Hacia lo Prohibido ©

By Nara_CC

200K 8.9K 15.2K

Collet Zane es una adolescente que, junto a su mudanza de Carolina del Norte a nueva York, viene a su vida lo... More

ANTES DE LEER
Prefacio
Introducción | Collet Zane
...
Capitulo 1 | El comienzo de todo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5 | Parte 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 8 | Parte 2
Capítulo 9 | Un faro y un cigarro
Capítulo 10 | Impotencia
Capítulo 11 | Al carajo
Capítulo 12 | La diferencia entre...
Capítulo 13 | Impulsos
Capítulo 14 | Karma
Capítulo 15 | Descubriendo la verdad
Alas de ángel
Capítulo 16 | Sentimientos
Capítulo 17 | Dudas sin responder y Encaros
Capitulo 17 | Parte 2
Capítulo 18 | Choque con la realidad
Capítulo 19 | Mal presentimiento.
Capítulo 20 | Demone
Capítulo 21 | Consecuencias
Capítulo 22 | Límites
Capítulo 23 | A la vista de alguien
Capítulo 24 | Espejos
Capítulo 25 | Desde las sombras
Capítulo 26 | Escarmiento cruel
Capítulo 27 | Eres como las otras
Capítulo 28 | La última gota
Capítulo 29 | Eso es de tramposos
Capitulo 29 | Parte 2
Capítulo 30 | Me arrebataron...
Capítulo 31 | Tu y Yo
Capítulo 32 | Tú y Yo, claro que sí.
Capítulo 33 | Navidad diferente
¿Esto es un...?
Capítulo 34 | Revolución de las ratas.
Capítulo 35 | Desgracia de media noche
Capítulo 36 | Afrontando el sufrimiento
Capítulo 37 | Encuentros sabor a tristeza
Capítulo 38 | La última copa
Extra | Bajo mi atención.
Capítulo 39 | Ni un beso, ni un perdón
Capítulo 40 | Nuestro destino
Capítulo 41 | Tiempo cumplido
Capítulo 42 | Asuntos ajenos
Capítulo 43 | El sabor de la verdad
Capítulo 44 | Llena eres de desgracia
Capítulo 45 | Mi suerte, tu suerte, nuestra suerte.
Epílogo
Agradecimientos.
Hacia la Obsesión.
Un pequeño regalo
El sabor a muerte.
Extra -Halloween atrasado-
Escena fugaz

Capítulo 5

3.1K 180 18
By Nara_CC

Collet. 

—¡Déjame Collet! —grita Dafne desde el otro lado de la puerta de su habitación.

Estamos en una lucha de quien tiene más fuerza; si ella para no dejarme entrar a su cuarto para que no le revise el celular, o yo para evitar que cierre la puerta con seguro y poder cumplir mi objetivo. Agarro nuevamente la manilla y empujo la madera con mi hombro tratando de abrirla un poco más de lo que la tengo, pero se me hace difícil ya que ella está haciendo lo mismo desde el otro lado impidiéndome así, la abertura completa.

—¡Abre si no quieres que llame a papá! —amenazo con toda seguridad.

Se queda en silencio y disminuye su forcejeo, seguramente esté pensando en que no le conviene que papá venga, mientras que yo aprovecho su distracción juntando todas mis fuerzas para empujar, esto lo hago de imprevisto, creyendo que lo lograría así de fácil, pero claro, ella no es tan bruta y reacciona rápido, volviendo a ejercer la misma fuerza que antes, sin embargo, eso no quita que yo ya haya conseguido abrir un poco más la puerta, así que meto mi pie en la abertura.

—Si machucas mi pie, te voy a pegar —le advierto para obtener ventaja.

—Pues quítalo —usa un tono de voz altanero, para luego emitir un resoplido—, además, ni que me voy a andar dejando —. Casi puedo imaginar su cara de triunfadora.

Ella no tiene más fuerza que yo, intenté negociar con ella sin lastimarla, no accedió, así que... Me hago un poco para atrás poniendo un pie detrás del otro, preparo mi hombro para empujar; Dafne por su parte, al sentir que por unos segundos dejé de hacer fuerza, disminuye la de ella otra vez «ingenua». Sonrío maliciosamente y, sin previo aviso, me pego a la puerta y la empujó con todas mis fuerzas.

Siento el impacto de la puerta con el cuerpo de mi hermana y después un golpe en el piso.

—¡Collet! —grita furiosa.

Con cara plácida entro por completo al cuarto, encontrándola a ella tirada en el suelo, sobándose la frente.

—¡Eres una agresiva! —grita— Le diré a papá que me has golpeado fuerte —hace un puchero como si fuera a llorar.

—Ajá, hazlo y veremos qué pasa —me cruzo de brazos—, mejor dame tu celular.

—No —niega y yo levanto una ceja, amenazante—, es que eso no te incumbe a ti —se enoja por milésima vez.

—Dámelo, ¿o quieres que use mi fuerza también?

—¡Que no era nada! —Trata de que olvide lo que vi.

—Dámelo —extiendo una de mis manos.

Dafne se levanta, sabe que no tiene más opción conmigo, ya que sí o sí le voy a quitar ese celular, por lo que se le pone los ojos llorosos, aunque yo no termino de entender por qué es tan dramática. Saca su celular del bolsillo y me lo da, lo agarro y lo enciendo haciendo una mueca enseguida «que chistosa»

—Desbloquéalo —le pongo la pantalla frente a ella sin darle el aparato.

Lo desbloquea y rápidamente lo volteo. Y ahí está por lo que la he perseguido desde la cocina hasta acá.

"¿Cómo cortar las muñecas para morir?" Escrito en el buscador de Google. «Que carajo» no puedo evitar reírme por dentro, ¿quién diablos busca en Google como suicidarse? Pero me contengo. En realidad, esto es serio, ¿qué está haciendo Dafne?

—Con que no era nada, ¿eh? —recrimino y sigo viendo su historial de búsqueda— ¿Por qué diablos estás buscando esto?

Escucho un sollozo, y es ese el momento exacto cuando levanto la cabeza y me doy cuenta que ella está llorando, que esto no es ninguna broma y que de verdad le afecta. Suavizo mi semblante, me acerco a ella y la abrazo. Comprendo que, si ella está así, el problema es serio y comienzo a necesitar explicaciones, pero antes ella, primero que nada, debe calmarse y sentir confianza en mí para contarme sus penas que tiene para llegar a tales extremos.

—Vamos Dafne, dímelo —la animo luego de unos segundos, acariciando su cabeza.

Ella no me devuelve el abrazo, nunca ha sido de ese tipo de cosas, no es de demostrar afecto por medio de cosas que impliquen acercamientos físicos, porque es un poco fría. A los únicos que abrazaba era a papá y a m...

—Mamá —habla y me aleja, deshaciendo así el abrazo que le estaba dando— Extraño a mamá —confiesa. Se limpia sus lágrimas, aún sin mirarme a los ojos, por lo cual yo emito un suspiro, comprendiendo esa parte del malestar, una parte nada más, el resto es peligroso y no debe tener justificación.

—Yo también la extraño Dafne, pero tienes que saber que eso no es motivo para que busques ese tipo de cosas, hay maneras de- —

—¡Extraño la casa! —grita, interrumpiéndome e ignorando por completo lo que dije— Extraño la secundaria, a mis compañeros —se pasa las dos manos por su cabeza, como si así pudiera controlarse y tomar fuerzas— ¡A tía Marlen! —se endereza y se acerca a mí, conectando esos ojos rojos, llenos de un sufrimiento que me transmite siendo inexplicable— ¡Y para colmo, papá solo se mantiene en el trabajo! —termina estrellando sus manos a los lados de sus piernas.

Yo me quedo estática, sin saber qué hacer o cómo reaccionar. Ella estalló, de verdad lo hizo y nunca había escuchado tanta amargura en cada palabra que decía, como la que está usando en este momento, ni siquiera yo lo he podido lograr.

Ahora es cuando entiendo que no soy la única que le ha afectado las cosas, que llora todas las noches, que se levanta a media noche por causa de una pesadilla, recordando una y otra vez aquella noche tan dolorosa en dónde ya no volvería a ver la hermosa sonrisa de mi madre. Es un suceso que duele, que formó una herida que no cierra y que nos lleva a una desesperación por querer curarla, por querer dejar de sentir ese dolor de alguna manera; yo he mejorado, pero ahora me he dado cuenta que solo estoy viendo por mi lado, y que estoy olvidando a mi hermana menor, quien en estos momentos ha demostrado todo lo que está sintiendo, todo el daño que está experimentando.

Dafne se acerca mucho más a mí, me mira a los ojos, y yo no sé qué es lo que ve en ellos, pero a consecuencia de haberlos visto por unos largos segundos, niega con la cabeza entre cierta decepción, para luego caminar hacia delante, esquivándome, no obstante, se detiene a mi lado, me arrebata su celular de mis manos y me pasa por un lado cruzando la puerta. Eso me hace reaccionar.

—Dafne...

—No, Collet, tú no me ayudas en nada en este momento —interrumpe con una seriedad que... me sorprende.

¿No la ayudo en nada? ¿Por qué no? ¿A qué se refiere? Ella está considerando hacer algo que no debería ni pensar y yo debo hacer algo al respecto, porque es mi hermana, no pienso dejarla así. Se va por el pasillo que da a la terraza, la empiezo a seguir, decidida a alcanzarla, quedando quieta cuando ella se detiene tan de repente de su avance.

—Y no, no lo voy a hacer, así que quédate tranquila —aclara y retoma su camino—. No me sigas.

Me le quedo viendo a su silueta y la dejo, dejo que se vaya porque tal vez necesita su tiempo a solas. Esto obviamente no se va a quedar así, que ella me haya dicho que no lo haría no me tranquiliza en lo absoluto. Me devuelvo a mi cuarto y tomo el celular para llamar a papá, él debería saber qué es lo mejor para hacer, debería saberlo de hecho.

Ayer, después de que Allie vino a dejarme, luego de haber ido a clases de baile a la academia, me fui directamente a bañar, me dormí seguidamente y, por eso no vi ni siquiera llegar a papá, y hoy se fue temprano al trabajo.

No me contesta a las primeras llamadas que le hago, desesperándome en ese intento necesitado de alguien que me diga que todo está bien con Dafne y que nada es grave. Un mensaje de Allie me cae a la bandeja de entrada, lo veo y ni le pongo atención, no tengo la mente para eso ahora, aunque tampoco puedo evitar pensar fugazmente en lo que ocurrió ayer.

No he solventado mi duda u obtenido alguna explicación de aquella pelea, le pregunté a Allie sobre eso que ocurrió entre Hanniel y Owen, por supuesto, ella no me quiso decir nada, dijo que lo haría, pero con más tiempo del que teníamos en ese momento. Por lo tanto, hoy me lo contará, o eso me dijo ella, de igual forma ya tengo más que confirmado que ella conoce y ha estado relacionada con ese Hanniel.

Retomo la insistencia en la llamada con papá, hasta que al fin me responde.

—¿Qué pasa?

—¿A... qué hora vendrás hoy? —sueno más insegura de lo debido.

—Hasta la noche, como a las nueve probablemente. —sus respuestas son inmediatas, y esa específicamente me desconciertan.

—¿A las nueve? ¿No vendrás almorzar?

—No. —¿No? No necesito que me de solo un no como respuesta.

—Pero hoy es sábado y...

Te dejé dinero en el cajón del escritorio del estudio —me interrumpe, creando una especie de enojo en mí. —, vas y com...

—¡Papá! —me atrevo a interrumpirlo— ¡¿No te das cuenta que prácticamente nos estas abandonando?!

LO digo e inmediatamente me doy cuenta de que no debí hacerlo, no debo gritarle a él, lo sé muy bien, sin embargo, ya no hay vuelta atrás, tomando en cuenta que hay razón de haberlo hecho.

Cuida como me hablas Collet, no estás hablando con cualquiera —advierte, respondiendo tal cual imaginé que lo haría.

—Te vas temprano y regresas tarde, ¡no sabes ni siquiera lo que pasa con tus hijas, con Dafne más bien dicho! No t estés olvidando que es pequeña, que necesita de tu apoyo en todos los sentidos posibles, vaya yo, aún puedo arreglármelas sola.

Me vale la advertencia lanzada de su parte, ahora mismo estoy muy enojada con él y con los hechos cometidos.

—¿Qué pasa con Dafne? —Ahora si se le escucha la preocupación, pero para quitársela deberá venir a casa porque yo no se lo voy a decir.

—Ven y lo averiguas tú, porque esa es tu obligación —no espero su respuesta y cuelgo el celular.

No tengo ganas de discutir con él, siempre ha sido así desde que mamá ya no está, y él entra en crisis de extrañarla, siendo egoísta al tomar como remedio el trabajo, olvidando que estamos dos hijas que pasamos por el mismo dolor que él, o tal vez más. Y sí, probablemente no era la manera de hacerle saber que lo necesitamos, pero él no me dio otra opción.

No sé cuánto tiempo pasa, pero me puse a hacer ejercicio, ya que desde que el profesor de baile me exigió que bajara de peso lo estoy haciendo, con rutinas en mi casa, ya que no tengo el dinero para pagar un gimnasio. He cambiado mi forma de comer también, sí, he implementado la mentada "dieta" a mi vida, no me gusta, pero debo hacerlo si no quiero otra humillación de parte del profesor Fernán, alias el buenote, como Allie le dice.

Llena de sudor bajo a la cocina, dirigiéndome al refrigerador para tomar un poco de agua, pensando en que ejercitarse es ventaja, ya que como siempre lo digo, yo tengo un problema para beber agua y eso me hace querer beberla. Tomo un sorbo, al mismo tiempo en que timbra mi celular.

—¿Sí? —contesto.

—Collet, hoy noche de fiesta, tú y yo con vestidos sexys —hago una mueca, ¿acaso Allie cree que yo tengo vestidos sexys? Y luego de pensar eso absurdamente, recuerdo el rostro de papá y el no que me daría al pedir permiso para esta propuesta.

—No puedo, lo siento, no me va a dejar mi papá y peor de noche —me niego sin titubeos.

O, mejor dicho: peor hoy, que le he contestado de una manera no tan buena.

Tú nunca pides permiso, solo deduces que no te lo dará y ya—reprocha.

—¿Será porque ya sé la respuesta y me evito las palabras de permiso? además yo no...

Pídele permiso, si no lo haces tú, lo hago yo —me interrumpe. Cómo que hoy todo mundo me quiere interrumpir.

—No tengo vestidos —sonrío por mi excusa y tomo un sorbo de agua.

—Yo te llevaré uno, pasó por ti a las siete —lo sentencia y yo casi escupo el agua por la exigencia de sus palabras, ¿que se cree?

Estoy por responder cuando escucho el pitido de que me ha colgado. Suspiro, Allie vendrá sí o sí, ya sea para solo venir a recogerme o para pedir el permiso, no me deshago de ella en ninguna manera. Lavo el vaso y lo dejo en su lugar y subo a mi habitación.

♡♡♡

—¡Collet ven acá! —grita papá desde la planta baja, haciendo que de un respingo en mi lugar.

Los nervios son bienvenidos, ya que sé el porqué de ese llamado enojado hacia mí. Me doy una última cepillada de dientes antes de salir del baño, ya me he bañado, maquillado y arreglado el cabello, no le hice mucho pues es lo suficientemente lacio y ordenado como para hacerle algo más, aunque, en realidad, no sé ni porque me he arreglado, sí sé todo el problema que se me viene ahora.

Supongo que papá acaba de llegar, son las seis treinta, a él no le importó y no vino a almorzar, así que tuve que tomar el dinero que dejó para pedir comida. Al estar lista, bajo las gradas y me encuentro con papá sentado en el sillón de la sala que está en dirección a las gradas, por lo tanto, nomás termino de bajar ya tengo la vista de él puesta en mí.

—¿Qué pasa? —pregunto cautelosa, haciéndome la desentendida, aunque no debería tener miedo de esto, yo tengo la razón, pero no el derecho de faltarle al respeto por más razones que tengas.

Parece enojado «tú sabes el por qué» recuerda mi subconsciente. Y claro que lo sé, por eso el cuidado en mis palabras.

—Es la última vez que me hablas de la manera en que lo hiciste hoy —advierte y se levanta de su asiento.

Yo me quedo en mi lugar, no sé qué hacer, en realidad, no sé qué responder sin agravar las cosas.

—yo... es que... —comienzo

—¡Es que nada! —grita interrumpiendo mi tartamudeo y se acerca más a mí— ¡Es una gran falta de respeto hacia mí! ¡¿Acaso has olvidado que soy tu papá?!

Con cada grito doy un respingo, asustada, bajo la vista, de verdad no me parece justo que me esté alegando cuando sabe que yo tengo la razón, lo respeto, sí, eso no cambia, pero me cae mal que haga cosas como estas. Así que yendo contra mi razonamiento y tirando por la borda el plan de no agravar las cosas, me enderezo y me atrevo a contestarle

—No se te falta el respeto cuando se te dicen las cosas como son —me paro firme.

Él me ve serio y ladea un poco la cabeza, como si no creyera que acabo de contestarle, cosa que ni él, ni mamá me enseñaron.

—No eres quien para darte el lujo de hacerlo —recrimina tratando de no salirse de su calma, que no es mucha, pero lastimosamente yo ya no puedo controlarme...

Su comentario me sube el enojo a la cabeza, aprieto mis manos en puños y entorno mis ojos.

—¿Cómo que no? ¡soy tu hija! —le grito— ¡Trabajas día y noche olvidando que tus hijas pasan por lo mismo que tú! ¡Que Dafne está mal! —su expresión le cambia completamente, demostrando que ya ha perdido todo tipo de paciencia.

—¡Por ese trabajo están teniendo una mejor vida! —explota.

«Si claro» pensamientos llenos de sarcasmo.

—Sabes muy bien que trabajando ocho horas puedes darnos la "mejor vida" —lo miro seria— ¡Pero ignoras todo a tu alrededor! —se me escapa un sollozo imposible de mantener, evidenciando que me afecta todo esto.

—¡Cállate Collet! Que tú eres la primera en beneficiarte de eso —alega con los dientes apretados.

Y ahora yo tengo la culpa de todo esto, claro.

—¡Nadie pidió estos cambios! ¡Yo tenía planes! —de repente se seca mi boca y siento un nudo doloroso en la garganta— ¡Y te lo he dicho mil veces! ¡Yo no tengo la jodida culpa de que te refugies en el trabajo solo para ignorar el maldito dolor de que mamá está muerta! ¡Ya no está!

No mido mis palabras hasta que ya las he dicho, quiero arrepentirme, pero me doy cuenta que ya es muy tarde cuando la mano de papá impacta contra mi cara, en una cachetada tan fuerte que me hace voltear la el rostro.

Instintivamente llevo mi mano a la zona golpeada e inmediatamente siento lo caliente de mi piel lastimada, me duele, me arde, pero no tanto como lo es la ausencia de él. No es la primera vez que me pega, lo hace como un padre cuando corrige a sus hijos cuando hacen algo malo y quiere guiarlos por el camino bueno y estoy de acuerdo, pero no lo estoy ahora porque me parece completamente injusto. No merezco el golpe que me acaba de dar, él sabe muy bien que está haciendo las cosas mal, pero claro, yo siempre soy la mala y eso... eso me está afectando.

Me le quedo viendo, él se acaricia la sien tratando de tranquilizarse viendo hacia otro lado, menos a mí. Escucho el motor de un auto estacionándose y desvío mi vista hacia la ventana que da a la calle, encontrándome con el convertible rojo de Allie.

No lo pienso mucho y me limpio las lágrimas, le paso por un lado a papá y abro la puerta sin decir nada.

—¿A dónde vas? —me cuestiona aún enojado, caminando hacia mí.

No lo volteo ni a ver y estrello la puerta detrás de mí, Allie está cerrando su puerta ya fuera de su auto cuando me ve y frunce su ceño, yo solo abro la puerta del copiloto y me introduzco sin pedir permiso.

—Solo vámonos —le pido.

Ella abre la boca para decir algo, pero parece que entiende que no es el mejor momento para preguntar, así que solo asiente y abre de nuevo su puerta, se acomoda en el asiento, enciende el motor al mismo tiempo en que escucho la puerta de mi casa abrirse. Veo por el retrovisor cuando ella se pone en marcha y, efectivamente es mi padre quien la abrió, aun así, no le pongo la mínima importancia y me recuesto en el asiento cerrando mis ojos, tratando de controlar mi enojo, mi decepción, mi tristeza y tantas emociones que se me presentan en este momento.

Siento la vista de Allie sobre mí

—Esta noche vas a olvidar lo que sea que haya pasado, será increíble para ti.

Yo abro los ojos, volteo a verla, me la encuentro sonriéndome feliz y yo me reacomodo en mi lugar.

«Ojalá»

• ───────── ✾ ───────── •



Publicado el 25/10/2020

Corregido el 27/11/2021




Continue Reading

You'll Also Like

550K 32.8K 67
TRILOGÍA HÁBITOS INSACIABLES. (Libro I) Vanessa apenas empieza a separarse de la sobre protección y tabúes de su madre descubriendo así las tentacio...
470K 25.5K 35
¿Qué harías si te enamoraras del prometido de tu prima? ¿Te dejarías llevar por la tentación o la evitarías? ¿Te arriesgarías por él? ¿Arruinarías es...
646 168 36
Dijo que sólo sería una noche. Y al aceptar eso comenzo el caos en mi vida. Él era de esas clase de personas que sabes que si dejas entrar a tu vida...
2.4K 126 7
Chato MP se enamora de la hija del empresario y cantante Eduin caz... Novela 100% Echa por mi imaginación