El día había transcurrido tranquilo, un poco cansado, no sabía si era por su embarazo y su pancita iba creciendo poco poco, pero se cansaba más rápido y a veces solo quería comer y estar en cama, recibir mimos de su novio y no salir de la habitación.
Pero este día tenía una cita, su novio le había preparado una sorpresa y él con gusto la recibiría, faltaba unos 20 minutos para que terminará su turno. Llevaba unos libros nuevos y quería acomodarlos en los estantes.
Él claramente no era muy alto y aunque se pusiera de puntitas no lograba llegar al estante de arriba, decidió buscar unas escaleras y las llevó al pasillo donde organizaria los nuevos libros.
Cuando terminó de colocar las escaleras cerca de los estantes, se aseguró que estuvieran estables, subió 3 escalones sin problema y los libros se quedaron en su lugar, pero al querer bajar los escalones se mareo un poco y perdió el equilibrio. Parecía todo en cámara lenta, pensó en su bebé y el daño que podría causarle el golpe contra el piso, cerros sus ojos y envolvió su vientre esperando el dolor.
Pero nunca llegó.
Unos brazos lo envolvieron, se sentían calidos y pequeños, el golpe se lo llevó la persona que lo atrapó, Jimin se golpeó un poco la rodilla pero nada que fuera grave, ni tan siquiera logró tocar el suelo.
—¿Estas bien?— le preguntó una dulce voz.
Jimin alzó la vista y ahí estaba, la misma mujer, sonriendo y eso lo hizo sentir tranquilo, aunque tenía muchas preguntas en ese momento.
—Si, muchas gracias— dijo sincero.
—A la próxima ten más cuidado— señalo su pancita— Sería un gran problema una caída como esa.
Jimin cómo por acto de reflejo llevó sus manos a su vientre, no quería imaginarse que algo malo pudiera pasarle a su bebé.
—Soy Lee Miwoo.— se presentó amablemente.
—Soy...
—Se quien eres cariño.
Jimin ya lo sabia, no era una sorpresa, ella lo había llamado por su nombre la última vez que la vio, pero tenía muchas preguntas.
—¿Puedo saber cómo me conoce?
—Fui la mejor amiga de tu madre.
—¿De mi madre? No recuerdo que ella tuviera amigas.
—Lo sé, pero lo era, ella era más dulce de lo que te podrías imaginar.
—¿Mi madre?— preguntó incrédulo, Miwoo asintió al recordar esos viejos tiempo.
—Creo que tengo que irme.— quizá estaba hablando demás y tenía que salir de ahí y así lo hizo.
No dijo más, salió por los pasillo y se fue. Jimin había quedado más confundido que la última vez, no entendía nada ¿Su madre había tenido una mejor amiga? Entonces ¿por qué ya no lo eran? Todo era muy extraño, y más aún que su progenitora no había aparecido en días.
📖📖📖
La noche llegó y con ella la esperada cita, todo parecía esta a su favor, las estrellas brillaban prometiendo una noche inolvidable y la luna les sonreía sutilmente siendo cómplice de cumplir con cada promesa.
Jungkook estaba más que nervioso, sus manos le dudaban, le había llamado a Jimin para asegurarse que había llegado con bien a casa, el pelinegro se dirigía al departamento de su novio. Había elegido un traje semi-formal azul y una camisa blanca con los primeros botones sin abrochar, había tratado de peinar su cabello y es que se lo estaba dejando crecer.
Golpeaba con sus dedos pulgares el bolante y mordía su labio inferior, sus manos sudaban y no sabía cómo estar en calma, no quería parecer un desastre y que la noche que había preparado se arruinara por su torpeza.
Jin había sido de mucha ayuda, y Taehyung al final se había unido, lo que el castaño le dijo fue "Que sería de mi si uno de los días más importantes de mi mejor amigo no estoy involucrado, Jimin me mataría" así que ayudo en todo lo que pudo a Jungkook, dando ideas y haciendo realidad todo lo que él pelinegro tenía en mente.
Bajo del auto y antes de cerrar la puerta sacó una cajita de terciopelo rojo y la guardo en su saco, camino hasta el edificio y se dirigió al ascensor.
Cuando llegó al piso donde se encontraba el departamento de Jimin pensó que moriría ahí y no lograría su objetivo, camino unos cuantos pasos y sin darse cuenta se encontraba frente a la puerta, solo bastó que tocará un par de veces y el pelirosa saliera con una gran sonrisa, llevaba puesto un traje blanco que le detallaba perfectamen su figura, su pancita casi no se notaba, pero ahí estaba, su cabello muy brillante y sedoso, un sutil maquillaje, sus labios con un sutil color carmesí y esa hermosa sonrisa que adornaba sus rostro.
No cabía duda en su ser, no tenía ni la más mínima duda de que Jimin era a quien quería por el resto de su vida, su mirada al despertar, su sonrisa en los días triste y sus caricias después de un día malo.
—¿Nos vamos?— preguntó el pelirosa al ver que Jungkook solo estaba ahí de pie.
—¿Eh? Si, si vamos.— tomó su mano y se dirigieron al ascensor.
Cuando llegaron al estacionamiento Jungkook abrió la puerta para su novio, el cual agradeció con una sonrisa tímida.
Después de un par de minutos en el auto y una conversación trivial, Jimin tenía curiosidad donde se dirigían.
—¿Puedo saber dónde nos dirigimos?
—Aún no cariño— respondió con una hermosa sonrisa.
—¿Ni una pista?—Jungkook negó y Jimin puchero— Quizá yo podría convencerte— dijo tocando sutilmente el muslo de su novio.
Jungkook no pudo evitar reír, Jimin lo conocía perfectamente y sabía muy bien que podía usar a su favor.
—Estas vez seré fuerte.— Jimin hizo un último puchero y se rindió, solo debería esperar un poco más.
Después de un par de minutos llegaron al lugar, todo estaba a oscuras y Jimin miraba a Jungkook con una cara de no entender nada.
Jungkook sonrió y bajó del auto, se dirigió a la puerta del lado de Jimin y la abrió tomando su mano.
—¿Que es esto?
—Es una casa— dice Jungkook dando leves caricias en el dorso de la pequeña mano de su novio.
—No la vamos a robar ¿Verdad?
—¿Qué?— solto una fuerte carcajada— claro que no. ¿Por qué haríamos eso?
—Pensé que era una de tus aventuras soñadas.— el pelinegro volvió a reír.
Jungkook arrastró a su novio hasta la entrada, el pelirosa cada vez entendía menos. ¿Por qué Jungkook tenía las llaves de esa casa?
—¿Te gusta?— preguntó el mayor una vez dentro.
El pelirosa caminaba por todos lados.
—Es hermosa y enorme, es excelente para una familia grande.— Jimin miraba con asombro cada rincón de la casa.
Estaba muy bien decorada, un estilo sencillo pero bonito, justo como él lo hubiera hecho. Camino por la sala hasta encontrarse con fotos de Jungmin y Jungkook, una sonrisa se le escapó y siguió mirando.
Todo era marivilloso, camino hasta un hermoso jardín y se sorprendió al ver un camino de rosas y velas, había una mesa lista para recibir una pareja para la cena, "Perfec de Ed Sheeran" sonaba de fondo, y al final un pequeño cartel que decía.
Bienvenido a casa cariño.
Rápidamente dirige la mirada hasta donde Jungkook se encontraba, sonría triunfante.
—Que e-es...
—Llevo pensando esto por mucho tiempo, no quiero que nuestros hijos crezcan en un departamento y me gustaría tenerte junto a mi cada mañana al despertar, me gustaría verte sonreír todos los días de mi vida. Estar para ti en los días malos y hacerte el amor después de un día difícil—Jungkook se arrodilló y sacó la pequeña caja de su saco, lágrimas adornaban las mejillas del menor— Así que, Amor mío ¿te casaría conmigo?
—Si, si, si, ¡mil veces si!— no espero que Jungkook pusiera el hermoso anillo en su dedo, solo se lanzó a los brazos de su prometido.
Jimin besaba una y otra vez los labios del pelinegro, con lágrimas en los ojos y lleno de felicidad, aún no podía creer todo lo que estaba pasando, todo parecía un sueño, un sueño del cual no quería despertar nunca.
Quería vivir el resto de su vida con Jungkook de eso no tenía duda y ahora tenía un nuevo hogar y un prometido que lo esperaría en el todos los días.
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Me encantó este cap, pero se viene lo...