Bubble Gum | NamJin [Omegaver...

By dennylaland

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[Precuela de Cotton Candy] [Kim NamJoon, coqueto y encantador. El alfa perfecto para muchos y muchas omegas... More

Prólogo
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Maratón 3/3


La mañana estaba helada ese día en especial. El clima se había descontrolado cambiando de un cielo soleado a un cielo nublado y con nubes llorando sin parar. Para ese momento la lluvia ya había cesado, así que no era necesario caminar por las calles con el paraguas abierto.

SeokJin apreció el color del cielo, tan gris y frío que transmitía las ganas de quedarse en cama con cobijas cubriéndolo y una taza de chocolate caliente en manos. Tristemente no podían darse ese lujo, pues él tenía cosas que hacer y JungKook debía presentarse a su primer día de universidad. Es por eso que juntos caminaban por la húmeda acera de la calle, muy poca gente los acompañaba, posiblemente por el clima lluvioso que era cuando la gente menos salía.

El menor jugaba con su labio inferior, presa de los nervios del primer día de clases. Era una etapa nueva para él, pues comenzaría la universidad y eso le causaba temor y a la vez emoción por descubrir nuevas cosas.

SeokJin había insistido en llevarlo ese día a clases, quería estar presente en ese primer día para JungKook. Al principio el menor de negó, argumentando que ya estaba grande para esas cosas, así que a SeokJin se le ocurrió utilizar la excusa de que era nuevo en la ciudad y no la conocía bien. Finalmente el alfa aceptó pero con la condición de que solo sería ese día.

El silencio reinaba entre ellos, regularmente no era así ya que ambos adoraban hablar el uno con el otro, pero los nervios estaban ganándole a JungKook y no podía formular conversación.

Un gran edificio apareció en su campo de visión, acompañado de decenas de jóvenes caminando por todos lados.

—Maldición, son muchas personas. —tragó saliva al ver a toda esa gente.

—No maldigas, JungKook. —regañó con el ceño fruncido, mirando de reojo el perfil de si primo. JungKook susurró una disculpa y continuó caminando a lado del rubio.

—Hyung, no quiero. —se aferró al brazo del mayor, mirando a todos los alumnos caminando a su alrededor. Sus manos estaban sudando por el miedo a exponerse a toda esa gente. —¿Y si no les agrado?

—¿Cómo dices eso? Eres Jeon JungKook, todos van a amarte. —el pelinegro acomodó el gorrito que llevaba puesto ese día y miró a su alrededor.

—No lo sé, hyung.

—Kookie... —SeokJin tomó el mentón del menor para hacerlo girar la cabeza. Se encontró con eso ojitos redondos y brillantes, recordando la primera vez que lo vio. En ese entonces era apenas un bebé recién nacido y sus ojos tenían la apariencia de Bambi, le ponía nostálgico ver qué ese niño ya había crecido y aún así, esos ojitos seguían iguales. —Tu puedes, eres increíble y muy talentoso. No tengas miedo. —abrazó el cuerpo de su primito, brindándole toda la seguridad que necesitaba.

JungKook fue el primero en separarse, mostrando una tierna sonrisita. Olfateó a SeokJin y amplió su sonrisa al percibir su aroma impregnado en él.

—Gracias, hyung. Nos vemos más tarde. —con un movimiento de mano se despidió del rubio y giró sobre sus talones, caminando a la entrada de la institución con un poco más de confianza.

SeokJin suspiró observando a JungKook irse alejando, hasta que desapareció de su campo de visión.

Sacó de la bolsita de su pantalón su celular y vio la hora. Tenía mucho tiempo todavía para su hora de clases, ese día entraba más tarde así que podía aprovechar para ir a comprar unos libros que hace mucho deseaba conseguir.

Emprendió camino a la librería que más frecuentaba, el ambiente era cálido y eso le gustaba mucho. Subió a un autobús que lo dejaba a unas cuadras del lugar y se sentó en uno de los lugares traseros. Recargó su cabeza en la ventanilla y apreció el bello paisaje, perdiéndose en sus pensamientos.

Todo el fin de semana no paró de pensar en NamJoon, no conocía el motivo por el cual ese día que lo vio estaba tan triste, pero ese sentimiento de culpabilidad por no haber hecho algo le atormentaba. No era su obligación ayudarle pero en el momento, las ganas de hacerlo le invadieron y no hacerle caso a ese instinto trajeron como resultados noches sin dormir tranquilo. Supuso que su corazón era tan bueno que quería ayudar a todo el mundo, pero lo que lo explicaba es porque su lobo no paraba de chillar y de repetir el nombre del moreno.

Bajó del autobús al llegar a su destino. El viento helado golpeando su rostro con rudeza. La bufanda que llevaba puesta fue acomodada en su cuello y parte de su mentón y labios, refugiándose un poco del frío. Sus manos buscaron el calor de los bolsillos de su abrigo, caminando por las calles frías de Seúl. En esa parte habían más transeúntes, ya que estaban cerca del centro.

Visualizó la librería y trotó los pocos pasos que le faltaban para llegar a su destino. Entró rápidamente pues sentía mucho frío, y suspiro por sentir un poco el calor del lugar.

Saludó a unos cuantos empleados que ya conocía y fue a la sección que más visitaba: novelas. Sus manos acariciaron las pastas de los libros, leyendo los títulos de los ejemplares en busca del que quería. Detuvo sus acciones cuando un olor conocido llegó a sus fosas nasales, giró mirando a todas direcciones pero no vio a nadie, así que supuso que solo lo imaginó.

Continuó su búsqueda, en ocasiones deteniéndose para ver las sinopsis de algunos libros que le interesaban.

—¿SeokJin? —el mencionado saltó en su lugar, volteando a la velocidad de la luz en dirección a esa voz.

—¿NamJoon? ¿Qué haces aquí? —bajó la mano que llevó a su pecho por el susto y miró al moreno.

NamJoon alzó su mano izquierda, mostrando dos libros en ella. —Vine por estos. —sonrió mostrando sus hoyuelos. —¿Y tú?

—También compro libros. —infló sus mejillas por el nerviosismo que se estaba formando en él. No comprendía el motivo pero lo sentía y no le estaba gustando.

—No sabía que te gusta leer. —cruzó sus brazos y se acercó con interés al rubio.

—A-ah... Sí, m-me gusta. —su mejilla interior fue mordida por la confusión de su tartamudeo.

Retrocedió unos pasos por la cercanía del cuerpo contrario hacia él. Estúpidamente le ponía nervioso cuando el alfa solo que acercó para ver qué libros llevaba.

—Esos no los he leído, cuando los termines me dices si los recomiendas o no. —SeokJin asintió con un poco de duda, mirando de cerca el rostro de NamJoon.

Su piel tenía un bonito color, le gustaba. Le recordaba al color del caramelo, además se veía muy suave. Tenía muchos lunares que no había notado antes y sus facciones son muy masculinas.

—¿Estás bien? —llamó NamJoon y SeokJin parpadeó apartando la mirada, avergonzado por quedarse tanto tiempo mirándolo.

—Sí, solo estaba pensando.

NamJoon asintió, el mismo sentimiento de la vez pasada regresando a su cuerpo al percibir nuevamente ese aroma en la anatomía contraria. Hizo un esfuerzo para que eso no lo controlara e hiciera una tontería. Estaba teniendo una conversación normal con el mayor, al menos no lo había insultado hasta ahora, eso era bueno. No lo echaría a perder.

—NamJoon... ¿Estás bien? D-digo... La vez pasada estabas... Uh, ¿Triste? Ah... —NamJoon soltó una risita por la actitud nerviosa del rubio. —No te burles. —sus labios formaron un puchero que cautivó el corazón de NamJoon.

—No me estoy burlando, es que eres lindo.

SeokJin sintió su rostro calentarse. Aquella frase no se sintió como las veces que lo molestaba coqueteandole, se sintió diferente, más sincero y... Lindo.

—No respondiste a mi pregunta. —cambió de tema rápidamente.

—Sí, estoy bien. Solo estaba algo agotado ese día. —SeokJin asintió y por alguna razón se sintió tranquilo. —Hace frío ¿No crees, hyung?

—¿Hyung? —SeokJin enarcó una ceja, asombrado por el uso de honoríficos.

—Eres mayor que yo ¿Te molesta que te diga así? —el alfa se sintió tonto por haberle llamado así, no quería arruinar el momento.

—No me molesta, solo es raro porque antes no me llamabas así. —eso tranquilizó a NamJoon, quien sonrió por saber que podía llamarle así sin problemas.

—Bueno, no sabía si te agradaba la idea de que yo te llame así. —se encogió de hombros y volvió a sonreí.

—No me desagrada, en lo absoluto. —le sonrió a NamJoon, era la segunda vez que el mayor le sonreía de esa manera, tan lindo y sincero. —Me tengo que ir, tengo clases en un rato. —mordió su labio, un poco incómodo por no saber cómo despedirse del moreno, así que solo atinó a sonreír de nuevo y retirarse.

NamJoon sonrió, olvidando por completo que SeokJin lo detestaba. Abrió los ojos y dejó a un lado los libros que llevaba, vio la larga fila donde SeokJin esperaba para pagar su libro y salió del lugar corriendo.

SeokJin notó eso y juntó sus cejas, sin entender porque NamJoon hizo eso. No le tomó importancia y esperó su turno para pagar su libro. Cuando esa momento llegó, pagó su libro y se despidió de la encargada. Salió del lugar y el viento frío lo recibió, acomodó la bufanda y comenzó a caminar a la parada de autobús.

—¡SeokJin hyung! —escuchó un grito a sus espaldas, cosa que lo hizo voltear exaltado. Vio a unos metros de distancia a NamJoon trotar en su dirección. El alfa se paró frente a él y le extendió un envase con café. Se sorprendió al recibir el café, al igual que le sorprendió que no se le derramara con el movimiento. —T-te compré esto. Noté tu nariz roja por el frío así que... —presionó sus labios con un poco de timidez.

SeokJin estaba muy sorprendido, y hasta cierto punto enternecido por la actitud del moreno. Tomó el café entre sus manos, rosando levemente la mano del mayor. Sus mejillas se enrojecieron y desvió la mirada.

—Gracias. —susurró avergonzado.

—Ve con cuidado, nos vemos. —se dio la vuelta para irse. Sus piernas temblaban por lo que había hecho y agradecía a la diosa Luna de que resultara bien.

SeokJin se quedó mirando la espalda del Alfa alejándose poco a poco. Cuando apenas pudo verlo posó sus ojos en el café, sonriendo inconscientemente.

Tenía que aceptar que fue un lindo detalle por parte de NamJoon y que sin duda alguna le hizo sentir cálido. No sabía porque su repentino cambio de actitud, pero fue agradable conversar con el moreno sin sentirse irritado por sus acciones.

Se extrañaba de que su lobo estuviera tan feliz, tan tranquilo. Toda esa inquietud que sintió el fin de semana por lo ocurrido con NamJoon se esfumó como el humo de su café con el viento.

Continuó con su camino, disfrutando del café caliente con una sonrisa en su rostro. Sus pensamientos girando entorno al alfa. Su corazón latía con fuerza cada vez que pensaba en NamJoon, eso le aterraba demasiado porque conocía a ese tipo de alfas que creían poder conquistar a todos y luego, cuando obtenían lo que querían, jugaban contigo y te botaban cuando se aburrían de ti.

NamJoon le parecía atractivo, desde el primer momento en que lo vio. El color de su piel, su voz gruesa y madura, ahora que lo había escuchado hablar inglés adoraba más esa voz. Sus ojos eran hermosos y su sonrisa con hoyuelos también. Pero no podía permitirse caer por él, no sabiendo que coqueteaba con todos. No tenía ni idea si aquel café era parte de su técnica de coqueteó junto con su cambio de actitud a uno amable y adorable. No le daría el gusto de romper su corazón, no saldría lastimado, no repetiría la historia.

Quería sentirse querido por alguien, no ser solo algo de un rato. Algo dentro de él le decía que NamJoon no era como creía, pero sus acciones mostraban lo contrario. Ni siquiera sabía si solo estaba jugando a coquetear o realmente le coqueteaba, aunque no creía que el alfa estuviera interesado realmente en él. Tal vez lo del café solo fue una acción amable y ya.

Observó el café entre sus manos. La expresión feliz que llevaba momentos antes en su rostro se había desvanecido con aquellos pensamientos.

El autobús llegó y subió a él, repitiendo las acciones del inicio; asientos traseros, recargarse en la ventanilla y mirar el paisaje. Suspiró por lo insistentes que sus pensamientos eran y el vidrio se empañó por tal acción. Su lobo también se había desanimado, reduciéndose en un rincón con las orejas y cola caídas.

—No te ilusiones con él, nos hará sufrir. —murmuró más para él que para su lobo.

Si tan solo NamJoon no fuera esa clase de alfas, si fuera diferente, tal vez...

... Tal vez algo podría pasar.

Seguramente el alfa no estaba interesado en él.
 
 
  





[🌵]

Y con esto termina el maratón uwu, espero que les haya gustado.

Sentía que ya era hora de hacer uno sjdjsj. Ojalá puede volver a hacer uno después.

Nos leemos pronto, gracias por leer 💞

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