NamJoon quería encargarse a solas del cortejo fúnebre de su padre y todo lo que esto conllevara, pero en la mañana mientras hablaba por teléfono con Jungkook, su esposo el cual estaba atento, pudo escuchar todo y sin poder guardarse aquello se lo contó a los demás. Los alfas parecían muy tranquilos ante aquello, pues todos estaban enterados, exceptuando a Hoseok y Kihyun.
Los omegas se molestaron con los alfas por ocultar aquello, se supone que existía la confianza entre ellos. Más sin embargo el enojo no duró mucho y todos acompañaron a Nam durante todo el momento, pues no querían dejarle solo y lo hacían solo por él, querían ser de apoyo aunque sea un poco. Sabían que la muerte de aquel mal hombre no afectaba a ninguno, más sin embargo para no dejar solo al sacerdote que ahora rezaba. El ataud acababa de ser bajado al hoyo, ninguno se espero lo que sucedería después. Todos se encontraban alrededor del hoyo que había sido cabado y al cual apenas y empezaban a tirar dos paladas de tierra. Ninguno se percató de la presencia del recién llegado, el cual se acercó a NamJoon por la espalda y en un movimiento rápido lo empujó hacia el hoyo, después de susurrar cerca suyo. "Deberías estar encerrado al igual que yo lo estuve", más sin embargo NamJoon no cayó, Jungkook lo había alcanzado a tomar del saco y lo jaló hacia atrás, todos los alfas presentes se pusieron en posición de ataque, el beta que hacía de sacerdote, nerviosamente se retiró del lugar en silencio. Los trabajadores que antes hechaban tierra al hoyo se retiraron también, corriendo.
Todos estaban listos para atacar, pero no fue necesario, ya que al intentar de nuevo empujar a NamJoon este se movió esquivandolo y Kim Seohyu cayó al hoyo sobre la madera dura y fría del ataud.
—¡Malditos bastardos, se lo que hicieron, se lo que hicieron!— Los alfas rápidamente tomaron las palas y ante la mirada estupefacta de los omegas, empezaron a tirar tierra sobre Seohyu, los omegas cubrían sus oídos para no escuchar los gritos del hombre que ahora estaba siendo enterrado vivo por NamJoon y los demás alfas, ante la mirada de quienes eran testigos de lo que ahora acontecía.
Taehyung tuvo que sentarse, con ayuda de Jimin y SeokJin, el omega se encontraba asustado, no podía creer lo que había ocurrido, no quiere imaginarse, ¿que hubiese sucedido, si NamJoon hubiese ido solo?. Sin duda, su hermano ahora talvez estaría ahogándose con tierra sobre él, metiéndose en su garganta. Aquel pensamiento no le gustaba y recordar cuántas veces su madre le había dicho eso le asustó, sentía su respiración pesada y su vientre, su bebé parecía estar inquieto, ya que se movía un poco más de lo que lo hacía normalmente en el último mes.
—¡No se lo llevará, no se lo llevará!— exclamó, mientras movía la cabeza en negación. Jin preocupado le acariciaba el cabello y lo abanicaba con su mano para darle un poco más de aire.
—Tranquilo, ya. No fue nada...— dijo Jimin, acariciando sus mejillas para limpiar las lagrimitas que habían alcanzado a salir del asustado omega embarazado.
Kihyun sólo se mantenía en silencio junto a HyuMin. Ambos estaban aterrados y sorprendidos de lo acontecido.
—P-pero, ¿y si ella...?— Tae no terminó de hablar, Jin ya había interrumpido su discurso.
—No está. Calmate, ella no está, y él..., ahora tampoco estará más. Ya cariño, tranquilo.— Y aquello pareció funcionar. Tae se quedó en silencio y sus lágrimas ya no caían más. Jin sonrió.
Los alfas no pararon, hasta que el hoyo estuvo lleno y la voz de Seohyu no se escuchó más, aún así, para estar seguros de que no saldría jamás de allí, tomaron piedras cercanas y de buen tamaño y las pusieron sobre el lugar.
Era extraño, Jungkook se sentía extraño. Los alfas y los omegas se sentían extraños. Habían asecinado a alguien, pero no se sentían mal por ello y eso moralmente estaba mal. JunHyuk observó a todos y se enderezó observando a uno por uno, luego miro sus manos por un momento, pensando que en todo sus años trabajando como detective nunca había hecho parte de un crimen, asustado de sí mismo soltó la pala y se acercó a HyuMin, lo guió fuera del cementerio y luego al auto para irse de ahí. Los demás hicieron lo mismo.
Unos minutos después Tae sintió como su alfa lo abrazaba y solo así se sintió seguro, ninguno dijo nada, todo estaba en silencio.
Poco después Tae bajó del auto, recibiendo de inmediato ayuda de su alfa, el cual se había bajado antes que él. Entraron en la casa, el omega decidió ir a descansar y Jungkook lo llevó hasta la habitación, y allí se quedó con él, hasta que estuviese dormido; lo cual sucedió rápidamente en cuestión de minutos, debido a que Tae últimamente parecía muy cansado con su embarazo. Luego fue a la cocina a por un vaso de agua, pero su garganta parecía seca y su sistema pedía algo más fuerte. Fue hacia las escaleras de nuevo y allí se dirigió a su despacho, cerró la puerta con seguro y se sentó en aquella silla de cuero negro tras su escritorio. Quitó la tapa a la botella de vidrio que estaba sobre su escritorio, conteniendo un líquido de color café, ni muy claro, ni muy oscuro. La botella de cristal dejaba ver aquel líquido llamativo. Jungkook sirvió en un vaso, hasta que lo vio rebosar. Bebió de golpe todo el contenido, pudo sentir el fino licor quemarle la garganta hasta la boca de su estómago. Pensó en el día en que había matado a Kim HyunA, recordó como su cuerpo temblaba mientras penetraba su hombro con el filoso cuchillo de cocina.
Sabía bien que aquello fue un delito y lo sigue siendo, aunque no se arrepiente y no se siente culpable de su muerte, aún así siente que sus manos están manchadas, como autoreflejo, él mira sus manos después de tomar otro trago más. Tiene algunas ampoyas debido al uso de la pala con la que arduamente enterraron a Seohyu, vivo. No se arrepentía, podría jurar aquello, pero se sentía descontento consigo mismo, le hubiese gustado que todo fuese de una manera diferente. Sin soportar mucho sus pensamientos toma el vaso de cristal y lo estrella contá el suelo, haciendo un ruido que pareció astillarle los oídos, bebió de la botella, sin remordimientos.
Tae se despertó ante el ruido del vaso rompiéndose contra el suelo. Se sentó en el borde de la cama y puso ambas manos en puños, sobre sus ojos. Rascando un poco, luego estiró los brazos. Se levantó despacio, salió de la habitación, caminando con lentitud, acariciando su vientre. Tae se acercó hasta la puerta del despacho de Jungkook. Entonces no escucho nada en ese momento. Quiso entrar, pero al intentarlo notó que estaba con seguro.
—Jungkook, ¿alfa, estas bien?— preguntó no muy fuerte, aún así siendo escuchado por Jungkook al otro lado. El alfa no contestó, Tae se preocupó de inmediato ante el silencio.
—Kookie, abre la puerta, por favor.— insistió de nuevo.
Jungkook terminó de beber todo el líquido de la botella, luego tambaleante se acercó a la puerta y la abrió con lentitud. Dejándose ver ante su omega y esposo.
—Perdón...— dijo el alfa en un murmullo que pare Iá salir con dificultad de su boca, tomar todo de un golpe, comenzaba a hacer efecto en su sistema.
—¿E-estás borracho?— preguntó con el ceño fruncido tomando a su alfa por los hombros.
—N-no...— dijo sonriendo.
—Jungkook, ¿por qué estás bebiendo?, sabes que mañana debemos ir temprano al hospital.— dijo un tanto molesto.
—Lo..., siento.— hizo un puchero, mientras se sostenía del marco de la puerta mara no caer.
—Ah, solo... Vamos a dormir.— se alejó de Jungkook y se dio vuelta para caminar hacia la habitación nuevamente, pero la voz del alfa lo hizo detenerse.
—¿Me tienes miedo?, ¿alguna vez me tuviste miedo?— preguntó. Tae se quedó en silencio un momento.
—Kook, no te tengo miedo. Cariño, jamás te he temido. Eres mi alfa, jamás me harías daño, confío en ti.— le dijo con sinceridad mirándolo con un brillito.
Jungkook cubrió su rostro con una de sus manos y se permitió dejar salir algunas lágrimas. Tae se acercó, dejando su molestia en el olvido y abrazando a su alfa.
—P-pero, yo maté a.., tus padres.— su llanto se intensificó, Tae entonces supo que era lo que le preocupaba a su esposo. Quiso abrazarlo más, pero su vientre se lo impedía. Aún así, pudo sentir como su alfa correspondía al abrazo con necesidad.
—Eso es diferente. No hables como si estuvieses hechandote la culpa. Si yo no te culpo, no deberías culparte tu mismo. Eres mi vida, jamás te culparia de algo que no provocaste. Ya no pienses en eso, cielo.— le dijo el omega, calmando a su alfa y tratando de liberarlo de culpas. —Fue en defensa propia, lo hiciste por mí.— sonrió.
—Te amo, te amo muchísimo, TaeTae. Te amo mucho.— al alejarse minima mente para mirarse y besarse. Tae sonreía en medio del beso, sintiendo el sabor amargo del alcohol que había ingerido el alfa. Por ese momento Tae quiso que Jungkook le hiciese el amor, con su boca embriagante y con su cuerpo caliente, con su mirada oscura y con el asesino de su película favorita de terror. Aquello hacía que pensar en sexo fuese tan caliente, pero su bebito estaba en medio, recordándoles que sí querían hacer otro bebé, debían esperar a que él naciera.
Se alejaron de aquel ardiente beso que hizo sentir a ambos en llamas por un momento. Suspiraron y repitieron de nuevo el beso. Luego un medio borracho Jungkook y un omega caliente, muy caliente, trataron de conciliar el sueño. Bueno, más bien quien no podía dormir era Taehyung, quien sin poder aguantar mucho, bajó entre las sábanas y se acomodó en medio de las piernas de su alfa que ahora yacía dormido. Sin perder tiempo y con algo de esfuerzo, bajó la ropa inferior del alfa, y poco después la piel de Jungkook se erizó, haciéndole despertar, una lengua traviesas, húmeda y caliente jugaba con su miembro el cual no demoró en ponerse tan duro y derecho. Tae aprovechó aquello y lo metió por completo en su boca.
—Agh..., si es un sueño, no me despiertes aún...— dijo el alfa, disfrutando del placer que le ofrecía la boca cálida del omega. —Oh, por todos los dioses. T-Taehyung, cariño.— quito la sábana y en efecto el omega siguió moviéndose sin importar que aquella sábana ya no esté sobre su cabeza, cubriendo la forma erotica en que el miembro de su esposo se perdía en su boca y luego se dejaba ver, jadeante ponía su lengua sobre la punta y jugaba allí un rato, haciendo que su alda sintiese ganas de más que solo una mamada. —Ahh, rayos. Que bueno eres.— y luego de un gruñido, Tae sintió su boca llenarse de la semilla de su alfa, no pudo contener todo y por lo tanto al sacar el miembro de su boca, un poco de semen macho su mejilla, y lo que contenía en su boca, resbaló por la comisura de sus labios. Satisfecho con hacer un buen trabajo, trago todo lo que guardaba en su boca y se acomodo junto a su alfa el cual no perdió tiempo en ponerse sobre el, sin aplastarle, con cuidado. El doctor había dicho que no podían tener sexo, que las posiciones y la penetración eran algo delicado, ya que el omega se estaba preparando para un parto natural y estos siempre son muy riesgosos. Pero, ellos no estaban teniendo sexo. El toqueteo y lo demás no estaba en la lista negra, así que..., ¿por qué no aprovechar aquello?.
Y la noche se les fue en darse placer con las manos cálidas y bocas húmedas, respiraciones lentas y aveces rapidas.
*Hacer el amor:
Df;
"Hacer el amor no es tener sexo con quien quieres, aunque aquello lo haga especial. Hacer el amor es simplemente sentirse y compartir cada minuto que se pasa al lado de la existencia que le da valor a la tuya."
"Y contigo cada minuto es hacer el amor."
———Kook——✨🌻✨——Tae———
Hola bonitos girasoles, aquí otro capítulo más, espero y les guste, perdón por demorar tanto en actualizar, pero últimamente no me siento muy animada. Espero y lo escrito aquí si les anime un poco a ustedes. Gracias por apoyar esta historia. No olviden dejar sus estrellitas✨ y sus comentarios💬.
Gracias por leer.🥀
Kae~🌻