca si no es hasta que se baja de un salto y me agarra de la camisa ahora dandome la vuelta arrinconandome en la misma mesa, volteando los papeles.

«¿De dónde saca la fuerza para eso?» Además ¿Que pretende?... La respuesta llega en segundos cuando sus manos se deslizan desde mis pectorales, bajando, tocando a perfección cada músculo trabajado, se está aprovechando del momento pero la dejo, tomo un sorbo de cerveza y pongo mis manos en el borde de la mesa poniéndome cómodo para observar su espectáculo.

No hablo, ni ella, el silencio es el mejor aliado en este momento.

Arruña los cuadritos de mi abdomen y sus dedos atrevidos llegan a mi pretina del pantalón y mi sonrisa arrogante se hace presente deduciendo su deseo cuando se arrodilla quedando de frente con el bulto dentro del pantalón. Lucha con el botón y el cierre para liberar la erección en su mejor momento, éste salta a su vista y mi ego se sube en un ascensor cuando en su cara veo la sorpresa y el rubor intenso que le toma la cara.

—Vamos, agárralo y termina lo que empezaste —incito lamiendo mis labios.

No podrá, pero le doy ánimos.

Su vista no se despega de la polla y se obliga a subir su mirada a mi y le dedico mi mejor sonrisa, encantadora, que en segundos sé que la ha derretido. La veo tragar saliva y no quita sus manos de mis caderas, vuelve a bajar la vista y...

—Es... Es muy... Grande —dice como si consigo misma estuviera hablando y evito reír.

Esto en vez de ser placentero está siendo divertido, en como se sorprende del tamaño que ahora, ahora sí tiene muy de cerca para observarlo bien, solo lo ha sentido y por eso entiendo su sorpresa.

Balanceo mi cadera de un lado a otro moviendo la verga que está empezando a doler, instandola a que la tome y esto me reitera que es inexperta, probablemente ha hecho orales solo a intentos de penes, nada comparado con mi tamaño. Ella abre sus ojos y se humedece los labios y me agarra de los muslos y no sale palabra alguna de mi boca cuando besa el glande.

El espectáculo comienza. No podrá con tanto, lo sé muy bien, pero la dejo que se complazca al lamer del tallo a la punta, repite la acción tres veces más hasta que por fin se anima a metérsela a la boca. La tibieza de su boca me hace Carraspear, logra meterse menos de la mitad y aún así eso le provoca una arcada que la obliga a sacarsela por reflejos. La frustración me comienza a tomar porque la verga está creciendo y la sangre me está exigiendo algo más que ella no puede darme con la boca.

No obstante, después de toser, se recompone y se la mete nuevamente a la boca y ahora agarra con compás, la saca y la mete, cubriendo sus dientes con los labios, la empieza a mamar con una inexperta habilidad, pero aún así, no se porque eso me excita más y me hincho al punto de perder la cabeza.

La diferencia de tener las manos ocupadas, y el de no tenerlas es qué: es un problema, definitivamente lo es porque mis ganas de tomar el control son efímeras, en un momento en el cual me veo agarrando la cabeza de Collet moviendola a mi antojo, volviéndome más brusco de lo que ya soy, follando su boca como a mí me gusta hacerlo pasando por alto el que se esté ahogando, y saliva excesiva destile cada vez que sacó la verga para después meterla con fuerza.

Las arcadas que tiene y su fuerte agarre en mis muslos me hace volver a la realidad y es qué no estoy con alguien experta, así que le saco la verga de la boca y la pongo de pie en segundos que con desesperación le saco la blusa quitándole el top liberando sus pechos erizados. Me meto uno a la boca, mientras que le aprieto el otro robándole gemidos exquisitos.

La cargo y la siento en la mesa desabrochandole el pantalón en un santiamén y se lo quito junto con las bragas de flores negras que carga, no le pongo atención a eso y le abro con brusquedad las piernas. Si no puede lograr mi derrame con la boca lo va a hacer con el coño.

Busco en mi pantalón un condón de talla extragrande y lo saco quitándole la envoltura con práctica dejándola a ella sorprendida «Ves nena, de esto te perdias desde hace mucho» me lo coloco bajo su vista y se muerde los labios y me posiciono entre sus pliegues listo para meterme en su canal cuando abren de romplon la puerta.

«Mierda»

Volteo a ver y es el mal nacido de Logan que se arrepiente y luego vuelve a reafirmarse.

—¿No sabes tocar o que putas?

Él no me mira a mi, mira a Collet que está desnuda y paralizada aún abierta de piernas sentada en la mesa conmigo impidiéndole cerrarse.

—¡¿Que jodidos miras?! —le reprocho.

—E-eh, lo siento, Collet lo siento de verdad —se disculpa con ella desviando su mirada al suelo— pero no podía esperar. Hanniel papá está al teléfono y dice que es urgente lo que tiene que hablar contigo, apresúrate.

Con eso se va cerrando la puerta y sin pensar vuelvo mi cabeza a ella que ya tiene sus brazos cruzados cubriendo sus pechos y meto la verga aún erecta en mi pantalón lidiando para acomodarla con el dolor frustrante que me provoca y con el enojo a mil por esta mierda.

Me separo de ella y observo su semblante, su rostro está rojo de vergüenza y sus ojos clavados en la mesa debajo dónde está sentada y desvío mis ojos al mismo lugar. La mesa está mojada por sus espesos fluidos y sus piernas están rojas por mi agarre.

—No te preocupes, haré que lo limpien —la tranquilizo.

No puedo evitar observar de más su coño, está demasiado mojado y brilla la piel roja, y el clítoris es una perla hinchada que sé que un toque... un solo toque desencadenaría el orgasmo, la erección aumenta, aumentandome así también el genio de mil demonios.

Collet cierra sus piernas avergonzada y pone una mano en su sexo sin quitar su brazo de sus tetas.

—Lo siento —le digo yo también, irónico y sarcástico, me agarro el falo por encima del pantalón— no creas que yo estoy bien.

Me alejo y le alcanzo su ropa y la recibe cubriéndose con ella. «No se ni para que se cubre si de todas maneras ya la vi completa»

Le agarro la cara, la beso y me voy. No le digo nada más y a ella parece que la lengua me la tragué yo porque que ya no habla.

Empujo a Logan que está recostado en la pared, pensativo «¿Que estará pensando?» el sarcasmo de mi pensamiento es la respuesta de su mente intrusa.

Voy al despacho con Riley y Logan detrás de mí. ¿De dónde salió Riley? Saber. Tomo el teléfono.

—¿Qué?

Tengo que alejar de mi oreja él aparato con el grito que Malcom da.

—¡¿Demon?!  ¡¿Es enserio?!

Sonrío «Ya se enteró»




Publicado el 24/12/2020 a las cuatro cincuenta horas.

Nota de la autora:

Uy, como que hace calor acá ¿no?

La diferencia entre...
¿Entendieron esto?

Hanniel es un caso completo y complicado.

Siguiente capítulo en una hora.

Dejen sus opiniones.

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