*Narra Harry*
Llevo encerrado en mi casa unos cuantos días, la depresión sin duda me está matando, no puedo vivir sin Fernanda, simplemente no puedo...
Me di cuenta de que esta vez la perdí para siempre, olvidé que sin su amor no valgo nada, pero como dije antes, llorar no me sirve de nada ahora que la perdí... Es mejor darle fin a esto... Empezaba a hacerse de noche, tomé una grabadora, mi celular y salí a su casa, queda enfrente de la mía.
Toqué a su ventana mientras ponía una canción: Dont let me go, yo la había escrito y grabado en mi sótano, hacía muchas cosas ahí abajo.
Yo sabía que estaba dentro de su cuarto, se veía la luz encendida, sus padres siempre estaban de viaje, así que supuse que no estarían ahí. Empecé a gritarle al ver que no me hacía caso, yo sé que lo que estoy apunto de hacer es loco, pero yo estoy loco por ella y no viviré más si no está a mi lado.
-¿Sabes? - grité- vivo en un infierno desde que no te tengo a mi lado, así que mejor iré al de verdad, por favor ¡recuerda que siempre te amaré! ¡Así esté aquí o en el infierno!
Pude ver cómo miraba por la ventana sin mover un sólo dedo, así que con los ojos llenos de lágrimas saqué una botella de agua, y una tira de aspirinas que tomé antes de salir, ya no había vuelta atrás, tomé la primera y después un trago de agua.
-¿y sabes algo más? Te fijaste en la única cosa que hice mal, pero no en todo lo que hice bien, dime, ¿quién estaba ahí para apoyarte cuando se iban tus padres? ¿Quién secó todas tus lágrimas cuando te deprimías? ¿Quién besó tus heridas? Me cansé. Le voy a dar fin a mis problemas- tomé otra- a mi sufrimiento- tomé otra- Y a mi vida...