Al igual que aquella espantosa tarde, me encuentro recostada en una colorida manta de picnic sobre el césped, solo que en vez de una sofisticada bebida estoy rodeada de un verdadero banquete campestre auspiciado por Yamam y en vez de ver una revista veo al cielo plagado de nubes que esconden la luz solar.
Desde ayer todos me vigilan como si fuera un bebe de un año con un tenedor en busca de un tomacorrientes, y todo por que me negué a que eses pobre pichón muriera fuera de su hogar.
Sinceramente, si yo quisiera acabar con todo buscaría un edificio de al menos diez plantas de donde aventarme , en cuyo impacto mi muerte seria instantánea. O menos teatral, me atiborraría de pastillas para dormir. Opciones que ya nunca estarán a mi alcance, al igual que el Valium de el que Yamam bondadosamente me convido ayer, se que no es la mejor idea empezar a consumirlo ahora en el estado deplorable en el que me encuentro pero había sido lo único que consiguió me sintiera un tanto mejor.
—¡Damita!—Sergio inclina el torso y su rostro se interpone a mis vistas—¿Cómo te encuentras hoy?—le respondí con mi silencio y desviando la vista.
Por primera vez en los casi cinco meses que llevo aquí, vi a Sergio perder la elegancia, se sentó a mi lado en la manta en una postura que arriesgaba a su traje a contraer arrugas.
—¡Damita! Por favor, dime ahora mismo lo que hacer para que ya no permanezcas más tan infeliz. Todos extrañamos tu alegre sonrisa—me estaba empezando a enojar conmigo misma por lo consternados que tenia a todos.
—Si puedes hacer algo por mi—su pecho se hincho esperanzado—¿Me desearías feliz cumpleaños?—la tristeza entorpeció mis palabras y las lagrimas afloraron una vez mas.
Los sollozos que amenazaban con surgir fueron arrollados por un firme y cálido abrazo:
—¡Feliz cumpleaños, dulce damita! ¡Te deseo mucha felicidad y que estés siempre sana para estar con nosotros por muchos años mas!—lagrimas inundaron mis ojos pero esta vez de pura emoción.
—Gracias, Sergio—hubiera deseado que me sostuviera entre sus brazos eternamente.
—¿Por que no nos habías dicho nada?—se separo un poco de mi para verme a os ojos.
—Por que de haberlo hecho Yamam además de todo este banquete habría horneado un magnifico pastel del cual no me apetecería ni un bocado.
—¡¿Disculpa?!—ninguno de los dos se había percatado de la aparición de Yamam.
—Lo siento, Yamam, te he tenido estos días preparándome delicias para menospreciarlas y que se desperdicien.
—¡¡Eso no es excusa para no haberme dicho que hoy es tu cumpleaños numero veintiuno!!—se quejo cruzándose de brazos indignado—Deberías saber que a mi no me molestaría hornearte veinte y un pasteles, si tan solo comieras la cerecita que corona cada uno y te animara un poco.
Sus palabras fueron como si alguien reemplazara de mi corazón las pilas gastadas por otras nuevas. Sin un atisbo de molestia Yamam decidió regresar el picnic a la cocina y Sergio propuso ir a la sala de cine para compartir con nosotros su filme predilecto, el que mas le trae buenas vibras que resulto ser "La novicia rebelde(el musical)". Extrañamente me comí todas las palomitas.
Luego de finalizada la película Sergio me conduce hasta mi habitación:
—Damita, ¡Vaya a asearse y alistarse! El amo tiene planes para usted esta noche.
Mágicamente me encontré con la tina repleta de burbujas, disfrutando de la cremosa calidez de mi baño pensé en Miriam, recordé la inusual pijamada que tuvimos con mis clones la noche que el Bulgaro se hospedo aquí.
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Yamam llevaba una bandeja con trozos de queso artesanalmente dispuestos en un plato para degustar la selecta cosecha del 2000. Sergio, asignado como guardián de nuestra puerta lo intercepto:
—¡Permíteme la bandeja, que no estas autorizado a pasar!
—¡¿Que?! ¿De que me hablas? ¿Cómo que no estoy autorizado ? ¡¡Esta es mi habitación!! ¡Díselo, Dafne!—me encontraba apoyada en el marco de la puerta.
—Mas bien es la habitación que te apropiaste sin el consentimiento del amo—Sergio le arrebato la bandeja de las manos y me la entrego—Tu habitación asignada es la segunda a la izquierda en el pabellón de empleados, por si lo haz olvidado.
—¡¡Esto es tan injusto!! Hacen una fiesta de pijamas en mis dominios, les preparo un bocadillo y no puedo participar de la diversión—Sergio se cruzo de brazos enarcando una ceja—¡Me voy!—declaro Yamam dolido—Pero que sepas que me siento discriminado—se marcho dramáticamente ofendido.
—¡No te enojes! Te contaremos todo en la mañana—lo despidió Miriam.
Las dos en camisón sobre la cama con las demás aun refrescándose en el baño, Miriam me tomo de los hombros y me observo con solemne seriedad antes de hablar:
—¡Dafne, tenemos que hablar!—sabia que este momento llegaría—Créeme que soy muy consciente de lo difícil que es ganarse la vida y mas aun para mujeres indocumentadas como nosotras pero...—no la deje acabar.
—Miriam, yo no soy inmigrante. Nací aquí en realidad, soy tan ciudadana norteamericana como francesa.
—Pues con mas razón, yo te ayudare en todo lo que este a mi alcance para que consigas un empleo. Este estilo de vida te puede parecer atractivo ahora que eres joven, pero ¿Qué harás cuando tu amante se canse de mantenerte? Además, los juegos de los amigos de tu benefactor son enfermos y bizarros, ese hombre es un completo psicópata y la pelirroja tiene serios problemas mentales. ¡Mira lo que te hizo!— poso sus dedos en mi sien herida—En serio amiga, aun estas a tiempo de salir de este retorcido mundo, e irte de esta mansión para llevar una vida mejor. Yo me iré contigo, lo haremos juntas—Miriam tenia una esplendida sonrisa esperanzadora.
—¡Que mas quisiera que iniciar un nueva vida las dos!
—Los tres—me corrigió—Sabes que Joshua y yo somos un paquete.
—Claro que si, Tu y yo con el adorable Joshua, no puedo pensar en nada mejor.
—¿Entonces?
—El caso es que me es imposible dejar por siempre atrás esta mansión y al amo Kenji.
—¿Tanto te has enamorado de él que eres incapaz de dejarle aun a perjuicio de tu bienestar?
—Créeme si te digo que preferiría fuera el amor lo que me retiene aquí—me encontraba al borde del llanto.
—¿Qué te retiene? ¡Por favor, dime!—no lo soportaba mas, estaba a punto de romper la regla pertinente. Miriam peinaba mi pelo consoladoramente maternal cuando una de las chicas alzo la voz, reventando nuestra burbuja:
—¡Yo te lo diré!—con unos expresivos ojos pardos, no verdes, nos observaba con una expresión resignada—La retiene aquí lo mismo que a nosotras nos trajo aquí hoy y a mi compañera a pasar la velada con ese Bulgaro asqueroso...—dio unos pasos hacia nosotras—¡La esclavitud!
Luego de oír esto Miriam rompió en llanto y me abrazo meciéndonos hacia los lados, como si hubiera recibido la noticia de que padezco alguna enfermedad terminal. Entre llanto y vino, empecé a contar mi historia. Lo cual motivo a las otras dos chicas a contarme la suya, ambas eran checas y la tercera, con el busto voluptuosos que el Bulgaro poseería por esta noche, Polaca.
Hacia mas de un año fueron seducidas por una empresa multinacional con empleos fabulosos aquí en Norteamérica, y creyendo que aprovechaban la mejor oportunidad de sus vidas cayeron en esta trampa mortal.
Se mofaban diciendo que quien las viera en los glamurosos vestidos, zapatos y joyas que comprendían su indumentaria de trabajo jamás pensaría que son esclavas. Por que la imagen que todos tienen de un esclavo incluye grilletes y cadenas. Pero lo que nadie podía ver era que las cadenas eran los padres, hermanos y hasta hijos de estas mujeres en sus respectivos países de origen y los grilletes el miedo a que su escape pueda costarles la vida.
Hola, mis Pequeñas Inmortales!!! Como estan?
Estoy encantada de poder compartirles un capitulo mas de esta historia.
La ultima vez que actualice, avise de que me iba de vacaciones, que reanudaria las actualizaciones cuando estuviera otra vez en casita(pues el sitio al que fui a vacacionar era un paraiso con pesima conexion a internet) y que regresaria el domingo, ahora me doy cuenta que no especifique cual domingo volvia. Regrese recien ayer, asi que a todas las pequeñas inmortales que me preguntaron si me habia pasado algo pues no ha pasado nada, estoy bien, renovada y de vuelta a la contienda.
En cuanto a las publicaciones debo decir que por compromisos de trabajo y asi, tendre que reducir las actualizaciones a un dia por medio.
Hasta el miercoles, bye.