QUERIDA RuthPurpose Te traigo un epílogo, mi corazón en letras y mucho más. Gracias por leerme.💙
Llamaron a la puerta cuando estaba apunto de darse su último retoque, se trataba de unos pendientes zafiros rojos que acompañaba con un vestido negro corto de tipo espalda al aire pero holgado en el cuello cayendo en ligeras cascadas sobre su canalillo.
Que no os engañe su atrevimiento, desde su pelo rubio suelto hasta las agujas con lentejuelas en sus zapatos había sido algo preparado por Cindy que desde que se había casado felizmente le deseaba algo semejante a su amiga , tan semejante que no paraba de actuar de casamentera en busca de un amor que cuidase a la adorable Charlie, y aunque está última se negaba admitirlo si que de vez en cuando tenía la sensación de haber perdido algo y deseaba tremendamente recuperar un vínculo amoroso casi empujandola a envidiar el de su amiga.
Por supuesto contó a Cindy tales inseguridades y ahora iban a un club donde justo está noche la esperaba un sanitario amigo suyo con el que surgirá el "amor" según Cindy.
Bajó aprisa los escalones y se fue sin tomar su abrigo.
Una táctica para que el caballero la ofreciese el suyo y surgiera lo que surgiera al tener que devolverselo frente a su casa. otra vez según Cindy.
- a que puedo atenerme está noche - comentó caminando junto a Cindy en el caminito de su porche.
- ¿te refieres a qué puede ser lo peor que pase?- vacilo la aludida - no seas pesimista Charlie - se burló esta enfundada en un conjunto morado, abrigo negro y el pelo recogido - los hombres te adoran sólo tenemos que buscar un poquito.
- Te recuerdo que esta no es la primera cita- respondió caminando hacia el lado de copiloto- que arreglas para mi, no quiero que pase lo de borris otra vez - culminó con gracia una vez dentro del coche.
- y yo porque no quiero perder tu amistad, te prometo que lo de borris jamás volver a pasar - se rieron compartiendo la gracia entre ellas.
Antes de las cuatro a altas horas de la madrugada, los ladridos de Hercan volvieron a hacerse presentes pero fue el sonido de la insistente alarma que la había despertado esta vez.
Levantó la cabeza y volvió a dejarla caer tras comprobar que todo la daba vueltas. Esta noche había tenido una velada agitada ahora todo lo que deseaba era dormir.
Desde el fin del instituto pensó que ya no tendría que mendigar mas ratitos a sus padres y ahora que vivía sola al parecer su buen descanso no dependía independientemente de ella.
¿ Qué pasaba con Hercan?
Hizo una pobre flexión y se levantó de la cama. No se molestó en ponerse ninguna bata sobre su simanga y bragas por la mera razón de que contaba con volverse a dormir muy pronto. Llegó a la cúspide de las escaleras y se sobó los ojos somnolientos.
El acto la impidiendola ver la sombra espectral que se desvaneció tras la ventana contaminando la cálida luz de la luna tan rápida como el viento.
-¿ Hercan? - llamó a el animal que combatía con algún ser misterioso ahora mas que nunca -¿ Hercan? - comenzó a descender casi despreocupadamente. En primer lugar apagó la alarma y se acercó cuidadosamente hacía la puerta principal. Tras ella la sombra volvió a rodear la casa como un animal al asecho de su presa y está vez ella se sobresalto teniendo la sensación de haber la percibo .
Antes que nada tenía todos los pelos en su nuca de punta, las peliculas de terror no eran sus favoritas y su instinto comenzaba a jugarla una asustadiza pasada.
Un mal presentimiento.
Derepente se sobresalto alejándose a como diera lugar de la puerta a mediación que un golpe seco retumbo contra ella. A su parecer se trataba de Hercan que reanudo sus gurrutales ladridos chocando contra esta violentamente después de una suspendida pausa.
- ¿Hercan? - gritó está instandole a entrar pero el canino parecía un lobo colerico gruñendo y ladrando contra algo fuera de su alcance y apenas la hacía caso.
De nuevo hubo otro golpe y está vez ella acallo un gritó con su mano apoyándose contra la pared, la misma de donde descolgó el teléfono atemorizada.
La sombra se desvaneció una vez más y ella que había sido testigo de la aparición marcó el número de la Policía con rapidez pero de la manera más imperceptible.
- ¿si?- su llorona voz ya demostraba su urgencia.
- señorita, matenga la calma y digame brevemente que sucede?
- cr...cr.. creo que hay alguien alrededor de mi casa- dijo con urgencia.
- deacuerdo, ¿ cuál es su dirección?- ella ya estaba demasiado asustada para mantener la calma pero dio su dirección tan rapido como corre un correcaminos - bien señorita, no muy lejos de allí están patrullando nuestros compañeros llegarán en unos minutos - la aseguró la otra voz femenina.
Hubo un fuerte retroceso de Hercan que incluso sacudió la puerta mientras ladraba aún más violento. Charlotte se apegó aún más a la pared he intento respirar hondo, en situaciones como esta no podría despejarse.
Su vista se clavo en la ventana y se puso más pálida que nunca, la rigidez de su cuerpo amenazaba con apresar sus pulmones.
Una figura estaba mirándola como si con tan solo esa acción podría ver hasta el espacio mas recóndito de su alma y la sensación calaba más hondo que el más glacial frío.
Gimoteo como una niña asustada por los imaginarios monstruos bajo su cama mientras se deslizaba contra la pared hasta formar un ovillo .
Este monstruo no la parecía imaginario.
Hercan entró a sus pie y comenzó a gruñir a la figura bloquendola de ella con las patas ligeramente separadas en posición de saltar contra la amenaza en cualquier momento.
- Hercan - apenas logró articular cuando la figura se desvaneció. Su respiración desbocada era audible- Herca.
- señorita Charlotte mauris Cooper, tenemos una alerta de su alarma somos policías enviados de emergencias.
Levantó la cabeza de entre sus rodillas y comenzó a abrirla puerta torpemente. Daba la impresión de haber echado de menos a las autoridades.
Media hora después, dos compañeros culminaban la revisión completa de la casa y sus alrededores. Mientras un policía daba el aviso de mantenerse despiertos a las unidades de las manzanas cercanas.
- señorita- un regordete canoso que tenía la mirada de una vaca pastando la miró desde su libreta, la resultaba vagamente familiar - ¿puede recordar algún detalle del sospechoso?
- no - respondió intentando hacer memoria pero tras la ceda blanca y el cristal de la ventana no pudo divisar sus facciones - estaba ... muy lejos.
- ¿tiene algún testigo? ¿O alguien que pueda haber visto algo?
Visto lo visto podría mencionar a Hercan que la defendía de la figura desde hace ya dos noches de echo el debería conocerlo más. Pero de allí a lograr que el perro diese una declaración había un largo trecho. asi que estos hombres pensarían que como mucho estaba loca y tenía alucinaciones.
- ¿señorita a estado usted bebiendo?- preguntó el señor con vehemencia y ella deseo no tener tan comprometedor el aliento.
- si- asumió avergonzada - pero le juro que vi a alguien merodeando, alguien estaba aquí, Hercan también se enfrentó a él ayer - intento justificarse ante el poli que la estudiaba con un atisbo de duda en sus ojos.
- ¿Donde está el señor ...Hercan?
Casi se reía ridiculizandole por haber pensado que había estado con una persona.
- Hercan... es el perro de la vecina ...
- sabe que - la interrumpió - en realidad dudo de que usted juegue con las autoridades pero talvez el alcohol le jugó una mala pasada- subió el pantalón con un agarre del cinturón- me acuerdo de usted y una experiencia similar. Sugiero que llame a algún amigo o familiar que le haga compañía, coloqué la alarma y nosotros la protegeremos desde fuera.
¿Como era eso de que se acordaba de ella y una experiencia similar?
De un momento a otro extrajo una tarjeta y se la entregó.
- yo...- " ¡estoy muy segura que hay alguien alrededor de mi casa!" " ¡y almenos que lo detengan talvez acabe muerta!" Espetó mentalmente -gracias- miró la tarjeta sintiendo ganas de llorar pero intentando no parecer la borracha que ahora se creían que era. Se contuvo aprietandolo entre sus dedos.
- es nuestro trabajo, señorita- se montó al coche y los demás patrulleros le hicieron homenaje.
- debería entrar antes que nos vayamos - la recomendó desde el asiento de piloto.
- si ... claro- sonrió vagamente antes de darse la vuelta y volver a su hogar donde furiosamente la asaltó la duda de que ya no estaba a salvo.