Pov _____
Hay un lugar en donde uno se mantendrá por un periodo de tiempo, se le llama "espacio", y se dice que es ese en donde miras al rededor y te das cuenta de que te encuentras solo, y solo te mantienes en ese espacio sentado, esperando y esperando a alguien.
Como da sus giros la vida y su irremediable cambio, si aún sigues vivo y te encuentras bien, felicidades, eres de ese pequeño espacio que a aprendido mucho, pero sino lo eres aún hay camino por recorrer.
La vida en el castillo podría ser fatigante e insípido, en el primer momento que llegué había gente esperando por mi llegada, paparazzis, entrevistadores y gente del pueblo, se había corrido el rumor de que cierta princesa regresaba.
Aún cuando logré pasar eso, cuando puse un pie en aquel lugar que era mi hogar, había varias personas a mi alrededor, gente que estaba al tanto sobre la ceremonia que se haría y me preguntaban cosas que en realidad no me llamaban mucho la atención pero debería ya de empezar a acostumbrarme: ¿qué color los manteles?, ¿puedo tomar medidas para su vestido?, ¿rosa o salmón?, ¿podría pasar a la cocina a elegir el menú?... y así y más preguntas.
Derek: Por favor compórtense. - dice con voz fuerte. - la princesa acaba de llegar, déjenla descansar solo un momento, que se instale y con gusto les recibirá. - ellos asienten, se disculpan y antes de irse hacen una reverencia.
- Muchas gracias, sentía y estaba a nada de asfixiarme. - el ríe y niega. - me había desacostumbrado a esto, será difícil volver a hacerlo.
Derek: Yo creo y lo harás bien, te lograrás adaptar de nuevo.
- Eso espero. - le sonrío. - ¿Ha donde fue mi madre? - Apenas habíamos bajado del avión y ella junto con mi pequeña hermana tomaron un rumbo distinto al mío.
Derek: Creo y la pequeña Sam quería comprarle algo de bienvenida. - toma las maletas de nuevo y subimos a donde recordaba y estaba mi habitación. - la hemos remodelado para su gusto.
- No se hubieran molestado. - dije sincera.
Derek: Esto hará su estadía aquí mucho más cómoda. - los guardias que se encontraban a fuera de la puerta al vernos la abren. - espero y te guste, se cambio así a petición de tu madre.
- Es prefecto. - las paredes ya no eran de ese color gris que recordaba, ahora un azul cielo me recibía, la cama y muebles habían cambiado, miré un escritorio en particular no lo recordaba pero al acercarme pude notar una libreta, la tomé y sonreí, era un diario que yo solía tener, mi mirada giro de nuevo a una esquina donde se encontraban muchas tipos de cámaras fotográficas, algo que me sorprendió. - ¿y esto?
Derek: Nos hemos enterado de que estudió fotografía, su madre fascinada le ha comprado cada cámara para así pueda seguir haciendo de lo que le gusta. - tendría que recordar el agradecerle cuando le vea de nuevo. - si me disculpa, tendré que irme, en unos minutos más tendrá que bajar y recibir a los trabajadores que anteriormente se encontraban con usted, ahora por otra parte, bienvenida a casa. - se va cerrando las puertas detrás de él.
Pov Karla
Había dejado aquellos regalos en la mesa de la sala, los miraba cuestionando el si debería de ya abrir el mío y después entregarle el suyo a Camila, negué y los tomé, sentía mas necesario el hacerlo juntas.
Hice un gran recorrido hasta llegar a la grande mansion Cabello, no había nadie supuse y abrían salido, sabía que Camila se encontraba aquí ya que una chica que hace la limpieza me informó. Subí aquellas familiares escaleras con paso seguro, no sabía cómo reaccionaría pero si se algo estoy segura es del que nunca se negaría a recibirme.
- Camila, ¿puedo pasar? - doy pequeños golpes en la puerta, espere por su respuesta pero no me decía nada. - voy a pasar. - le afirme mientras la abría.
El cuarto se sentía frío y no solo me refería al notable clima del ambiente, se encontraba más oscuro que de costumbre. Con mi mirada busqué a Camila, la encontré en su cama acostada de lado dándome la espalda.
- ¿Te encuentras bien? - quizás y era una pregunta estupida de mi parte, pero aún así quería saber su respuesta.
Camila: Siento como si estuviera muriendo. - le escuché decir muy apenas.
- Oh Camila, nadie muere por un corazón roto. - me acerco a ella y me siento a lado suyo.
Camila: Por lo visto y tú te encuentras mejor que yo, y eso en cierto modo me alegra pero si te soy sincera hay una pequeña parte de mi que te tiene celos por eso. - suelto un pequeño suspiro. - lo he arruinado.
- No te dejes engañar por la aperencia, por dentro tengo una lucha interna.- miro hacia otro lado.- y no lo hiciste, tranquila.
Camila: Si tan solo no me hubiera puesto en ese estado, si no le hubiera exigido una respuesta ella aún seguiría con nosotras. - dejo las pequeñas cajas en la mesita de noche y me acuesto, ella al notar eso se gira quedando de enfrente mirando el techo al igual que yo.
- No te culpes por ello, tarde o temprano se haría esa confrontación y quizás la respuesta hubiera sido la misma. - mencioné tranquila. - nos dejamos llevar mucho por la situación y peleábamos constantemente, como dos leones por un pedazo de carne.
Camila: Recuerdo el decirte de que estaba cansada por pelear contigo por ella. - suelta un suspiro pesado. - la verdad es que hasta me llegaba resultar divertido, nunca habíamos competido de tal manera.
- Ya lo creo, siempre hemos sido buena con la otra. - solté una pequeña risa. - ella quizás valía la pena o talvés no, pero tú eres mi hermana Camila, mi otra mitad, nunca le debí puesto sobre ella.
Camila: Te digo lo mismo, eres mi gemela. - sonrió. - ella valía cada segundo, era demasiado. - quise decirle el que ella se había ido, pero le había prometido que lo no haría.
- Me la he topado está tarde. - ella me mira. - me ha dado algo para nosotras, y me pidió disculpas por cualquier inconveniente, yo consideraba y se disculpaba por nada pero aún así las he aceptado, ya sabes cómo es.
Camila: ¿Qué nos ha dado? - recorpora su postura sentándose en la cama y me mira.
- Nuestros regalos de navidad. - tomé las cajas que había dejado y le paso la suya. - vine para poder abrirla juntas.
Camila solo miraba la caja, como si al mirarlo fijamente pudiera descubrir el qué hay adentro.
Camila: ¿Crees qué deberíamos? - me mira a mi a lo cual asiento. - hagámoslo.
Abrimos las pequeñas cajas rompiendo el papel decorativo y tirándolo por un lado de la habitación.
Lo primero que alcance a notar fue otra pequeña caja que abrí y noté un collar con la figura de la luna, sonríe negando mientras recordaba cómo me había llamado ayer a mi, miré a Camila y se encontraba mirando algo similar al mío pero era un Sol.
- El Sol y la Luna. - ella me mira y posa su mirada de nuevo al collar, lo tocaba con mucho cuidado como si se fuera a romper con el más mínimo roce.
Camila: Ambas son muy hermosas. - asentí mirando el mío.
Mi mirada volvió a la caja y noté algo más, era un pequeño album confundida lo tomé y abrí, me sorprendió ver fotos sobre algunos momentos de nuestras citas, como aquella vez que fuimos a las carreras, a cenar, cuando fuimos al zoológico, había más y más fotografías y para el gran final una de ambas abrazándonos. No puede evitar sentir que mi corazón se encogía, le había visto hace poco y por el momento era la despedida, ahora el que me haya dejado esto al menos me motivaba y a la vez me hacía sentir una presión.
Camila: También te ha dado el álbum. - dice mirando ambos, la verdad era un gesto muy lindo de su parte, sabía cuanto amaba la fotografía y que nos regalara algo relacionado con aquello me hacia sentir especial. - no se ha llevado el regalo que le di. - le miro confundida. - antes de que ocurriese todo yo le entregué su regalo, y esta mañana lo he visto en la misma posición que ella lo había puesto, no se lo llevó.
- Quizás sentía que no tenía el derecho de hacerlo, aún cuando técnicamente ya era suyo. - ella pone un gesto pensativo, mira el álbum y lo abraza.
Camila: Debería de llevárselo. - abro los ojos en grande. - puedo aprovechar el momento y poder hablar con ella.
- Camila, no creo que sea lo mejor. - dije tratando de hacer de que no note su ausencia pero sabía que algún día lo haría.
Camila: Tienes razón, debe de estar molesta conmigo, o más confundida, la verdad no se que es como se encuentra ahora y por eso veo oportuno ir y en cierto modo disculparme por mi actitud. - yo niego ante su idea.
- No entiendes, Camila. - miré hacia otro lado.
Camila: Pues explícame, porque tú si le pudiste ver y yo no puedo. - aún se encontraba tranquila.
- Porque ella ya no está, se a ido. - sabia y había roto mi juramento al decírselo, pero no podría ocultárselo, algo que no revelaría será su estadía, la miré ella no mostraba nada, ni una sola emoción solo estaba allí mirando a la nada, pero quizás en su mente lo veía todo.
Camila: ¿Cómo lo sabes? - por fin habló.
- La he visto bajar del edificio con maletas, solo eso se. - da un fuerte suspiro.