Capítulo 22

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Salí del servicio tras haberme quitado el traje de buceo y volverme a vestir. En la puerta me esperaba Tyler, me acerqué a él y lo abracé por detrás.

—Gracias por la oportunidad. —Susurré en su espalda y lo sentí sonreír. —Ha sido perfecto y tenías razón, me iba a gustar.

Tyler volteó para mirarme mientras mantenía esa sonrisa.

—No sabes cuánto me alegro, ¿te apetece ir a la playa? —Preguntó y yo asentí.

Pronto tomó de mi mano y cuando devolvimos los trajes de buceo que habíamos alquilado, andamos hasta llegar a la playa que no quedaba lejos.

Me quité la ropa para quedarme en bikini y tomar el sol en una de las butacas que había. ¡Esto es vida!

— ¿Te parece si voy a por unos refrescos? —Preguntó Tyler.

—Te lo agradecería tanto... —Le miré y llevé mis brazos debajo de mi cabeza mientras me tumbaba. Él sonrió y se fue a un chiringuito cercano.

Volteé para mirarle, Tyler también se había quitado la camiseta y se había quedado solo con el bañador. ¡Madre de dios, me lo comía! Se veía tan sexy que era imposible no fijarse en él. Y créanme que decía la verdad y que un par de chicas comenzaron a mirarle de manera provocativa y tocándose el pelo coquetamente. Aquello me hizo hervir la sangre y querer arrastrar a ese par de niñas chicas hacia el mar de los pelos y mandarlas de paseo a Japón.

Vi como Tyler terminaba de pedir los refrescos, estás lo llamaron y él las miró para de manera instantánea ignorarlas y venir a mí con una buena sonrisa.  Cuando llegó a mi butaca dejó los refrescos en una mesita y se tumbó en una butaca junto a la mía. Elevé mi mirada y pude observar como las chicas me miraban con odio. ¡Qué os den, zorras!

— ¿Todo bien? —Preguntó Tyler.

—Más que bien. —Sonreí y tomé mi Coca-Cola.

Tras pasar un rato tomando el sol, Tyler me propuso ir al agua a tomar un baño y yo se lo agradecí porque el sol ya picaba. ¡Necesitaba refrescarme!

— ¿No estará muy fría? —Le pregunté a Tyler que ya estaba dentro del agua. Yo sin embargo no me atrevía ni a meter un solo dedo del pie.

— ¡Está riquísima, Jul! ¡Vamos!

—Ay, no sé... —Dije dudosa. —Creo que me he arrepentido, vuelvo a tomar el sol.

Me giré para caminar hacia la butaca, sin embargo sentí unas manos en mi cintura y meterme dentro del agua.

— ¡Tyler, voy a matarte! —Grité mientras sentía el frío del agua rozar mis piernas.

Escuchaba la risa de Tyler a mi espalda, hasta que llegamos a un lugar que cubría el agua y me soltó lentamente. Me giró para que le mirase y yo pasé mis manos por su cuello.

— ¡Está helada! —Exclamé.

—Ven, que yo te caliento...—Susurró y me apretó para juntarnos.

Enrodé mis piernas en su cintura y apreté mis manos alrededor de su cuello para juntar nuestras caras.

—Si me calientas aquí, no podré esperar a llegar al hotel. —Ronroneé y él sonrió mientras juntaba nuestros labios.

Sus besos comenzaron a convertirse en algo adictivo para mí, y cada vez que él me besaba sentía la necesidad de que no parase nunca o en su defecto, que volviese a besarme. El efecto que estaba provocando en mí cada vez mayor y sentía miedo de que no pudiese parar mis ganas de besarlo, abrazarlo, acariciarlo y no soltarle.

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