Búscame

De laumor_

728K 42.4K 1K

Julia Thompson vuelve al pueblo del que nació, evitando todos aquellos problemas que la atormentaban. Restaur... Mai multe

¡Hola de nuevo!
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2. Parte 1
Capítulo 2. Parte 2.
Capítulo 3. Parte 1.
Capítulo 3. Parte 2.
Capítulo 3. Parte 3.
Capítulo 4. Parte 1.
Capítulo 4. Parte 2.
Capítulo 4. Parte 3.
Capítulo 5. Parte 1.
Capítulo 5. Parte 2.
Capítulo 6. Parte 1.
Capítulo 6. Parte 2.
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9.
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12.
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Agradecimientos.
Epílogo

Capítulo 30

17.9K 809 38
De laumor_

Tyler conducía con más confianza ahora que había aceptado viajar con él a Nueva York. Realmente no sabía cómo reaccionar cuando viese a la caniche, o peor, cómo reaccionaría ella cuando me viese a mí. ¿Sabría ella sobre mi relación con Tyler? Quizás, o quizás no, pero si había contratado a un detective no me extrañaría, pese a que cuando me la encontré no parecía saberlo.

Miré a Tyler, este estaba concentrado en la carretera. Había decidido viajar en coche, tal vez porque el camino sería más largo y él tendría más tiempo para poder tranquilizar esos nervios que le estaban comiendo, aunque lo comprendía perfectamente. Si alguien algún día amenaza con publicar todas las penurias de mi familia, le mataría. Nadie permite que atenten contra su familia y más de aquella manera. Amanda tenía que ser muy mala persona para poder hacer eso. Tener el valor de destrozar a la persona con la que has compartido cama durante tanto tiempo.

—Si no te divorcias de ella quizás..

—No. —Me interrumpió Tyler. —Julia no voy a ceder a sus chantajes. Quiero el divorcio, y más después de esto.

—Pero..

—No. —Volvió a interrumpir. —Trataré de mantener la calma cuando lleguemos, pero en ningún momento se me va a pasar por la cabeza seguir casado con ella.

No dije nada más porque sé que él tenía razón, no había derecho a que nadie chantajee con tu vida de esa manera.

Antes de llegar a Nueva York, Tyler me pidió el teléfono y llamó desde mi móvil a su hermana Alison. La informó, la calmó e intentó que ella no viniese, pero obviamente era imposible. Una Alison nerviosa se había puesto en marcha para llegar también a esta reunión. Y ella no era la única nerviosa, porque a mí misma me temblaban las manos y las piernas cuando llegamos al edificio donde Tyler y Amanda tenían su departamento.

Él tomó con seguridad de mi mano y comenzamos a caminar. Yo sin embargo le paré y él me miró confuso, a la vez que sorprendido.

—Ty, yo...—Susurré y miré el suelo.

—Jul, pequeña. —Tomó mi cara para que le mirase y juntó nuestros labios. Los besó lentamente y cuando se separó esbozó media sonrisa. —Sé que no confías en mí, o que aún te duele todo lo que hice y que aún no te lo expliqué, pero te prometo que cuando salgamos de ahí arriba pienso contarte todo.

Miré hacia otro lado, sintiendo que mi cuerpo se iba a desvanecer de un momento a otro.

—No es eso, Tyler. —Volví a mirarle. —De lo nuestro ya hablaremos, no quiero forzarte ahora, no es momento.

— ¿Entonces? ¿Qué ocurre, cariño?

—Es sólo que no quiero presenciar esa escena, no con una Amanda tan furiosa.

—No dejaré que te toque.

—Prefiero esperarte en el coche, por favor. —Pedí.

—Si es lo que prefieres no puedo forzarte a entrar, pero prométeme que si te llamo subirás. Necesitaré tu ayuda para esconder un cadáver. —Rió levemente y yo bufé.

—Mucha suerte.

—La tengo por tenerte a mi lado. —Besó con ternura mis labios y luego se despidió.

Volví al coche, no quería presenciar esto. Sabía, además, que si la caniche me veía entrar de la mano con Tyler todo iba a empeorar.

Saqué un cigarrillo y lo encendí para calmar mis nervios. Vi a Alison salir de un taxi y entrar en el edificio rápidamente. Se la veía nerviosa, aunque también decidida. Pronto su rostro se perdió por el edificio. Miré el reloj, los minutos pasaban realmente lentos. El cigarro se consumía entre mis labios, pero no me calmaba. Opté por encender otro, pero de la misma manera e incluso más rápido, lo acabé. Volví a mirar la hora para confirmar que el tiempo no estaba de mi parte.

Encendí el tercer cigarro, pero lo dejé a la mitad. Salí del coche y entré decidida al edificio. Necesitaba apoyar a Tyler, sabía que él no se encontraba bien y mis nervios me comían por pensar que algo malo podría estar pasando.

—Buenas tardes. —Saludé educadamente al portero. — ¿Podría decirme cual es el número del apartamento del matrimonio Blue?

El portero se trataba de un joven de más o menos mi edad. Su cabello castaño, recortado, dejaba apreciar unos ojos negros preciosos, pero los cuales fueron insignificantes para mí. Yo sólo amaba unos ojos, y esos eran los hermosos ojos azules de Tyler.

El joven esbozó una amplia sonrisa y se apoyó en la barra de la portería.

—No sin antes decirme cómo te llamas. —Me guiñó un ojo.

—Julia. —Sonreí nerviosamente. —Por favor, tengo algo de prisa, luego cuando baje acabamos con las presentaciones.

Él asintió algo cortado por mi reacción.

—Piso número 9, puerta H.

Acabó de decirlo y ya me encontraba en el ascensor para subir. Este no tardó en llegar y en poquísimo tiempo me encontraba llegando a la puerta del apartamento. Iba a llamar a la puerta pero una voz me hizo detenerme. Una voz que procedía de dentro.

— ¿Sabes Amanda? —Decía Tyler. —Estoy cansado de tus juegos de niña consentida y malcriada. Desde que nos casamos no ha habido un solo día en el que no te hayas comportado como una niña pequeña, inmadura, una auténtica niñata. Te he dado todo lo que has querido y más. Has tenido dinero, joyas, vestidos de lujos y mucho dinero para cada uno de tus caprichos tontos. He aguantado todas tus tonterías y sobre todo a tus amigas tontas. Porque sí, no soporto a ninguna de tus amigas. He aguantado cómo me prohibías ver a mis amigos porque te sentías celosa de Julia. —Dijo y abrí mis ojos con fuerza. ¿Pero qué? —Pues mira, tengo que darte la razón, me gusta Julia. Me gusta porque es alegre, es comprensible, sabe escuchar y me encanta su manera de ser. Tenías razón, Amanda, me atraía tanto que no podía dejar de pensar en ella. —Lo escuchaba decir y podría jurar que ellos estaban escuchando los latidos de mi corazón. —Y cuando tú te ibas separando de mí, ella se iba acercando. ¿Y sabes? Me enamoré de ella como nunca lo estuve de ti. Y no me siento culpable, porque hoy me has demostrado que no vales. Me das asco y si hiciste esto para que no me divorcie de ti has conseguido justo lo contrario, que tenga muchas más ganas de estar lejos de ti.

— ¡No puedes divorciarte! —Gritaba una Amanda llorando. — ¡Te amo! Juraste en la iglesia que me amarías hasta el día de tu muerte. No puedes divorciarte. Sé que no tenía que husmear en tu vida, pero nunca quisiste contarme sobre tus padres y sabías que algo sospechaba. Nunca has confiado en mí y eso me duele. —Sorbió sus mocos. —Esta ha sido la única manera que he tenido de llamar tu atención. No has contestado ninguna de mis llamadas en estos últimos meses. ¡Te fuiste a Canadá! ¿Fue con esa zorra? ¡Maldita sea! ¡Mírame! ¡Mírame ahora!

— ¡Cállate, Amanda! —Gritó un Tyler furioso. —Juro que si publicas un solo documento de estos, tendrás noticias de todos y cada uno de mis abogados. No me das miedo, y te juro que si recibo una sola llamada por parte de algún editor de alguna revista no pararé hasta verte destrozada, humillada y arruinada. Porque claro, ¿no sabías que los editores de las mejores revistas de Estados Unidos son amigos míos? No, claro que no.

—Tyler, deberías tranquilizarte. —Le pidió una Alison hasta ahora ausente. —Creo que Amanda ya comprendió que no debe publicar eso. ¿No es así, Amanda?

Amanda no respondió, pero sin embargo escuché ruidos de movimientos. Un ruido fuerte que me asustó. ¿Qué estaría pasando? Iba a tocar en la puerta cuando de nuevo las voces me hicieron retroceder.

—No vuelvas a besarme, Amanda.

Sentí furia en esos instantes. ¿Ha besado a Tyler? Quería matarla, tomarla de los pelos y demostrarle de una vez cómo son las cosas.

— ¡No me dejes, Tyler!

— ¡Déjame en paz! —Gritó Tyler para contestarle.

— ¡Estoy embarazada, maldita sea, vas a ser padre!

Me quedé helada, muy helada. Sentí unos hormigueos en mis piernas que me indicaban que no estaba preparada para ni siquiera caminar. No escuché nada más. Sólo silencio. Nadie más habló. Y cuando sentí mis piernas flaquear, justo a punto de desvanecerse, la puerta se abrió y una sorprendida Alison se quedó paralizada, mirándome y abriendo sus ojos en grandes dimensiones. Justo igual hizo Tyler, el cual venía detrás. Su cara tomó un color pálido al verme, desde luego no esperaba que yo estuviese ahí.

— ¿Desde cuándo llevas aquí? —Preguntó saliendo hacia el pasillo.

Se acercó y yo di un paso atrás para volver a controlar las distancias. También salió Amanda, la cual me miró y pude contemplar en sus ojos que había llorado. Esta esbozó una sonrisa, cínica, y miró a Tyler divertida.

—Lo justo para oír cosas que no debería. —Dije pensando bien qué es lo que tenía que decir.

—Julia, yo...no sé. —Dijo, mirando el suelo. Asentí entendiendo.

Los miré a los tres. Uno a uno. Alison me miraba confusa, quizás porque no se esperaba que yo estuviese ahí. No creo que imaginase que había venido con Tyler. Amanda me miraba orgullosa por el momento, estaba disfrutando viendo en mi rostro dolor y en el Tyler confusión. Y Tyler me miraba confuso, él no sabía exactamente qué habría presenciado y eso le mataba.

—No, no digas nada. —Susurré y tomé algo de valentía para irme.

Mis piernas comenzaron a contestar y aunque no de manera rápida, me encaminé hacia el ascensor.

— ¡Julia! —Escuché el grito de Tyler, llamándome.

No quise mirar hacia detrás, aunque sabía que no estaba siguiéndome. Tomé el ascensor y bajé a la planta número cero. Caminé, indecisa, hacia la puerta de salida. El joven portero esbozó una amplia sonrisa que ignoré y salí a la calle. Sentí la brisa primaveral sobre mi rostro y algunas lágrimas amenazaban con salir. Saqué un cigarrillo y busqué el mechero, pero no lo encontraba.

— ¿Quieres fuego?

Giré hacia el lugar donde procedía aquella voz. Vi que se trataba del portero. Asentí cabizbaja. Él se acercó y encendió un mechero que pronto encendió mi cigarro.

— ¿Te encuentras bien? —Preguntó y yo me encogí de hombros inhalando el cigarro.

Expulsé el humo y lo miré, pues seguía esperando una respuesta.

—No lo sé. —Respondí.

—Se me da bien escuchar. —Dijo con una sonrisa sincera.

—Que suerte, el problema es que yo no quiero escuchar lo que tendría que contar.

— ¿Y si escuchas algo gracioso por mi parte? —Sonreía y aquello me hizo reír, levemente.

Pero sentí su presencia detrás de mí, observándome y su gesto fruncido.

—Julia. —Dijo su voz.

Me giré y vi a un Tyler serio, que miraba al portero y luego me miraba a mí.

— ¿Podemos hablar? —Preguntó y miró al portero, el cual captó la indirecta y despidiéndose con una mano se fue hacia su puesto de trabajo.

Le miré a Tyler, este me miraba serio, como si yo hubiese hecho algo malo.

—Dime todo lo que tengas que decirme. —Dijo.

—Yo no tengo que hablar. —Afirmé.

—Has escuchado lo del beso. —Afirmó ahora él y yo asentí.

—Lo he escuchado.

—Me separé de ella, aunque no pudieses verlo.

—Lo sé.

La conversación era cortante, seca y distante. Apenas podíamos mantener la mirada el uno con el otro. Era demasiado incómoda.

—Has escuchado lo del embarazo.

—Lo he escuchado. —Volví a decir.

—He pedido pruebas reales, no me fío de su palabra.

—Me parece bien. —Contesté y le di una calada al cigarro.

— ¿Por qué te has ido entonces?

—Mira Tyler. —Expulsé el humo y le miré. —Subí pensando que te encontrabas mal, tenía un presentimiento. Pero justo cuando iba a llamar os escuché hablar y me arrepentí de haber subido. Desde sus palabras diciéndote que te amaba, que te prohibía verme, o el beso. Pero todo eso era soportable, incluso el beso. Porque sé que te separaste. —Di otra calada y le miré. —Pero entonces, justo dijo la palabra 'embarazada' y me di cuenta de que la sobraba era yo. Vas a ser padre, Tyler, y te doy mi más sincera enhorabuena.

—No quiero ser padre con ella.

—Pero lo serás. No escogemos el destino ¿sabes? Las cosas han pasado así, y no seré yo quien te quite el privilegio de ser padre. Amanda hizo mal las cosas, no la justifico en ningún momento porque lo que hizo fue horrible, pero sé lo que es estar desesperada por saber el paradero de la persona a la que amas.

—Amanda no me ama.

—Quizás a ti no, pero sí al bebé que lleva dentro, el cual necesita un padre.

—A ese bebé no le faltará nada.

Negué con la cabeza y apagué el cigarrillo en un cenicero portátil que había en la puerta del edificio. Volví al lado de Tyler y le tomé de las manos.

—Te aseguro que te vas a arrepentir de no estar en la vida de tu hijo. El dinero no va a recompensar si no has estado ahí para verle crecer. Tienes la oportunidad de ser el padre que tú merecías. ¿Quieres para tu hijo otra ausencia así?

Tyler me miró, no dijo nada y supe que era el momento de hacer lo correcto, de tomar la decisión por los dos.

----------------------------------------------------

Hoooolaaaa. Ayy no se enfaden conmigo por esto, saben que las amo mucho y que amo igual la pareja de Tyler y Julia, no me maten :(

¿Que les pareció el capítulo? Amanda es muy mala, pero al fin y al cabo tuvo sus razones para hacerlo, está embarazada y no tenía cómo decirselo a Ty, ¿y qué creen que hará Tyler ahora? ¡Esto no acaba aquí! 

Dejen su comentario y su estrellita.

Las quiero :)

Continuă lectura

O să-ți placă și

967K 19.1K 27
Hay dolores que no podemos olvidar, hay momentos en nuestra vida que nos marcan tan duro, que es difícil levantarnos, cuando creces en condiciones cr...
59.2K 4.2K 24
Segunda parte de la bilogía ámame. Encuentra la primera parte de esta historia en mi perfil. Cinthya Sarria. Ámame una vez más. Sinopsis: Cuando Ale...
13.7K 1.2K 31
Hay secretos que se guardan para proteger a quienes más amamos, otros para cuidar del que dirán y algunos son guardados simplemente por vergüenza. ¿Q...
3.6K 460 31
La rebelión fue interrumpida, las restricciones en los distritos empeoraron, y los juegos continuaron más fuertes que nunca. Tras el extraño vasallaj...