—Eres una maldita descarada— me gritó en la cara. —Dijiste que ya te ibas a alejar de Hyunjin—
—¡Pero yo ni siquiera lo besé, él lo hizo!— volteé a verlo y él sólo estaba con una cara que no pude descifrar, pero se veía raro. —Hyunjin, por favor, dile la verdad— le rogué.
Kira sólo nos miraba desesperada, esperando a que alguno de los dos dijera algo.
—Yo confío en Hyunjin y sé que él jamás te besaría, le das asco, ridícula— me miró de arriba a abajo.
—Sí fui yo, yo la besé— dijo y sólo agachó la mirada.
Ambas nos sorprendimos cuando lo dijo, ella por la noticia y yo porque finalmente Hwang se puso de mi parte y porque en sí, era verdad, él fue quien me besó.
—¡¿Qué?!—
—Sí, así como escuchas, yo lo hice, yo fui el que la besó— la miró fijamente, sin parpadear, intimidándola.
—¿Cómo pudiste hacerlo?— dijo casi llorando.
—No seas ridícula— se burló. — ¿Crees que nunca me enteré que te besabas y te acostabas con los chicos de las fiestas a las que ibas? Diciendo que te ibas con tus amigas, ajá, y sí, hace poco me enteré, así que no me vengas a decir ridiculeces, yo nunca te engañé o hice alguna otra cosa, hasta apenas hoy— la enfrentó.
¿Hasta apenas hoy? Ja, ¿Y la otra vez que me besó en la fiesta de Chan? Fue la segunda, Hwang.
Kira estaba en shock, creo que no esperaba que Hyunjin le dijera eso, bueno, ni yo.
—Anda, vamos, di algo ¿o acaso vas a negarlo?—
Gracias a dios no ha llegado gente, sino verían tremendo show que se están aventando estos dos.
—Creo que no es momento de hablar sobre eso aquí— me miró. —Así que mejor más tarde hablamos, Hwang—
—Que no te dé miedo, ella de todos modos se enterará— sonrió burlonamente.
No sabía qué hacer en ese momento, me sentía mal tercio, así que mejor opté por irme.
—Yo debo irme— iba a darme la vuelta pero Hyunjin me detuvo.
—Tú no irás a ningún lado, la que debe de irse es Kira— la miró seriamente.
—¿Me estás corriendo?— se ofendió.
—Tómalo como tú quieras—
—Eres un maldito estúpido. Terminamos, Hwang, no quiero que vuelvas a hablarme— se dio la vuelta y se marchó del lugar.
—Necesitamos hablar— suspiró.
—¿Qué? No hay nada de qué hablar— comencé a ponerme nerviosa. No, no de nuevo, por favor.
Gracias a dios en ese instante llegó una familia a comprar helados y Hyunjin ya no pudo hablarme, así que aproveché ese gran momento para marcharme.
—¡Min! No te vayas, por favor— me gritó Hyunjin antes de atender a la familia. Yo sólo volteé a verlo por última vez, suspiré y le dije que no, que no podía quedarme y me largué del lugar.
Huye, huye como siempre, Min. Igual él sabe dónde vivo y vamos a la misma escuela, así que tarde o temprano tendré que verlo. Rayos.