Hojas de Otoño (camren)

Por aibishq

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Lauren Jauregui había vivido toda su vida en cuna de oro como modelo oficial de los diseños de su madre Clara... Más

Prólogo
Capítulo 0
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Extra
EPÍLOGO
Buenas noticias
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Invierno - 21
EPÍLOGO
MI NUEVO LIBRO
NUEVO LIBRO, prólogo y detalles
lo nuevo de aibishq

Capítulo 12

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Por aibishq

No hay punto de comparación
(Lauren point of view)

Estaba ansiosa, como nunca lo había estado antes. No sabía si a Camila le gustaban las flores pero le había mandado un ramo a su casa junto con la carta que le escribí. Ayer como respuesta recibí una carta de Camila diciéndome que lo sentía por haber actuado así conmigo, que me perdonaba por haberla hecho sentir que la dejaba de lado y que me extrañaba profundamente, aquello me había hecho sentir mil veces mejor, quería verle, así que en cuanto pude me dirigí hacia Kesington y esa vez era justo ahora, que me encontraba con la respiración errática en frente de su puerta esperando que la imagen que hace semana y dos días que no miraba apareciera detrás la puerta.

Fue en ese momento cuando la puerta se abrió revelando a la morena que no salía de mis pensamientos mirándome con una sonrisa que correspondí inmediatamente, no pude hacer nada más porque me enredó con sus brazos, un nudo se me había apretado en la garganta porque la verdad era que estos días sin saber de ella habían sido demasiado mortificantes, pero por fin estaba de nuevo con ella, por fin la abrazaba nuevamente.

" Camz " Dije sintiendo como se impulsaba enredando sus piernas en mi cintura haciendome reír y sostenerla con fuerzas.

" Te quiero. " Susurró ella y yo tragué saliva. " Si te extrañé, lo hice demasiado, te extrañé muchísimo. " Tragué saliva nuevamente dejándola en el suelo.

" Yo a ti " Acaricié suavemente su mejilla detallando su rostro lo mejor que podía. Habían pequeñas ojeras debajo de sus ojos, llevaba una pijama de short corto y el cabello precioso, revuelto. " No te alejes de mi así otra vez. " Le pedí y ella suspiró tirando de mi para cerrar la puerta detrás de ella, sonreí al observar las flores que le había mandado dentro de un recipiente de vidrio con agua adentro.

A mi me mandaban flores y bastantes, incluso rosas, lo hacían usualmente hombres que conocía en las competencias y querían salir conmigo, a los cuales todos había rechazado, pero ahora yo le mandaba a flores a una amiga, ¿que estaba pasando conmigo?

" ¿Te gustaron? " Le pregunté señalandolas y ella me sonrió ampliamente con las mejillas sonrojadas.

" Me encantaron, nunca me habían enviado flores. " Admitió ella por lo que acaricié suavemente su mejilla. " Jamás me imaginé que harías algo como eso. " Me dijo suavemente con su dulce voz y yo tragué saliva algo sonrojada.

" Ni yo... " Admití observando como sus ojos parecían colocarse más amplios al escucharme.

Sonrei suavemente saliendo de mis pensamientos cuando el gatito de Camz se acercó a ella acariciandola, restregando su cabeza de su pierna, fue cuando recordé lo que traía para ella.

" Tengo algo aquí para el. " Dije buscando en el bolsillo de mi abrigo un pequeño paquetito en donde guardaba un collar con el nuevo nombre para gato recordando que Camz quería que le pusiera el nombre.

Me agaché sacando el collar y colocándoselo riéndome suavemente al observar al gatito tratando de tocarse el collar con la pata. Lo cargué y se lo pasé a Camila quien lo observó ladeando su rostro.

" ¿Que... " Sus ojos se cristalizaron " Laur,  está precioso, no tenías que hacer eso. " Dijo con su voz un poco cortada. " Leal... " Susurró el nombre que había elegido para su mascota.

" ¿Te gusta? " Le pregunté pero su sonrisa hermosa me lo dijo todo.

" Me encanta. " Admitió volviendo a abrazarme junto al gatito, por fin mi corazón se sentía tranquilo. " ¿Por qué Leal? " Me preguntó y yo lo pensé mirando al gatito.

" Porque se parece a ti, te persigue para todos lados, es más cariñoso de lo que pensé que sería ya que no todos los gatos son así y bueno, solo porque es como tú. " Ella se mordió los labios suavemente y enfocó sus ojos con los mío de aquella manera que siempre lo hacía.

" Gracias, de verdad. " Ella me dijo con una sonrisa suave.

" Te lo debía. " Le dije mientras le daba una pequeña sonrisa.

" ¿Te vas a quedar? " Me preguntó y yo asentí suavemente.

" Si... ¿puedo? " Le pregunté aún insegura de que no se sintiera completamente bien conmigo, pero su sonrisa me demostró que estaba equivocada.

" Eso no tienes que pedirmelo. " Me dijo ayudándome a quitarme el abrigo.

" Me quedaría por algunos días pero mañana debo volver temprano para practicar, la competencia es en dos días, ¿recuerdas? " Ella asintió rápidamente.

" ¿Como te sientes con respecto a eso? " Colgó mi abrigo en el perchero.

" Bueno, realmente estoy preparada. Admito que... " Dije mientras me sentaba junto a ella y Leal en el sofá de la sala " Mandé a pedir unos DVD's de Ally Brooke, ya sabes de sus carreras y victorias, solo para estudiar su forma de competir. " Dije con una sonrisa suave " Y eso he hecho, me pasaba toda la noche viendo sus vídeos y también pensando... " Hablé por encima ya que lo único que pensaba todos estos días era en ella y supongo que sería raro si lo mencionara. La mirada de la morena estaba fija en la mía, me daba curiosidad la forma en la que su iris se expandía, me gustaba era impresionante que pudiera notarlo.

" ¿Y qué tal lo hace? " Me preguntó acercándose un poco a mi.

" Es... impresionante, confío en que puedo ganar pero de verdad, si lo hago será con bastante esfuerzo, ella es increíble. " Admití con una sonrisa porque de verdad admiraba como competía Ally Brooke.

" Yo se que si, tú también eres impresionante. " Ella me dijo tomando el control de su VHS que se encontraba a un lado del sofá en el suelo, presionó un botón y la pantalla del televisor se encendió mostrándome lo que está viendo y sonreí al mirar que era mi DVD de mis competencias.

" ¿Lo estabas viendo? " Ella sonrió asintiendo.

" Pasé toda la noche haciéndolo y no es la primera vez... " Se sonrojó y yo le sonreí.

" Vamos, dime... " Le pedí con una mirada suplicante y ella suspiró.

" Los miró siempre, cuando no puedo dormir, cuando te extraño, cuando... siempre, en fin. " Dijo bajando su mirada algo ansiosa para luego colocarla en la mía, yo solo sonreí suavemente, mi mente comenzaba a volar poco a poco.

En ese momento solo quería preguntarle tantas cosas, preguntarle si se sentía igual que yo, si sentía esta confusión tan grande, esta tensión, si sentía algo por mi, si no sentía nada, que era aquella presión que notaba en sus ojos, quería decirle tantas cosas que simplemente no podía.

" ¿Podemos ir a ver a Kano? " Le pregunté haciéndola sonreír suavemente, pero se miraba un poco forzada, sin embargo, ella asintió.

" Lo que tú quieras, ojitos. " Me contestó haciéndome sonreír. " Hm... ¿te gustaría salir un rato? Ahorita, después de ver a Kano... y ¡claro! Cuando me bañe y toda la cosa. " Se sonrojó y yo sonreí asintiendo.

" Lo que tú quieras. " Le contesté observando como sonriente caminaba en frente de mi, la tomé antes de que la tuviera más lejos regresandola hacia mi, ella sonrió con las mejillas ruborizadas bajando la mirada.

La sostuve de las mejillas mientras admiraba su rostro, cuanta falta me había hecho, observaba sus labios tan bonitos tratando de compararlos con los de Charlie, pero sinceramente no tenían puntos de comparación, ni si quiera lo que sentía cuando los labios de Camz presionaban mis mejillas, sentía como si se reiniciaba la vida. Sus ojos, una vez más podía admitir que los de Camila eran más hermosos, más brillantes, más marrones, más expresivos, cuando ella me miraba sentía que me decía tantas cosas que yo me moría por descubrir. Camila sinceramente era perfecta, me gustaba todo de ella, hasta lo pequeña que era, la forma en la que me estaba mirando justo ahora. Sonriendo un poco saliendo de mis pensamientos junté su frente con la mía mirando como sus ojos se cerraban.

" ¿Estás bien? " Me preguntó sosteniendome de las dos manos que toman su rostro.

" No quiero perderte jamás... " Le respondí haciendo que abriera los ojos.

" Gracias por haber insistido. " Me dijo sonriente y yo suspiré.

" No puedo dejarte cuando ya te encontré. " Le contesté sin ni si quiera yo saber que era lo que aquello significaba profundamente.

" Me costó demasiado no atender tus llamadas. " Admitió haciendo que separara mi cara de la suya para verla con una ceja alzada.

" Querías que sintiera dolor. " Le dije pero no con toda la seriedad del mundo, yo la entendía.

" Solo un poquito. " Admitió besándome la mano con una sonrisa suave. " Terminaba llorando, me hacías falta. "

" ¿De verdad? " Le pregunté impresionada, Camila lloraba por mi.

" Jamás te mentiría. " Me dijo con sus ojos colocándose cristalinos.

" Lo siento... " Dije atrayendola más a mi en un fuerte y cálido abrazo en el que su cabeza se recostó perfectamente encima de mi corazón por la diferencia de tamaño.

" No tengo nada que perdonar " Ella me respondió sin soltarme. " Solo dime que también lo sentiste. "

" ¿Que cosa? " Le pregunté sin cambiar de posición.

" Lo horrible que es estar sin la otra. " Dijo desgastada.

" Lo sentí Camila y no quiero volverlo a sentir. "

Solo estar contigo

Camila y yo habíamos salido de su casa desde temprano en la mañana y ahora que el sol había empezado a caer todavía estábamos caminando por la ciudad mientras hablábamos de cualquier cosa, temprano habíamos almorzado, visto algunas tiendas y compramos algunos chuches además de la comida de Kano y de Leal que yo me encargué de pagar porque Camila decía que Leal era igualmente mi hijo, aunque sonara extraño.

Contábamos con la protección de mis guardaespaldas por si las moscas, pero el día de hoy era simplemente diferente, el sol brilló más que nunca, la gente era amable y Camila y yo estábamos juntas, disfrutando de tan solo estarlo.

" ¿Como estás? " La escuché preguntarme y yo solo volteé sonriendo.

" Estoy bien, demasiado bien. " Admití y la vi sonreír.

" Nada podría hacerme más feliz, ven. " Ella me dijo mientras me tomaba del brazo y prácticamente me arrastraba a los juegos de video.

Sonreí tan solo mirándola, se había colocado un enterizo de jeans y una camisa negra, corta y entallada que dejaba ver parte de su piel, una de las correas del enterizo la de su hombro izquierdo estaba desabrochada colgandole haciéndola ver tierna. En sus pies llevaba unos botines negros muy brillantes, era preciosa y todo le quedaba perfecto. Yo por mi parte, tenía unos pantalones negros y una camisa de mangas largas azul además de botas negras, unas similares a las que usaba para montar, me había cambiado mis gafas habituales por unas de sol ya que este parecía brillar más que nunca, pero igual hacia frío.

Volteé para observar a mis guardaespaldas colocándose en posiciones respetuosas y asentí estando de acuerdo. " Tranquila, ellos saben hacerlo bien. " Camila me aseguró mientras tiraba de mi hacia donde pedimos las entradas para jugar.

" ¿Puedo pagar? " Le pregunté pero ella negó.

" Lo voy a hacer yo. " Dijo ella y yo fruncí el ceño.

" ¿Quieres comer algo? " Le pregunté y ella lo pensó.

" Lo que tú quieras yo lo pago. " Me dijo pero yo negué rápidamente.

" No, yo lo haré. " Le respondí acercandome a la tienda en donde pedí palomitas de maíz y dos refrescos.

" Laur... " Sentí a Camila abrazarme por detrás y sonreí volteandome para mirarla. " ¿Por qué tienes que hacer lo que te da la gana? " Me pregunto y yo sonreí.

" Porque tú siempre haces lo que te da la gana. " Me encogí de hombros y ella sonrió ampliamente subiéndome los lentes de sol hacia la cabeza.

" Dejame ver tus hermosos ojos. " Me dijo haciendome reír suavemente.

Escuché como las cosas fueron puestas en la repisa y al voltear la mirada juzgadora de la mujer mayor estaba fija en nosotras, me ruboricé al igual que Camila quién quitó sus brazos al rededor de mi y suspirando me acerqué para tomar las cosas estirandole si refresco a Camz  " Gracias. " Le coloqué el dinero en la mesa y ella no me respondió, nosotras solo nos movimos de ahí.

" Lo siento... " Camila me dijo repentinamente y yo volteé para mirarle.

" No tienes que pedir disculpas, ella debería hacerlo por mirarnos así. Aunque fuésemos pareja nadie debería mirarnos de esa forma y no voy a cambiar mi forma de pensar. " Le dije y ella me sonrió suavemente, acercándose para darme un beso en la mejilla.

" ¿Dónde quieres jugar? " Me preguntó y yo me encogí de hombros.

" En donde tú quieras. " Le dije mientras tomaba un puñado de palomitas pero al mirar hacia un extremo observé el recogedor de peluches y sonreí suavemente teniendo una idea.

Estaba esperando que Camz se distrajera con algo, así que simplemente nos divertimos probando algunos juegos y terminamos de comer, la gente nos veía demasiado porque cada vez que Camila estaba en uno de los juegos yo hacía un bullicio animandola a ganar y cada vez que me tocaba a mi ella hacía lo mismo, así que todos nos veían y se reían, algunos nos miraban raro y otros con ternura, así era la vida supongo, así eran las personas.

" Lolo, iré al baño y vuelvo rapidísimo. " Me prometió dándome un dulce beso en la mejilla. Esta era mi oportunidad.

" Perfecto. " Le contesté sonriente dejándole una caricia en la mejilla antes de que se fuera, fue ahí cuando me fui al estúpido juego deseando poder conseguir rápidamente lo que quería.

Tragué saliva y pensé mirando a todos los animales en cual sería el indicado para obsequiarle a Camila. Me enamoré de un bonito unicornio blanco con el cuerno color arcoíris que se hayaba abajo de un horrible dragón verde, respire profundo antes de meter mis monedas en aquella abertura. El juego encendió una luz que me indicó que había comenzado además del tiempo, así que me troné los dedos y el cuello antes de golpetear suavemente la máquina con mis uñas rojas yo diría eran perfectas.

Comencé a jugar lo más rápido que pude antes de que el tiempo se me agotara.

" Okay, ¿cómo se utiliza esta cosa? " Dije rápidamente moviendo la palanca que comenzó a mover la gran pinza, la bajé dejando la palanca presionada para que bajara más rápidamente y apunté hacia la pata del muñeco " ¡Vamos! " Exclamé tratando de sostenerlo pero la pinza solo me permitía obtener el estúpido dragón. " Malvada sea. " Respiré hondo cuando el tiempo se acabó, volví a meter más monedas insistentemente y nuevamente tomé la palanca tratando de direccionarla hacia el unicornio, pero el estúpido dragoncito no me permitía agarrarlo. " ¡No, no, nooo! " Exclamé cuando la estupida pinza se cerró encima del muñeco y cuando volteé observé a Camila mirando a todos lados buscándome así que para no quedarme con las manos vacías llevé el estupido dragón horrible hacia donde debería, lo solté y suspirando con tristeza lo tomé observando las felicitaciones de la máquina y al horrible dragón que probablemente Camila me lanzaría en la cara.

" ¿Lolo? " La mano de la mujer que era mi mejor amiga se posó encima de hombro y yo respiré hondo antes de apretar los ojos y voltear estirandole el muñeco al pecho. " ¿Huh? " Ladeó su rostro observando al muñeco que al mirar sus ojos me miraron todos brilloso.

" Es... para ti. " Me encogí de hombros y sentí el aire abandonarme los pulmones cuando Camila como si no pudiese creerlo sostuvo al muñeco.

" ¿De verdad...? " Dijo casi en un hilo de voz y yo suspiré.

" ¡Sé que es horrible lo siento, quería otro pero solo conseguí este malvado... " No pude seguir hablando por un abrazo que casi me tiró al suelo, abracé a Camila con fuerzas y ella solo me apretaba fuerte.

" Es precioso, muchas gracias Laur, nadie nunca había hecho algo tan lindo como eso. " Me dijo ella con una sonrisa suave de ojos cristalinos que yo ardoré profundamente " Me encanta. " Dijo con el más hermoso de los brillos en sus ojos mientras miraba al dragón. " Siempre estará conmigo. " Me dijo y yo solo la miraba sorprendida de lo mucho que aquello había significado para ella, eso, me había matado por dentro.

Me hacia recordar que Camz casi nunca tuvo muñecos en su infancia, que valoraba demasiado las cosas y estas llegaban a tener un significado muy especial para ella, eso me hacía simplemente confirmar aquello que yo ya sabía y era que Camila era perfecta, la mujer perfecta. Nadie la merecía.

" Te quiero Camila, de verdad lo hago. " Solo pude decirle porque era lo único que me pasaba por la mente mientras miraba como abrazaba fuerte al dragoncito contra su pecho.

La abracé al observar como ella se colocaba de puntas para hacerlo y sonreí sintiendo un suave beso en mi cuello, ¿había alguna manera de sentirme mal con ella? Porque era casi imposible.

Camila y yo jugamos en el Mortal Kombat antes de irnos, era mi primera vez jugando así que claramente Camz me dio una paliza, pero fue solo la primera vez porque después de aquello le gané unas tres veces más y ella estaba sorprendida porque decía que yo había aprendido rápido. También cenamos y bueno, mi madre me mataría porque por primera vez en mi vida me comí una hamburgues, bueno una de verdad, no como las que me hacían en La Residencia, no, una gigantesca con salsas y queso cheddar y tocino y un montón de cosas más que Camila adoraba, he de admitir que entiendo porque lo hacía, valía la pena engordar por una delicia como esa. Cabe destacar que disfruté riéndome de Camz por todas las veces que se manchaba la mejilla de comida y adoraba el rubor en sus mejillas.

" Laur, antes de ir a casa necesito dejarle el dinero de la semana a mis padres, ¿me quieres acompañar? ¿ o prefieres que nos vayamos a casa y voy otro día? " La tímida voz de Camila me preguntó mientras nos paramos enfrente de su auto y yo la miré con el celo fruncido.

" ¿Por qué no querría? " Le pregunté acariciando su mejilla. " Voy a donde sea contigo, es tu familia y es importante para ti, iré contigo. " Le dije claramente y ella me sonrió sin despegar sus labios.

" Lo siento... " Se disculpó pero yo sonreí negando.

" Disculpa no, vamos. " Le dije volviendo a colocarme los lentes de sol observandola sonreír con suavidad.

En el camino, Camz se colocó a ' Lolo ' en las piernas, era así como había llamado a su dragón el que pensé que odiaría, pero ella parecía adorarlo con todo su corazón y nunca creí que la felicidad de alguien me encantara tanto. Era la primera vez que no estaba pensando en absolutamente nada, ni en el protocolo, ni en las competencias, ni en la toxicidad de mi familia, ni en Charlie, ni en nada, solo en lo hermosa que Camila se veía sosteniendo su volante como si fuese su vida con un pequeño peluche entre sus piernas y una sonrisa infantil preciosa.

" ¿Te ha gustado el día de hoy? " Me preguntó mientras yo me aseguraba de que mis guardaespaldas nos siguieran.

" Claro que si. Me gustan todos los días contigo, aunque no hagamos nada, aunque solo veamos la televisión, aunque solo me mires montar, aunque me acompañes al protocolo, tan solo sentarnos a hablar o desayunar, me gusta solo estar contigo... " Admití porque aquello no tenía nada de malo.

Ella me miró por unos segundos con sus ojos cristalinos y observé su garganta haciendo el movimiento de tragar saliva, después pude sentir como me agarró de la mano y la entrelazó con la mía, le sonreí suavemente e increíblemente de hizo un cómodo silencio mientras cada una en sus pensamientos miraba el camino a casa de la familia de la compositora.

" Esta es la casa Laur... " Camila dijo señalando con la cabeza hacia una bonita casa ni tan grande ni tan chiquita. " Esa casa nos la pagó le empresa de mi padre cuando te dije que nos mudamos aquí a Lon... " Camila se quedó extrañamente callada y yo la miré con preocupación sin entender el motivo de su silencio, motivo que entendí cuando observé en frente de la casa una patrulla de policía. " Quedate aquí Lolo. " Ella me pidió con seriedad mientras se bajaba de coche pero yo no le hice caso.

" Atentos por favor. " Hablé por el Walkie Talkie observando como los muchachos salían de la Limusina, yo salí del auto de Camila y la seguí notando como había dejado la puerta abierta por las cuales policías entraban y salían.

" ¿Que está pasando? " Escuché a Camila preguntarle uno de los oficiales y el volteó a mirar.

" Tenemos orden de allanamiento. " Fue lo que le dijo el oficial mientras yo me acercaba a Camila observando a mis escoltas en sus respectivas posiciones.

" ¿Que está pasando? " Le pregunté y ella volteó a mirarme llevándose una mano a la frente.

" Lauren, ¿por qué no te quedaste en el auto? " Me preguntó con preocupación en la mirada y yo negué.

" Porque nunca te voy a dejar sola Camila. "

" Tal parece que no encontraron nada, quizás sea una equivocación. " El hombre se acercó a Camila quien respiró.

" ¿Dónde están mis padres? " Ella preguntó y el señaló afuera, en donde dos oficiales venían junto a los que comprendí eran la familia de Camz.

" ¿Hija? " Su madre dijo con el rostro apenado mientra observaba a los policías hablar con el padre de Camila.

" Esto era lo que quería evitarme yo. " Camila habló seriamente. " No consiguieron nada. " Ella dijo " Pero si tú lo sigues permitiendo no te sorprendas cuando un día ya no se pueda escapar. " Habló con molestia en su voz y yo lo sabía, me relajé al mirar como los oficiales se iban.

" Camila, hija que vergüenza. " Su padre habló repentinamente, fue cuando noté a los dos colocar sus ojos en mi. " De verdad, estoy avergonzado. " El se dirigió a mi estirandome la mano " Disculpa por lo que viste, soy Alejandro y ella es Sinuhe, somos los padres de Mila. " Estreché su mano sin ningún problema.

" El gusto es mío sin importar la situación, gracias a Dios todo está bien. Soy Lauren Jauregui. " Dije con una suave sonrisa y el me la devolvió el doble de grande.

" ¡Lo sé! Eres la novia de mi hija. " El me contestó y yo lo miré abriendo un poco los ojos con las mejillas sonrojadas, me mordí la mejilla ocultando la sonrisa.

" ¡Papá Lauren es mi amiga nada más! " Exclamó Camila con vergüenza y yo suspiré.

" Dios mío, yo pensé que habíamos hecho este desastre delante de tu novia. " Sinuhe habló haciendome sonreír un poco tímida, pero no incomoda, no lo estaría por eso.

" ¡Y este desastre no ha terminado! " Camila exclamó y yo sabía que estaba furiosa. " Yo vine a traer el dinero de la semana. " Dijo sacando un sobre que se veía realmente lleno.

" Camila, ¿qué te dije acerca de que hicieras depósitos? " Alejandro le dijo algo fastidiado y la verdad es que yo no quería incomodarlos, pero quería estar cerca de Camila porque no confiaba completamente en nadie, para mi cualquiera puede hacerle daño y eso si que no lo permitiría.

" Te dije que no voy a hacer ningún depósito, esto es mi colaboración y si vamos a seguir provocando que estas cosas sucedan yo misma voy a hacerles el mercado y lo traeré a casa porque no puedo creer que todo el tiempo sea el mismo maldito problema. " La voz de mi amiga temblaba al igual que algo dentro de ella y yo lo sabía, estaba molesta, así que disimuladamente acerqué una de mis manos a la suya entrelazando mis dedos con los suyos, mirando hacia otro lado al darme cuenta de que su madre enfocó sus ojos a nuestro enlace, pero no la solté.

" Flaca, no es lo que tu piensas de verdad, no volverá a pasar yo... " Su padre le decía pero Camila suspiró.

" Papá, no vamos a discutir eso en frente de Laur. Nosotras nos vamos, volveré otro día ¿ok? No quiero hablar del tema. " Sonreí notando como se había relajado por completo.

" Lo sentimos mucho Camila... " Esa fue su madre y Camila negó.

" Piensen en todo lo que he hablado con ustedes que ha sido demasiado. " Fue lo que ella respondió mientras yo observaba los rostros desencajados de sus padres " Vamos Lauren.  " Tiró de mi mano la que sostenía mientras yo agitaba mi mano en despedida.

" Hasta luego Señores Cabello. " Dije suavemente.

" Hasta otra ocasión Lauren, fue un placer " Su madre se despidió de mi mientras su padre un poco triste agitaba su mano, ojalá ellos entendieran por que lo que estaba pasando era tanto problema.

" ¿Está bien Camz? " Le pregunté cuando estuvimos dentro del auto, yo sabía que no lo estaba porque cuando comenzó a conducir lo hizo sosteniéndose la cabeza con su mano izquierda como la vez que paso lo del café, estaba mal y yo lo sabía.

" Si bonita... " Me susurró suavemente y yo simplemente coloqué una mano encima de su rodilla y permanecí en silencio hasta llegar a su departamento.

Camila conducía en su cabeza y yo en la mía, pensando en la situación que acababa de suceder, todo lo que ella me había contado salía a la luz claramente y me dolía demasiado pensar en todo lo que debería estar sintiendo, en los rostros de sus padres se podía ver claramente la vergüenza de la situación y las ganas de cambiar algo, pero ¿por qué no lo hacían? ¿Por qué las personas saben que están cometiendo errores y aún así siguen haciéndolos? ¿Por qué tenía Camila que sufrir así?
Al llegar al depa les dí las instrucciones a mis escoltas de que se fueran a sus casas al igual que a mi chófer a quien le pedí que viniera a las siete de la mañana. Después de eso subí silenciosamente con Camila que llevaba al dragón lolo entre sus brazos mientras la seguía hasta llegar a su apartamento. No le permití decir nada, simplemente la abracé contra mi pecho acariciando su cabello.

" ¿Por qué no te gusta hablar sobre eso? " Le pregunté sin ningún tipo de presión escuchándola suspirar.

" Porque tu simple presencia puede curarme. " Fue lo que me contestó y yo tragué saliva.

" ¿Sabes que estoy aquí para ti? " Le pregunté sintiendo como asentía.

" Y no sabes lo bien que me hace saber eso porque si no fuese así créeme que estuviese llorando. "  Sonreí suavemente antes de levantarle la cara.

" Eres fuerte bonita, fuerte y valiente. " Observé logrando que sonriera.

" De verdad lo siento por eso. " Me dijo pero yo negué.

" En las buenas y en las malas. " Le recordé aquel lema de la amistad que produjo su sonrisa. " ¿Nos duchamos y a dormir? " Le pregunté y ella me sonrió.

" ¿Estas cansada? " Esta vez fue ella quién me preguntó con una suave sonrisa.

" Si... tuve un día genial. " Le dije para supiese lo agradecida que estaba y su sonrisa tímida fue como cafecito para mi alma, como solía mi abuela decir.

Y así lo hicimos, tomé una ducha durante algunos minutos al igual que ella lo hacía me extraño que tardase un poco más porque cuando ella regresó yo ya me encontraba esperándola sentada en la cama. Sonreí al mirarla entrar a la habitación con Leal persiguiendola y Lolo el dragón entre sus brazos.

" Hoy todos duermen con nosotras. " Dijo mientras yo observaba divertida a Leal acostándose en su cama la que Camila había acomodado al lado de la suya. Yo solo la miraba con una gran sonrisa, mirándola tan hermosa con el cabello un poco húmedo, aquella pijama de short corto y bueno, no se que pasa conmigo, de verdad no lo sé, pero tengo mucho miedo.

Camila se acercó cuidadosamente hacia mi y dejando al peluche en la cama, se sentó a mi lado, solamente mirándome, haciéndolo de la misma forma que yo lo hacía, le sonreí y me acomode en el colchón tirando de ella conmigo quien antes de seguirme apagó la luz. Suspiré observando su rostro y sintiendo como una de sus manos colocaba un mechón de cabello por detrás de mi oreja, una de mis manos se escapó de mi regazo para colocarse encima de su muslo deslizándose suavemente para rodear su cintura y pegar a Camila gentilmente hacia mi, la oí suspirar sintiendo como me respondía el abrazo pegándose más a mi y rodeando mi cuello con sus brazos, ella se separó lentamente pero no de todo, sorprendiendome cuando una de sus manos temblorosas se acercó a mi camisa desabrochando dos botones haciendome sentir el aire atorado en la garganta como nunca antes. Sus finos dedos se deslizaron por la piel desnuda de mi pecho delineando mis clavículas, mi cuello.

" Dime alguna parte donde te incomodaria que te toque... " Repitió mis mismas palabras de aquel domingo en la madrugada logrando acelerarme el corazón por completo.

" En ninguna parte Camz. " Dije casi sin habla porque tenía tanto miedo pero también estaba muriendome por sentirla.

Ella me dio una sonrisa suave y tranquilizadora acercándose para darme un beso en la frente antes de tumbarme de espaldas a la cama haciéndome tragar saliva cuando su cuerpo se arrastró encima de mi sentándose encima de mi cadera, todo dentro de mi se tensó porque sentía que si hacía algún movimiento todo acabaría. Solo me dejé hacer cuando Camz me subió un poco mi camisa revelando mi estómago, tragué saliva porque yo sé lo que haría.

Sus manos comenzaron a deslizarse suavemente sobre mi estómago mientras lo miraba con el labio entre sus dientes haciendome sentir punzaciones en las partes más oscuras de mi cuerpo incluyendo la parte en donde ella se encontraba sentaba en aquel momento. Sus dos dedos índices recorrieron cada línea de mi abdomen, casa espacio, cada lugar incluyendo mi ombligo. " Me encanta... " Dijo por lo bajo haciéndome apretar la tela de su propio short. Su mirada se conectó con la mía antes de llevarse el dedo índice a la boca tan lentamente que sentí mis propios labios acalambrados, adormecidos, mi pulso deteniéndose al igual que mi respiración, todo para luego deslizar nuevamente su dedo mojado sobre mi abdomen haciendome sentir lo mojado de su boca y creo que lo único que podía decir era que estaba increíblemente excitada por mi mejor amiga.

Camila se echó completamente sobre mi sorprendiendome cuando echó mi cabeza suavemente a un lado para repartir suaves y sensuales besos desde mi mejilla hacia mi cuello haciendome suspirar y comenzar a deslizar mis manos suavemente por la parte trasera de sus piernas casi llegando a su trasero, me estaba incendiando viva.

" Me encantas Lauren... " La escuché susurrarme y algo se apretó en mi pecho y mi garganta porque estaba comenzado a verle otro significado a eso. " Ojalá te gustaran las mujeres. " Dijo mientras sus manos se deslizaban nuevamente por dentro de mi camisa de botones. Yo me quedé simplemente fría con aquello, caliente, pero fría, Dios Camila.

Sabía que eso no solo podía significar que yo le gustaba, quizás ella solo me deseaba, no lo sé, todo era tan confuso como este sentimiento en mi pecho, porque ella tenía razón, no me gustan las mujeres, pero ¿por que sentía que me hubiese muerto esta noche si Camila no me tocaba? ¿Que es esto que siento dentro de mi? ¿Es normal? ¿Realmente es por no haber tocado a nadie?

" Yo... " Intenté responderle pero ella me interrumpió.

" ¿Crees que dormir así te quite el frío? " Apreté mis ojos recordando que me dijo las mismas malvadas líneas aquella vez y suspiré.

" Si... " Fue lo que le respondí dando un beso en lo alto de su cabeza y sintiendo su mano colarse nuevamente dentro de mi camisa permaneciendo de esa forma hasta que nos quedamos dormidas.

Profundamente enamorada
03:00 A.M

Me desperté repentinamente esa mañana y pensaba que quizás jamás volvería a poder dormir en paz con Camila por todo aquello que nos estaba pasando, pero esta vez no fue por nada relacionado, esta vez fue porque tenía unas horribles nauseas. Recordé que yo nunca había comido tanto como comí hoy además de que siempre comía comidas saludables y hoy consumí cosas totalmente diferentes.

Me salí suavemente debajo de Camz tratando de no despertarla solo porque no quería preocuparle, además, ella siempre me había dicho que si necesitaba algo solo fuese a buscarlo, así que debía de tener bicarbonato de sodio en algún lugar y eso era lo que salí a fuera a buscar. Busqué entre cada cajón, cada gaveta y luego de casi cinco minutos lo conseguí. Tomé un vaso de agua y cuando fui a buscar la cucharilla para añadirle el bicarbonato una tarjeta encima del microondas llamo mi atención, estaba doblada a la mitad y sonreí tomándola porque pensé que era una de mis cartas, pero estaba completamente equivocada.

" Marble Arch & Nothing Hill
  
 De: Andy Scott
Para: Camila Cabello

Hermosa Camila:
No sabes cuántas ganas tengo de verte otra vez, la emoción que me da recordar el sabor de tus labios contra los míos, tu lengua enredandose con la mía y la suavidad de tu piel bajo mis manos y mis labios.

De verdad quisiera salir contigo otra vez, visitar sitios tranquilos y pasar el tiempo juntas, comer algo y quizás sostener tu mano mientras me hablas de las cosas que te gustan y te cuento las mías. Eres una chica hermosa, la de mis sueños y mis fantasías, ojalá me llames de verdad, ojalá me des esa oportunidad.

—Profundamente enamorada, Andy Scott "

Mis puños se apretaron como jamás lo había hecho mientras sentía aquella conocida adrenalina correrme por las venas instalándose esta vez en mi cabeza, provocandome una calentura que jamás había sentido en el cuerpo, un mareo, las ganas de vomitar intensificándose, lagrimas recorrerme las mejillas

" ¿Qué me pasa? ¿Que mierda me pasa? " Sollocé soltando la malvada carta mientras la imaginación de Camila teniendo sexo con otra mujer me destrozaba por dentro.

La imaginación de Camila simplemente besando a esa mujer, entregándole su cuerpo a ella, comenzando a salir con ella.

¿Por qué me lo había ocultado? ¿Por qué me dolía tanto? ¿Por qué tenía tantos malditos celos?

" Mi dios... " Susurré sintiendo mi cuerpo temblando y cambiando como si mi tensión hubiese bajado.

¿Que me has hecho Camila Cabello?
¿Que has hecho?

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